Las peores películas navideñas
Entre la cursilería y el delirio, esta lista de películas nos recuerda que Mi pobre angelito y Dago García no están solos en cuanto a lo mejor de lo peor de la Navidad.
urante años la industria fílmica ha insistido en intentar capitalizar el sentimiento navideño con producciones edulcoradas, llenas de positividad y alegría decembrina. Sin embargo, a veces, en la traducción del espíritu festivo a la pantalla grande algo sale terriblemente mal. Los resultados a veces resultan hilarantes, otras veces extraños y, otras, simple y llanamente perturbadores. Viajamos a los rincones más oscuros de la historia cinematográfica navideña para rescatar de la oscuridad algunas de las peores películas navideñas. Son terribles. Pueden verlas bajo su propio riesgo.
Santa Claus (1959)
Director: René Cardona
Trataremos de explicar la premisa de esta extraña producción de la era dorada del cine mexicano, porque para nosotros no tiene mucho sentido: Santa vive en un castillo en el espacio con el mago Merlín, renos robóticos y un grupo de niños étnicamente estereotipados que actúan para su diversión. Mientras tanto, en el infierno, Satanás envía a uno de sus secuaces demoníacos para causar estragos en la Tierra e inducir pequeños actos de vandalismo. Muy navideño, en todo caso. Nuestro héroe enfrentará fuego con fuego en una lucha tan antigua como la historia del hombre. El bien contra el mal, la virtud contra el vicio, el demonio contra cañones de juguete, etc. Antes podías presentar cualquier idea a una productora fílmica y te la aprobaban. Gracias a estos magnates del cine que tuvieron la visión suficiente para crear una pieza de basura audiovisual tan potente que seguimos hablando de ella más de sesenta años después de su alocada producción.
Santa Claus Conquers the Martians (1964)
Director: Nicholas Webster
Los sesenta fueron los años de la exploración psicodélica, pero no queremos saber con qué estaba abriendo su conciencia Nicholas Webster cuando dirigió esta abominación. Debido a los efectos especiales chungos, la trama que no se sostiene y unos marcianos que recuerdan a ‘El gran Gazú’ de Los Picapiedra, esta película se ha convertido en una de las peores 100 películas de la historia de Internet Movie Database (IMDb Bottom 100) y, también, un hito de culto que sigue esa extraña tendencia de que “es tan mala que es buena”. ¿La trama? Los marcianos deciden secuestrar a Papá Noel para instaurar en el planeta rojo una fábrica de juguetes para sus niños verdes. Es pésima: vayan a verla.
Santa and the Ice Cream Bunny (1972)
Director: R. Winer
Este musical fantástico de 1972 es una joya kitsch escrita, compuesta, filmada, editada y dirigida por R. Winer para tratar de salvar otro par de películas malísimas de Barry Mahon, dos adaptaciones de cuentos infantiles, enmarcándolas dentro de una historia disparatada. La extraña trama narra los intentos de Santa Claus de liberar su trineo de las arenas de una playa de Florida, con la ayuda de niños locales, a los que ha llamado en sueños. Nuestro héroe encuentra la ayuda inesperada de un conejo, por alguna razón no especificada, maneja un camión de bomberos. Las actuaciones son atroces, los valores de producción baratos, las canciones son terribles y el mensaje no es claro. ¿Nunca dejes de tener fe, quizás? Al final del día, es extraño que ningún policía detuviera a un hombre vestido de esta manera en las ardientes playas de Florida, más aún acompañado de un séquito de niños y un perturbador conejo gigante. En fin…
Christmas Evil (1980)
Director: Lewis Jackson
Christmas Evil es la primera película que introdujo el tópico de "Papá Noel asesino" y es, por ello, una de las perturbadores películas navideñas. Un hombre se vuelve literalmente loco de niño cuando ve a su madre intimar con Santa Claus y termina trabajando en una fábrica de juguetes. Cuarenta años en el futuro su entretenimiento radica en espiar a los niños de su vecindario mientras lleva un disfraz rojo y blanco. Es un personaje triste, muy triste, que inspira simpatía durante los primeros dos tercios del filme. Luego, sin embargo, empieza un recorrido asesino que se dispara sin ninguna razón, en serio. Es una película estúpida construida sobre una historia ridícula y con muertes escandalosas. Perfecta para después de abrir regalos. No importa si fueron buenos o necios: Santa va por todos.
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Silent Night, Deadly Night 2 (1987)
Director: Lee Harry
La premisa de la primera película ya era terrible: un huérfano recién integrado a la sociedad adulta despierta sus peores instintos en la Nochebuena, víspera del aniversario de la muerte de sus padres a manos de un ladrón disfrazado de Papá Noel. Tratando de capitalizar sobre el fenómeno de Halloween de Jon Carpenter, esta serie parecía tener una buena oportunidad. Pero los efectos de la primera se tornan más cutres y escandalosos en la segunda parte, que narra la historia del hermano del asesino de la primera película. ¿Qué podría ser peor? Súmale los 40 minutos de flashbacks con escenas de la parte uno que, a fuerza de no tener un guion fuerte, guían toda la narrativa de esta segunda. Aparentemente los productores no entendieron el mensaje e igual y produjeron una tercera entrega.
