Tiendas cannábicas de Medellín
-Agosto 29, 2018
Fotografía
Las tiendas cannábicas ahora no se preocupan solo por vender pipas de colores extraños, también se encargan de dar asesorías y talleres sobre el autocultivo, de vender productos medicinales para todos en la familia –sobre todo las abuelas-, de importar parafernalia de tecnología de punta y ser un sitio de encuentro. Ojo a estas de Medellín.
H
asta hace poco la única imagen que la sociedad paisa tenía de un fumador de marihuana era la de un peludo, ojalá bien mugroso, tosiendo con un bareto en la mano y al mismo tiempo haciendo el símbolo de la paz entre el humo denso que iba soltando su tizón. Y la marihuana era considerada la mata que mata.Pero las cosas han ido cambiando, la planta del cannabis ha vuelto a hablar por sí sola, sus beneficios medicinales están más que comprobados científicamente y sus diferentes usos son respaldados por varios países en el mundo. El consumo recreativo también ha ganado terreno y las mentes cerradas se han visto tentadas a entender que la marihuana, más que un vicio o una moda, propone a su alrededor una cultura que, como todo lo que no muere, ha evolucionado a lo largo de los años.
La ley en Colombia le permite al amigo del cannabis llevar consigo hasta 22 gramos de marihuana para su consumo, pero la compra y la venta es ilegal. Aun así, muchos fumadores siguen corriendo riesgos en las plazas de vicio o pagando dinerales a dealers por moños de dudosa procedencia. Otras personas, en cambio, han decidido matar dos pájaros de un solo tiro, o mejor, han preferido pegarse de la manzana de doble cañón: aprovechar las leyes vigentes en el país, donde es permitido tener hasta veinte plantas de marihuana, y de paso dejar de alimentar la vil cadena del microtráfico. Para cultivar cannabis no se necesita un huerto o vivir en el campo y eso lo han comprendido quienes se sintonizan con la cultura: en cualquier rinconcito de la casa se pueden tener una o dos plantas. Es legal, no hay disculpas.
La cultura cannábica sugiere al usuario de marihuana cultivar sus propias plantas y, literalmente, sacarle todo el jugo a sus cogollos. Además del autocultivo, la tendencia es proponer alternativas al clásico bareto setentudo, respetado por los marihuaneros de vieja guardia pero vilipendiado por la tos que genera, su humo delator, su punta babeada y la pata que quema los dedos con su última pavesa. Hoy hay una variedad de formas de consumo más limpias y divertidas, con distintas extracciones, propias de alquimista, para disfrutar los efectos de la planta; con nuevos juguetes, jugueticos y novedosa parafernalia que demuestra que el marihuanero de hoy, en lugar de un jipi piojoso, está más cerca de ser un sibarita.
Después de recorrer algunas tiendas cannábicas de Bogotá, Bacánika se va ahora de vueltón por Medellín buscando grow shops, smoke shops y tiendas que aportan lo suyo para que el perfume de la cultura cannábica se respire hondo en la ciudad de las flores.
LAURELES
GRASS & GLASS SHOP
Calle 33 # 74B-59 / (57) 3002953020
Desde la acera, el logo del negocio remite a un laboratorio químico, pero al detallarlo bien puede verse un bong en plena combustión formando la letra G. Grass and Glass ofrece parafernalia: pipas, papel, rascadores, y todo para el cultivo de interior y exterior: desde semillas, sustratos y macetas en material geotextil hasta lámparas, medidores de humedad y temperatura, ventiladores y fertilizantes como guano de murciélago para la fase de floración de las plantas. Aparte de la asesoría y acompañamiento en autocultivo y extracciones, convocan a talleres y reuniones relacionados con temas cannábicos. En el local, de donde se puede salir con un confite relajante debajo de la lengua, también venden botas marca THC, cosméticos a base de semilla de cannabis y camisetas exclusivas de las campañas de la comunidad cannábica.
