Cómo saber si necesito un psicólogo o un psiquiatra
La ayuda siempre es necesaria. Sin embargo, muchas veces no sabemos cuál es la que necesitamos o en qué momento.
uele haber mitos y confusiones en torno a las diferencias entre la psicología y la psiquiatría. Sabemos que tanto psiquiatras como psicólogos buscan aportar a nuestra salud mental, pero son frecuentes ideas erróneas como que la psiquiatría se encarga de tratar trastornos más graves y la psicología condiciones más leves. O que los psiquiatras sólo recetan medicamentos, y los psicólogos sólo sirven para escuchar eternamente sin solucionar mucho.
La verdad es que la psicología y la psiquiatría son mundos diferentes, pero con mucho en común. Ambas tienen el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y ayudarlas a cultivar su bienestar físico y mental. Sin embargo, existen diferencias en su formación profesional, enfoques terapéuticos y en las condiciones que pueden llegar a tratar.
Como explica la doctora Nidia Yineth Preciado, psicóloga y coordinadora de la maestría en Psicología Clínica de Unisanitas, la psiquiatría es una especialidad de la medicina que se enfoca en el proceso integral de la salud mental desde la mirada biomédica, esto quiere decir que involucra el manejo farmacológico, fisiológico y terapéutico de la persona con trastornos mentales. Por otro lado, la psicología es una disciplina independiente que tiene como objeto de estudio el ser humano, no únicamente desde la perspectiva de la alteración y el trastorno mental, sino en todas sus dimensiones, biopsicosocial y espiritual. Es por esto que se enfoca en el desarrollo óptimo del ser humano, haya enfermedad o no.
Según la OMS, una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida, y entre el 35 y el 50 % no recibirá ningún tratamiento. Cualquier trastorno no tratado puede resultar inhabilitante, doloroso, y afectar gravemente a quien lo sufre. Es por esto que es esencial darle la importancia y seriedad suficiente a la salud mental como parte integral de nuestro bienestar general. Así como usted acudiría al odontólogo por un dolor de muela, es necesario acudir a un profesional de la psicología o la psiquiatría cuando algo no anda bien emocionalmente hablando.
Una de las diferencias más grandes entre el psicólogo y el psiquiatra es su formación profesional. Según la psiquiatra Ana María Millán, de Colsanitas, el psiquiatra debe obtener el título profesional en la carrera de medicina, realizar el año rural o servicio social obligatorio y luego pasar a hacer una especialización de tres años en psiquiatría. Adicionalmente, se pueden hacer de uno a tres años de subespecialidad en campos cómo la psiquiatría pediátrica y de adolescentes, adicciones, psicofarmacología, psicogeriatría, psiquiatría social, psiquiatría de enlace, investigación en epidemiología, genética o neurociencias, entre otras. Una vez se obtengan todas estas licencias profesionales, se debe tramitar un permiso que otorga el Estado para poder finalmente ejercer la profesión.
Por otro lado, según el Ministerio de Salud colombiano, para ejercer la profesión de psicólogo se requiere la acreditación de su formación profesional completa, mediante la presentación del título respectivo y la tarjeta profesional expedida por el Colegio Colombiano de Psicólogos. Además de esto, se puede hacer especializaciones en los distintos campos como psicología social, empresarial, neuropsicología, psicología del aprendizaje o psicología clínica, entre otras, que deben ser acreditadas por instituciones educativas que se rijan bajo todos los requisitos establecidos por la ley.
¿A dónde debo ir?
En definitiva, si usted siente que necesita ayuda, ya sea porque tiene un problema de salud mental, emocional o requiere orientación, no dude en acudir a cualquiera de estos dos especialistas, ya que aún cuando las perspectivas sean diferentes, ambos podrán diseñar una hoja de ruta que se ajuste a sus necesidades, y brindarle la orientación que necesita.
Dentro de la psicología clínica, existen diversas técnicas y escuelas que permiten apoyar en los procesos vivenciales de la persona que requiere atención. Según la doctora Preciado, la variedad de psicoterapias usadas en la psicología es muy amplía y siempre están en constante estudio, el factor esencial es que están centradas en el desarrollo óptimo del paciente en todas sus dimensiones y áreas de la vida.
