Cómo terminar con un amigo
Si usted ha vivido una tusa muy fuerte por un amigo, entonces ha podido dimensionar la profundidad de este vínculo y la dificultad de alejarse. Sin embargo, a veces la relación sobrepasa límites y llega a afectar nuestra salud. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo dar ese difícil paso?
Las amistades son parte esencial de las relaciones humanas y pueden brindarnos bienestar, apoyo y un lugar seguro siempre que lo necesitemos. Sin embargo, como cualquier relación, muchas veces deja de funcionar por distintos motivos como faltas de respeto, abuso emocional, diferencias de valores, desigualdad en la relación, entre otros, y se convierte en algo contraproducente para nuestra vida. Según la doctora Pilar Aguirre, psicóloga adscrita a Colsanitas, “la amistad tiene que tener unas características valiosas de equilibrio, respeto y apoyo. Sí se violan esas características, tal vez sea el momento de ponerle fin a la amistad”.
Sin embargo, acabar una amistad de manera responsable emocionalmente es un proceso que normalmente genera tristeza, miedo y rabia. “Terminar una amistad suele ser difícil porque se pone mucha energía emocional en el vínculo”, afirma Aguirre. El proceso de terminar con un amigo es equiparable al de terminar una relación de pareja, porque además del duelo inherente de perder a alguien importante, muchas veces no sabemos cual es la mejor forma de poner fin a esta relación que ya no nos hace bien sin lastimar al otro, lo cual puede generar culpa, vergüenza o frustración. Aún así, el costo de mantener una relación que ya no nos está brindando calma es mucho más alto que el de terminarla, de ahí la importancia de dar el paso en el momento y modo adecuado.
Lo más importante si usted está considerando terminar una amistad es la responsabilidad afectiva. Para la doctora Aguirre, “la responsabilidad afectiva implica cuidarse a sí mismo y cuidar al otro. El hecho de que por diferentes razones una relación deba terminarse no significa que uno deba irrespetar a la otra persona o maltratarla en el proceso”. Esa responsabilidad implica asumir autocontrol emocional y ser asertivo en la comunicación.
Teniendo esto en cuenta, junto a la doctora Aguirre, le sugerimos cinco pasos que debería considerar sí está pensando en terminar una amistad y quiere hacerlo de la mejor manera:
1. Definir las razones por las cuales quiere terminar la amistadHay muchas razones validas por las cuales se podría terminar una amistad, por ejemplo, si la relación es abusiva, si hay faltas de respeto, si hay violación de la intimidad de la persona, si hay abuso de confianza, si hay maltrato emocional o si, simplemente, usted ya no se siente cómodo con la relación.
Una forma práctica de definir esas razones es escribir notas para sí mismo que ayuden a aclarar las motivaciones por las cuales uno está tomando esa decisión y utilizar ejemplos puntuales de qué lo llevó a tomar esa determinación. Por ejemplo, “para mi la lealtad es esencial y la persona que consideraba mi amiga estaba divulgando mi información privada con otras personas”.
2. Buscar un espacio seguro para hablar
La comunicación será esencial al momento de expresar las razones por las cuales desea terminar la amistad. En primer lugar, tenga en cuenta que, en la medida de lo posible, esta charla debe darse frente a frente y no por un mensaje de texto o llamada. Así mismo, es importante buscar un lugar idóneo para esta conversación, debe ser privado pero preferiblemente no estar completamente a solas ya que siempre hay posibilidad de que la otra persona se moleste mucho, incluso llegando a la agresividad. Por eso, es mejor buscar un espacio relativamente público o neutro; por ejemplo, un café.
3. Ser muy claros en el mensaje
Ser asertivo, respetuoso y claro a la hora de dar todas las razones por las cuales usted desea terminar la amistad es uno de los pasos más importantes. “Siempre mencione sus motivaciones para poner fin a la relación en primera persona y sea claro con lo que está sintiendo frente a las actuaciones del otro. Sea transparente y tajante en que definitivamente no quiere continuar esa relación porque no cumple las expectativas esperadas para un vínculo”, afirma la doctora Aguirre.
4. Viva el duelo
La pérdida de una amistad tiene como resultado un duelo inminente ya que significa sacar de su vida a alguien con quien compartió muchos momentos y experiencias personales. En este orden de ideas, recuerde que el dolor y la tristeza son parte natural del duelo que es un proceso que se debe vivir y del que toma tiempo salir. “Es importante elaborar este proceso y no reprimir los sentimientos de tristeza o dolor, pero también es clave tener claro que sí las razones para terminar la amistad fueron válidas, por más sentimientos negativos no hay que volver a activarla y recaer en esa relación poco saludable”, afirma Aguirre.
Además de esto, el duelo es una señal de que la persona debe “recogerse”, es decir, “tomar la energía que estaba invirtiendo en esa relación e invertir nuevamente en sí mismo”, afirma Aguirre. Esto se logra dándose tiempo para sanar emocionalmente, apoyarse en otras redes de apoyo, tomarse el momento con calma e insistir con el autocuidado en todo momento.
5. Priorizar el autocuidado
Finalmente, el autocuidado será esencial para superar el duelo y seguir adelante sin aquella amistad que se había convertido en algo tormentoso para su vida. “Haga ejercicio, duerma bien, aliméntese de manera nutritiva, escuche música que lo anime, haga actividades de recreación y de ocio, entre otras medidas de autocuidado”, afirma la doctora Aguirre. Así mismo, evite el consumo de alcohol ya que este es un depresor del sistema nervioso.
Adicionalmente, recuerde que no es recomendable mantener el contacto con la persona con la que usted terminó la amistad a no ser que sea absolutamente necesario por razones laborales, por ejemplo. “Si usted termina una amistad lo mejor es cortarla definitivamente para no caer en situaciones inadecuadas que puedan generar malestar o falsas expectativas a alguna de las dos personas”, afirma Aguirre.
Es innegable que todo esto suena más fácil en palabras que en la acción, porque todos aquellos que hemos pasado por una “tusa de amistad”, sabemos lo doloroso que es perder a alguien que creímos que estaría ahí toda la vida, alguien con quien compartimos cosas buenas, cosas malas, puntos débiles, secretos. Sin embargo, también es indiscutible el alivio que viene a largo plazo tras soltar una relación que ya significaba un peso muerto para nuestra vida y sobre todo, para nuestra salud mental. Aun cuando sea lo más cliché, puedo afirmar desde mi corta experiencia que siempre llegan mejores personas y que definitivamente las buenas amistades no se miden por la cantidad que tengamos, sino por la calidad de las mismas.
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