Películas y series por amor al cine
Dirigir, producir o escribir una película no es tarea fácil. Estas producciones revelan el brillo y la oscuridad que transcurren detrás de cámaras al contar historias en esa fábrica de sueños que es el cine.
Hay películas tan delirantes que solo pueden salir de una mente singular. Existen guiones inmortales que implican horas y horas de escritura, de observación de la conducta humana, de una lucha interna por encontrar la imagen exacta. Hay, en fin, un conjunto de voluntades que converge en el set de grabación para crear alquimia con películas de magnesio, reflectores y fondos de cartón piedra. Horas sin dormir, luchas por el presupuesto y el tiempo de entrega, el ego de las estrellas, el miedo al fracaso. En cada instante del proceso algo puede salir mal y el filme puede quedar arruinado para siempre.
Pensar en películas sobre la artesanía que les da forma es entender el profundo amor que tienen directores y actores por esta historia de más de un siglo. Es ver a través de sus ojos cómo entienden el séptimo arte y de qué manera se valen de esta máquina para hacer ficciones cuando están dando forma a sus sueños en alto formato, en technicolor, fujicolor o polavision. Esta es una lista de algunas de esas historias y de los héroes que les dieron forma. Esta es una carta de amor al cine desde la factura, creación e ideación. Esta es una carta de amor para todo aquello que no vemos, pero que es el alma dormida de las cintas, que está allí.
The Movies That Made Us
(2019)
La puede ver en Netflix
Para que una película pueda llegar a su teatro más cercano y usted pueda disfrutarla acompañado de unas botanas desproporcionadamente costosas, al lado de una persona que no deja de chatear, tienen que ocurrir muchos procesos. Primero alguien debe inventar algo nuevo, o darle un giro a algo que ya existe o fusilar algo que hicieron mejor en España (te estoy viendo Quarantine) y fijarlo en un guion. Luego toca convencer a los inversionistas y los grandes estudios para que financien ese sueño. Con la luz verde, es necesario buscar un equipo de actores que se acomoden a los personajes y un equipo tras las cámaras que son quienes hacen la mayor parte del trabajo. Luego, si todo esto funciona, podemos hablar de una secuela, su propia línea de juguetes y una parodia en South Park.
Este documental que suma ya tres temporadas cuenta la historia detrás de varias cintas legendarias, películas que se han vuelto parte esencial de la cultura pop, que han generado un impacto verdadero a pesar de haber sido estrenadas décadas atrás. En The Movies That Made Us se narra de manera desfachatada y divertida cómo nacieron El extraño mundo de Jack, Pesadilla sin fin, Los cazafantasmas y Dirty Dancing, entre varias otras. Así, el equipo de documentalistas encuentra a los rostros invisibles detrás de estas cintas para que nos cuenten la historia detrás del rodaje y la post-producción. Está lleno de anécdotas curiosas, soluciones inventivas y, sobre todo, mucho amor por el cine.
Cinema Paradiso
(Giuseppe Tornatore, 1988)
La puede ver en HBO Max
Giuseppe Tornatore es uno de los mejores directores italianos vivos y esta obra maestra solo confirma su habilidad como escritor y director. Cinema Paradiso cuenta la historia de Salvatore Cascio, “Totó”, un aclamado director que regresa a su pueblo natal, en la árida Sicilia, para el funeral de uno de sus mejores amigos de infancia, Alfredo, el proyeccionista de la pequeña población. Desde ahí viajamos al pasado para encontrarnos con el joven y curioso Totó, hijo de una viuda de guerra, quien está obsesionado por la alquimia secreta de las proyecciones de películas en un pequeño teatro que lleva el nombre de la película.
Es una de las películas más conmovedoras de los últimos cincuenta años, ya sea en la producción italiana como europea, y una carta de amor sin precedentes al séptimo arte, que representa en últimas la posibilidad de escapar, aunque brevemente, de los dolores de la muerte, las heridas del amor y los flagelos de la guerra. Cinema Paradiso ganó un Oscar por la maravillosa historia que contiene y, sin duda, encuentra en la dupla de Ennio y su hijo Andrea Morricone el complemento perfecto en la banda sonora. Después de verla, como con las buenas películas, volverá a creer en el amor, en el gozo infinito de la vida representado en ficciones audiovisuales, en los besos apasionados que escapan de la censura. Es indefectiblemente enternecedora.