Elves (1989)
Director: Jeffrey Mandel
Elves es una tormenta perfecta de todo lo que posiblemente podría salir mal mientras se graba una película. Lo tiene todo: brujas anti-navideñas, científicos neonazis, marionetas de elfos inarticuladas y un complot para crear una raza perfecta al unir elfos nazi con una mujer virginal y pura. Los personajes son increíblemente ridículos, llenos de lugares comunes en su arco narrativo, lo que permite que esta sea una de las peores películas de terror/navideñas/con títeres. Lo más ridículo es ver cómo una criatura que siempre se ha asociado con la ternura, como es el elfo navideño, se convierta en una bestia horripilante a la manera de los peores vampiros de Buffy. Quizás y este sea el lugar del que la serie de la asesina de monstruos tomó su inspiración. En todo caso, Elves es un cóctel de malas decisiones de guion, actorales y de aplicación de presupuesto: una obra de arte de lo grotesco y ramplón.
Jingle All the Way (1996)
Director: Brian Levant
¿Qué sería de la indigestión post navideña de los colombianos sin una de las peores películas de Arnold Schwarzenegger? Durante más de 20 años la televisión pública colombiana ha abusado de esta cinta, tratando de convencernos que un alce borracho de rompope justifica cerca de hora y media de chistes fáciles, gestos hiperbólicos y una de las peores actuaciones de quien sería gobernador de California veinte años después. El regalo prometido, como la conocimos en Colombia, nunca llega: es un chiste que se construye durante todo el filme y, al final, no da risa. ¿Se acuerdan de Sinbad, el actor que interpretaba al antagonista? Nosotros tampoco. ¡Siguiente!
Santa With Muscles (1996)
Director: John Murlowski
Hace 25 años aprendimos que no podemos dejar la suerte de la Navidad en las musculosas manos de antiguos fisiculturistas o luchadores profesionales. Pregúntenle a Hulk Hogan, el rostro más reconocido de la espectacular historia de la lucha libre por televisión, cuya película apenas y duró dos semanas en cines. Eventualmente Santa With Muscles se convertiría también en una de las peores películas de la historia. ¿La trama? Un millonario de la industria de suplementos alimenticios se golpea tan fuerte la cabeza intentando huir de la policía que termina con amnesia. Confundido por el Santa del centro comercial, nuestro héroe se ve en la tarea de rescatar un orfanato de un… terrible científico loco.
Jack Frost 2 (2000)
Director: Michael Cooney
Quien pega dos veces, pega peor. Jack Frost 2 es aún más disparatada que su predecesora y encuentra a nuestro personaje titular regresando de la muerte por anticongelante con una taza de a una taza de café derramada. Con nuevos y más estúpidos poderes, incluida la capacidad de dividirse en un grupo de niños carnívoros como bolas de nieve, Jack Frost busca sembrar el caos. A medio camino entre una película de primer semestre y la fantasía desviada de un sociópata asesino, Jack Frost 2 es el ejemplo perfecto de por qué siempre hay que guardar presupuesto para la post producción. Hay algo que es brillante, sin embargo: debido a que el muñeco de nieve fue recreado en parte con el ADN de un humano, comparte varios rasgos con él, incluida una alergia al plátano. ¡La única debilidad de nuestro asesino mutante son los bananos! Brillante.
Deck the Halls (2006)
Director: John Whitesell
Danny DeVito es un vendedor de carros usados recién llegado al pueblo ficcional de Cloverdale, en Massachussets. Aburrido por su nuevo trabajo y la facilidad con la que opera, se da cuenta que su vecindario puede verse desde el espacio a través de la aplicación de My Earth. Sin embargo, su nuevo hogar no aparece y, por ello, decide llenarlo de luces navideñas que brillen tano como para que sea imposible no captarlas desde un satélite en las estrellas. Esto molesta sobremanera a su vecino interpretado por Matthew Broderick y ambos se enfrentan una competencia estúpida por ganar la Navidad. Chistes flojos y obvios, cero espíritu navideño y una trama exagerada le dieron a esta película un 6% de aceptación en la página de Rotten Tomatoes.
The Nutcracker in 3D (2010)
Director: Andrei Konchalovsky
Basada libremente en el ballet de Tchaikovsky, esta adaptación es un fiasco desde el primer momento. Cuando se transforma una historia que está arraigada en la psiquis cultural hay que tener mucho cuidado: o te apegas fielmente a la historia original o la reinventas completamente para transmitir el espíritu de tu época. Por eso Fables en el cómic funciona y Supernatural en la televisión duró quince temporadas convirtiéndose en una serie de culto: lo que proponían como productos culturales era una visión novedosa del mundo fantástico. Esta película, en cambio, está mal en todo sentido. La historia es floja y se desvía mucho de la original sin darle un giro interesante, los efectos especiales son terribles y los enemigos son evidentemente un símil de los nazi, solo que con narices de rata. ¿Lo peor de todo? El personaje titular tiene mayor sentido en el universo de Chucky que en el de un musical para niños. Es francamente aterrador.
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