La especialidad de Dalí Grow Shop son las semillas y todo lo relacionado con los cultivos indoor y outdoor. La tienda, situada sobre la avenida Nutibara, frente a la UPB, es atendida por Eduardo, su propietario, un español que al ver los pocos grow shops que había en la ciudad decidió montar el suyo. Su experiencia le permite ofrecer asesoría completa y gratuita a los cultivadores de cannabis. Como coleccionista de semillas, Eduardo hace parte de GEA SEEDS, un semillero en Valencia que lleva más de veinte años estabilizando genéticas. A Colombia han introducido cuarenta especies, testeadas en los distintos climas del país. Índicas como Black Kush 98, Bubble Fruit, Early Skunk y sativas como AK, Cachalote y Jack Orange son algunas de las variedades que están a la venta a precios favorables.
En Dalí se consiguen varias marcas de fertilizantes, sustratos, extractores, intractores, iluminación y toda la juguetería para cultivar en casa. Para cultivo exterior ofrecen invernaderos, control de plagas y bombillas de bajo consumo para completar las 18 horas de luz que una planta de marihuana requiere en su etapa de crecimiento.
La parafernalia es poca: blones saborizados, papel, pipas y grinds adornan una de las vitrinas del sitio, donde también programan talleres y eventos sobre gastronomía y cultura cannábica. Dalí cuenta además con una terraza surreal, al borde de la avenida, donde los clientes pueden charlar y tomarse una cerveza sobre cojines selváticos.
Ubicada en un punto estratégico, cerca al primer parque de Laureles, una arboleda dentro de la ciudad donde siempre son las 4:20, 199 Grados Smoke Shop es una tienda pensada para los fumadores. Bongs de tamaños y materiales variados, cristalería, pipas en vidrio, en silicona, en madera, cueros de sabores, impregnados con cannabinoides medicinales, orgánicos, de hojas de lechuga, de cáñamo, de celulosa, trituradores personalizados, maquinitas para armar, para fumar. Toda la parafernalia, alguna traída desde Chile, está dispuesta en los estantes de madera aglomerada del local; su diseño estilo parqueadero, con franjas amarillas, buena iluminación y piso de gravilla —quizás para no tenerlo que trapear nunca—, genera un ambiente rudo, amigable y cálido.
Sus dueños son conscientes del nicho que tienen a su alrededor y por eso quieren evolucionar a la par con su público, potenciales cannabicultores de apartamento. Aunque el servicio de la tienda se centra en las opciones que tienen los fumadores del barrio para cambiar o variar la tradicional combustión del porro, poco a poco motivan a sus clientes para encaminarlos al autocultivo, por eso la tienda ofrece un par de marcas de semillas regulares y feminizadas.
GREEN SMOKERS
Barrio Laureles Circular 2 #70-34 / (57) 3147067705 / (57) 3126302924
Smokerolla es una distribuidora de parafernalia de última generación con sede en Los Ángeles, California. Desde allí llega toda la mercancía que ofrecen en su tienda criolla, situada a pocas cuadras de la UPB, un catálogo que nace y se renueva en el entorno de la innovación y las nuevas tendencias: uñas de cuarzo para adaptar al bong y disfrutar extracciones, dabbers para manipularlas, instrumentos para consumir rosin (extracción por prensado y calor), bho y sus distintas texturas (extracción por butano), bubblers (pipas burbujeadoras de vidrio), clavos de calor (para mantener caliente la uña) y el denominado Nectar Collector, una herramienta de concentrado portátil que parece un pico largo de vidrio al que se le calienta la punta con un soplete. Toda la parafernalia está a la vanguardia y su fuerte es el vidrio norteamericano.Aunque en un principio Smokerolla Colombia funcionaba solamente como distribuidora, el interés del público hizo abrir la tienda y ahora no solo los smoke shops y las tiendas cannábicas se surten allí. El usuario, además de la juguetería, consigue semillas, materas geotextiles y sustratos preparados. En un rinconcito hay espacio para lo medicinal: el alcohol con marihuana preferido por las abuelas, gel desinfectante, cicatrizante, desinflamatorio y gotas para síntomas de ansiedad, epilepsia, estrés, insomnio y desórdenes alimenticios.