Once Upon a Time in Hollywood
(Quentin Tarantino, 2019)
La puede ver en Netflix
La cultura busca enterrar a Quentin Tarantino y, a pesar de los esfuerzos de los autodeterminados “woke”, su obra prevalece con la inteligencia y la fuerza de sus primeros momentos. Once Upon a Time in Hollywood sigue las aventuras de Rick Dalton, interpretado con inteligente paranoia por un excelso Leonardo Dicaprio, un actor de la década de los sesenta que busca sobrevivir en medio de los extraños años sesenta, en los que todo el mundo ha olvidado las películas del Oeste. Este es el testimonio último de la devoción por la historia del cine que profesa sin arrepentimientos Tarantino.
Es una reflexión sobre la fama, los egos artísticos, la fragilidad del individuo privado y, por sobre todas las cosas, un estudio de caso sobre cómo se transformó la industria fílmica después de su era dorada con la llegada de una serie de directores independientes que desafiaron todas las convenciones, dejando por fuera a una extensa camada de actores que habían jugado obedientemente el juego que se les había planteado y que ahora confundidos por el cambio de paradigma entraron en desesperación.
También, por cierto, es una crítica a esa idea ingenua de que el cine y las historias violentas construyen individuos violentos. El personaje de Cliff, interpretado por Brad Pitt, además de probar eso, es un homenaje vital al papel de los dobles de acción en la historia del cine.
La cultura busca enterrar a Quentin Tarantino y, a pesar de los esfuerzos de los autodeterminados “woke”, su obra prevalece con la inteligencia y la fuerza de sus primeros momentos. Once Upon a Time in Hollywood sigue las aventuras de Rick Dalton, interpretado con inteligente paranoia por un excelso Leonardo Dicaprio, un actor de la década de los sesenta que busca sobrevivir en medio de los extraños años sesenta, en los que todo el mundo ha olvidado las películas del Oeste. Este es el testimonio último de la devoción por la historia del cine que profesa sin arrepentimientos Tarantino.
Es una reflexión sobre la fama, los egos artísticos, la fragilidad del individuo privado y, por sobre todas las cosas, un estudio de caso sobre cómo se transformó la industria fílmica después de su era dorada con la llegada de una serie de directores independientes que desafiaron todas las convenciones, dejando por fuera a una extensa camada de actores que habían jugado obedientemente el juego que se les había planteado y que ahora confundidos por el cambio de paradigma entraron en desesperación.
También, por cierto, es una crítica a esa idea ingenua de que el cine y las historias violentas construyen individuos violentos. El personaje de Cliff, interpretado por Brad Pitt, además de probar eso, es un homenaje vital al papel de los dobles de acción en la historia del cine.
La cultura busca enterrar a Quentin Tarantino y, a pesar de los esfuerzos de los autodeterminados “woke”, su obra prevalece con la inteligencia y la fuerza de sus primeros momentos. Once Upon a Time in Hollywood sigue las aventuras de Rick Dalton, interpretado con inteligente paranoia por un excelso Leonardo Dicaprio, un actor de la década de los sesenta que busca sobrevivir en medio de los extraños años sesenta, en los que todo el mundo ha olvidado las películas del Oeste. Este es el testimonio último de la devoción por la historia del cine que profesa sin arrepentimientos Tarantino.
Es una reflexión sobre la fama, los egos artísticos, la fragilidad del individuo privado y, por sobre todas las cosas, un estudio de caso sobre cómo se transformó la industria fílmica después de su era dorada con la llegada de una serie de directores independientes que desafiaron todas las convenciones, dejando por fuera a una extensa camada de actores que habían jugado obedientemente el juego que se les había planteado y que ahora confundidos por el cambio de paradigma entraron en desesperación.
También, por cierto, es una crítica a esa idea ingenua de que el cine y las historias violentas construyen individuos violentos. El personaje de Cliff, interpretado por Brad Pitt, además de probar eso, es un homenaje vital al papel de los dobles de acción en la historia del cine.
La vida acuática con Steve Zissou
(Wes Anderson, 2004)
La puede ver en Star +
Hubo un momento en el que Wes Anderson no estaba pensando en cuán bellos se verían sus fotogramas adornando los perfiles de Tumblr y Facebook de una plétora de adolescentes “incomprendidos” y se dedicó a crear historias significativas, con profunda carga emocional, a pesar del empaque irónico con el que se les presentaba. La vida acuática es una de ellas y, sobre todo, una de las gemas principales que establecieron el estatus de celebridad a regañadientes del legendario Bill Murray.