Algunas de las terapias a las cuales acude la psicología son la terapia cognitivo-conductual, que tiene su base en el diálogo, y el objetivo de tomar conciencia de los pensamientos para poder visualizar situaciones futuras y responder a ellas de una forma racional; la humanista, que se enfoca en el desarrollo personal del individuo en todos sus ámbitos, especialmente desde los aspectos positivos que nos definen; la terapia de aceptación y compromiso, que se basa en aceptar sin juzgar los problemas que trae la vida, y usar la consciencia plena y el autodescubrimiento para afrontar mejor estas dificultades; familiar sistémica, que tiene como enfoque trabar con las familias y personas que tengan una relación estrecha con el individuo para generar cambios desde los sistemas de interacción; psicoanálisis, que busca tratar a la persona desde su subconsciente, teniendo en cuenta las emociones, sueños, fantasías y sentimientos de ese mundo interior que tiene cada persona; incuso en algunos casos se usa la hipnosis, que es cuando se busca acceder a un estado de concentración y atención más intenso donde se esté más dispuesto a recibir sugerencias, lo cual se da a través de repetición verbal o de imágenes mentales.
Según la doctora Millán, la psiquiatría usa básicamente dos herramientas terapéuticas; la primera, el tratamiento psicofarmacológico, donde se le da un uso científico y racional a los medicamentos antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos e hipnóticos, entre otros grupos; la segunda está constituida por las psicoterapias de diversas líneas: psicoanalítica, sistémica, conductual, cognitiva, entre otras.
Sin embargo, como explica la doctora Millán, la psicología y la psiquiatría son disciplinas complementarias, no son excluyentes. Esto quiere decir que pueden trabajar en conjunto, el psicólogo centrándose en los problemas emocionales y conductuales, y el psiquiatra en el tratamiento de cuadros clínicos instaurados y definidos por los parámetros de psicopatologías.
Guía para buscar ayuda
1. Tomar en serio el problema. Según la OMS el 12,5 % de todos los problemas de salud está representado por los problemas de salud mental, una cifra mayor a la del cáncer. Es por esto que el primer paso siempre será ver lo que afecte nuestro bienestar emocional, psicológico y social como algo serio y no como algo más del día a día. Sí, todo el mundo tiene problemas tarde o temprano, pero eso no significa que debamos afrontarlos solos.2. Buscar ayuda profesional. En principio y al no saber a primera vista cuál será el mejor tratamiento o especialista para su condición, se recomienda hacer una primera visita al psicólogo o al médico general o familiar, para que éste pueda orientarlo sobre adónde acudir.
3. Definir la atención adecuada junto a un profesional. Ya una vez busque ayuda médica, el profesional de la salud podrá orientarlo para saber si debe derivarse al psiquiatra o si debe seguir con el apoyo y tratamiento por parte de psicología.
4. No descartar un tratamiento conjunto. Muchas veces, no hay solo una forma de tratar los problemas. Es por esto que se debe estar abierto a la posibilidad de un tratamiento conjunto, que contemple las dos especialidades con el fin de obtener los mejores resultados.
5. No desistir. Esta puede que sea una de las partes más importantes de este proceso. Si usted tomó la decisión de buscar ayuda, ya puso un pie en el camino a mejorar su bienestar. Sin embargo, este camino requiere de un proceso largo, donde usted tendrá que poner toda su disciplina y paciencia para obtener los resultados que no llegarán de inmediato, pero que llegarán de una forma u otra.
Anticiparse a la tormenta
Según la doctora Preciado, estamos acostumbrados a buscar ayuda emocional solamente en casos donde nos vemos alcanzados por la situación. Aun cuando acudir al psiquiatra normalmente se da a través de la remisión de otro especialista que considera que hay un compromiso biológico que requiere tratamiento con medicación o con un manejo médico complementario, acudir al psicólogo debería ser algo de rutina, casi como visitar al odontólogo periódicamente.
Tener un espacio de manejo, desahogo y contención emocional, es algo que sin duda alguna nos beneficia a todos, tengamos o no una condición o enfermedad mental. En la mayoría de los casos, el no esperar a estar al borde del abismo para buscar ayuda es clave para evitar situaciones o episodios que no sepamos cómo manejar. Esto se denomina psicología positiva y está centrada en el bienestar y el desarrollo del potencial humano, no desde una enfermedad sino desde cómo podemos a partir de un punto neutro, estar mejor cada día.
Por último, reafirmamos que responsabilizarse de su salud mental no es algo que usted hace por alguien, es algo que se hace como gesto de amor propio y autoconocimiento. No hay nada más valiente que pedir ayuda para obtener beneficio propio, porque a fin de cuentas, la idea de que solo los locos necesitan ayuda, es cosa de locos.
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