Co-escrita por el genial Noah Baumbach, esta película que combina con habilidad el drama y la comedia sigue la vida de un documentalista del océano quien acaba de perder en las fauces de una extraña criatura a uno de sus mejores amigos y miembros de la tripulación. Para vengarse, decide que su próxima cinta recogerá la crónica del exterminio del temido tiburón jaguar. En último momento, sin embargo, un nuevo tripulante lo llevará a cuestionar su obsesión por la perfección y sus celos por colegas más exitosos, mientras se enfrenta a nuevas y extrañas emociones que su ego le había impedido experimentar hasta entonces. La cinematografía, como no podría ser de otro en una película de Wes Anderson, es poco menos que perfecta y, cuando el músico brasilero Seu Jorge interpreta en clave de bossa las composiciones de David Bowie en portugués, el filme se eleva a lo más alto del arte narrativo.
The Artist
(Michel Hazanavicius, 2011)
La puede ver en HBO Max
The Artist es una de las películas francesas más exitosas de la historia. La cantidad de nominaciones y galardones que recibió tras su estreno marcó un récord en la industria del cine, arrasando en cada uno de los festivales en los que se presentó. Todos estos méritos tiene más valor si consideramos que es la primera película muda desde 1927 en recibir el Oscar a mejor cinta desde Atlas, antes de que el cine empezara a tener sonido. Y esta es una bonita coincidencia, pues el filme francés es un homenaje al arte de hacer películas mudas, recordando la primera etapa de la industria del cine en un Hollywood previo a la crisis del 29.
Esta historia encuentra a George Valentin, un famoso actor de la era clásica, ascendiendo y perdiéndolo todo una vez las películas empezaron a incorporar diálogos. Es un retrato intimista del alma atormentada del artista y un cuento con moraleja sobre los peligros de la vanidad y el ego en la esfera creativa, pues a veces estamos tan cegados por nuestras ideas fijas que desconocemos que el mundo se está transformando a nuestro alrededor. Es una película enternecedora que encuentra la manera de celebrar el arte sin homenajear especialmente a sus espacios de circulación, pues deja muy claro cuán crudo y visceral puede ser el mundo del entretenimiento, más aún en Hollywood, espacio en el que abunda el talento. Es interesante como ejercicio volver a una cinta muda y experimentar esa primera magia que permitió que esta fuera una industria multimillonaria.
Tropic Thunder
(Ben Stiller, 2008)
La puede ver en Apple TV
Hacer una parodia es más difícil de lo que uno pensaría. La historia tiene que ser original, pero tiene que parecerse lo suficiente a lo que está parodiando para que el público pueda entender por qué es chistoso, qué es lo que se está criticando o caricaturizando y qué quieren decir los directores sobre el producto del que se burlan con la nueva película que presentan. Tropic Thunder logró eso y fue mucho más allá. Esta película dirigida y protagonizada por Ben Stiller es una de las comedias más irreverentes de finales de la primera década del nuevo milenio, una pieza que se burla a la vez que hace un homenaje a películas de guerra harto conocidas como Apocalypse Now, Platoon o Rescatando al soldado Ryan.
Un grupo de prima donas es arrojado a la selva vietnamita para una nueva película de acción y el director encargado de organizar al elenco de estrellas simplemente no puede soportarlos. Por tanto, convence a los actores de que está filmando una película en las condiciones más inhóspitas para entrenarlos. Sin embargo, pronto la ficción se convierte en un drama real que llevará al grupo de estrellas al borde de la locura mientras están convencidos de que aún hay cámaras observándolos. Hay varias cuestiones políticamente incorrectas con el filme, pero dejamos a discreción y sensibilidad del lector que lo decida.
Hollywood
(2020)
La puede ver en Netflix
Tras la Segunda Guerra Mundial y la victoria de los aliados, todos tenían un sueño: triunfar en Hollywood. Sin embargo, no había igualdad de oportunidades en un país que aún era marcadamente racista y homófobo. Esta serie es otro de los bebés ideados por el polifacético Ryan Murphy, quien con elegancia y sofisticación despliega un mundo imaginado en el que estas barreras eran mucho más fáciles de sortear. Como serial corto funciona perfectamente al presentar guionistas de color y homosexuales, no tanto así con todas las demás licencias temporales que se toma para hacer funcionar su historia. Empero, el elenco de lujo que encuentra una actuación de primer nivel de Jim Parsons (al que dejamos de asociar momentáneamente con el nocivo Sheldon Cooper), David Corenswet, Laura Harrier o Joe Mantello es todo lo que la realeza de Los Ángeles podría soñar: actores comprometidos con su rol y viviendo a pleno la experiencia de ponerse en la piel hipotética de quienes pudieron haber logrado cambios significativos en la industria, muchos años antes de lo que realmente vivimos. Murphy y su equipo de directores cuidan cada detalle de la producción con la obsesión de un relojero suizo y el resultado es una serie estéticamente apabullante con momentos dramáticos poderosos y personajes con los que resulta muy fácil empatizar. Guárdela para un domingo por la tarde: es revitalizante.
Ed Wood
(Tim Burton, 1994)
La puede ver en Star +
Esta es la historia de un director cuyo mayor triunfo fue el de recibir, póstumamente, el premio al peor director de la historia. Ed Wood fue un director que durante la década de los cincuenta y sesenta trabajó en una serie de películas espantosas, de bajo presupuesto y con actores de segunda. El resultado fue un catálogo de derrotas cargadas de sangre artificial, monstruos pocos creíbles y el peor uso de las imágenes de archivo que Hollywood ha visto. Sin embargo, su ambición por llevar a cabo su visión artística siempre pudo sobreponerse a los fracasos y, de una u otra manera, encontró el dinero para financiar sus delirantes y grotescas aventuras.
Como travestista, Ed Wood fue una de las primeras figuras en ostentar de manera pública un estilo de vida alternativa en la mojigata década de los cincuenta y llevó estas fantasías a varios de sus filmes, retratando a otros travestistas o utilizándolos como actores de sus películas de invasores alienígenas. El protagónico le llegó a Johnny Depp luego del éxito de Edward Scissorhands y en un momento particular de su carrera en el que se sentía especialmente abrumado por la fama, la falta de historias inteligentes y los excesos del mundo del espectáculo. Es un rol que lo revitalizó y le permitió continuar con una carrera muy exitosa que, afortunadamente, se ha reactivado recientemente con una serie de noticias sobre sus próximos filmes.
8½
(Federico Fellini, 1963)
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8½ es una de las mejores y más avanzadas películas italianas de la historia Guido y fácilmente el filme más importante que dirigió treinta años antes de su muerte el impecable Federico Fellini. Anselmi, un famoso director de cine italiano, sufre de un bloqueo creativo. Atascado en su nueva película de ciencia ficción, que incluye referencias autobiográficas poco sutiles, ha perdido interés por todo en medio de las dificultades artísticas y maritales que atraviesa. Mientras intenta recuperarse de sus ansiedades en un lujoso spa, Guido contrata a un conocido crítico para revisar sus ideas para su película, pero el crítico las destroza. Allí, dará un giro completo a su vida y a sus relaciones, enfrentándose a la necesidad de contar una historia honesta sin saber qué decir.
8½ trata sobre las luchas involucradas en el proceso creativo, tanto técnico como personal, y los problemas que enfrentan los artistas cuando se espera que entreguen algo personal y profundo con un intenso escrutinio público al mismo tiempo que tienen que lidiar con su propias relaciones personales. Se trata, en un sentido más amplio, de encontrar la verdadera felicidad personal dentro de una vida difícil y fragmentada. Es un juego de espejos emocionante en el que la película que se está grabando ficcionalmente es en últimas la película que conoce la audiencia en el mundo real. Una joya definitiva del séptimo arte.
Mank
(David Fincher, 2020)
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Herman J. Mankiewicz fue uno de los guionistas más importantes de la primera etapa del cine. A pesar de su prominencia, muchas veces su crédito como escritor quedaba borrado, pues era a él a quien grandes directores solicitaban para que arreglara sus desastres narrativos. Mank explora el periodo en el que el guionista se encontraba incapacitado y trabajando en la historia de Citizen Kane, en la que comparte créditos de escritura con Orson Welles, el aclamado director norteamericano. Dirigida por David Fincher sobre un guio de su padre, Mank es un homenaje al papel del guionista, quien muchas veces queda eclipsado por la figura mesiánica del director de cine.
Gary Oldman como Mankiewicz es supremo, poniéndose en los zapatos de una figura monumental y de ego herido que busca la salvación de su alma en el fondo de una botella, día a día. La cinematografía y el diseño del set es pertinente para una pieza ambientada en el Hollywood de la década del cuarenta y, siendo Fincher, el encargado de esta pieza, que además es una carta de amor y despedida a su padre, cada detalle es perfecto. La película tiene un ritmo denso, pero compensa en la inteligencia del diálogo y las imágenes preciosas de cada uno de sus fotogramas. Fincher demuestra, una vez más, que es uno de los directores más minuciosos del Hollywood contemporáneo, aunque no todo el mundo se tome el tiempo de apreciar su atención al detalle.
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