SANTA LUCÍA
DOPE SMOKE SHOP
Carrera 88 # 47DD-8 / (57) 319 4136479
En pleno barrio Santa Lucía, a una cuadra de la estación del metro, está un acogedor lugar para quien busca artículos cannábicos. El local está ubicado en una esquina redonda, sin fachada, bajo una carpa verde. Aquella curvatura posibilita adentro la ubicación de una banca desde donde se aprecia la buena disposición de la mercancía: botas del ejército cannábico, busos, camisetas y gorras de las marcas Medellín 420 y Underground, ropa y accesorios traídos de Estados Unidos, bongs, productos para extracciones. En las vitrinas reluce la tabaquería americana y entre la parafernalia se encuentran desde narguilas locales y árabes hasta vaporizadores y rejillas de varios calibres para pipas del siglo pasado.
En cuanto a cultivo, Dope ofrece semillas, abonos, micorrizas —bioestimulante radicular— y fertilizantes de marcas que se mueven en el medio: G-Black, Mammoth y Top Crop.
La asesoría también es importante: enseñan al usuario a usar los nuevos artefactos para fumar, explican sobre las extracciones y cómo funcionan sus productos, incluidos los relacionados con el autocultivo. Las doñas del barrio, que antes miraban con recelo la tienda, cuyo logo es un feliz moñito de gafas oscuras, terminaron como las compradoras asiduas de los productos medicinales: ungüentos, cremas y champús. La degustación de gomitas, brownies, helado y otras delicias cannábicas está reservada para otro tipo de clientes.
SANTA MÓNICA
4:20 GROW SHOP
Tienda virtual / (57) 3006747793
Juan Pablo García, comandante de 4:20 Grow Shop, empezó a cultivar cannabis hace cuatro años y hoy ya asesora grandes plantaciones y pequeños cultivadores. En su tienda virtual maneja catálogos de bancos de semillas como Dutch Passion y Dinafem, que ofrecen semillas feminizadas de distintas variedades y categorías, como Frisian Dew para exteriores y clima frío, o Auto Glueberry, especial para novatos.
Lo más solicitado en su página y redes sociales son los sustratos a base de coco, recomendado para unas raíces saludables. Para los más inexpertos, 4:20 Grow Shop tiene esquejes ya enraizados para que el usuario empiece a encariñarse con el autocultivo.
Aunque en principio es una tienda virtual, el cliente de 4:20 puede recibir asesoría en el centro de operaciones de la tienda, ubicado en el barrio Santa Mónica. Allí, en compañía de dos perros salchicha, puede conocer las plantas de Juan Pablo, aprender de sus técnicas y conocer sus extracciones. Su tienda también ofrece fertilizantes, gel clonador, estimulador de raíces y algo de parafernalia, entre lo que se destacan cigarrillos electrónicos y cartuchos para vaporizadores con extracción con terpenos. Se recomienda el exótico Sour diesel.
BELÉN
THC SMOKE SHOP
Carrera 83B # 30-16 / Mall Alpes Plaza / (57) 3007362467 / (57 4) 5035149
Uno de los primeros smoke shops en Medellín, hace tres años, fue THC, ubicado a un par de cuadras del centro comercial Los Molinos. Enfocado en parafernalia, tiene un surtido importado en la línea de tabaco: cueros, papeles, blunts de piña, de uva, rascadores de yerba, armadores de porros de distinto calibre, pipas, bongs, vapos, esencias para narguilas, carbones, recargadores de candelas, sopletes y toda la línea Clipper.
A un costado, colgada, luce ropa de Punto Rojo: camisetas con homenajes a variedades índicas y sativas y una guayabera blanca, no con palmeras sino con las verdes e inconfundibles hojas del cannabis. Para el cultivo, tienen semillas de Family Ganja y Pura Vida entre otros, toda la gama de fertilizantes G-Black y cofres en pino canadiense para curar la yerba o guardar la cositería. Si no se antoja de nada, será imposible no llevar sus exclusivos bombombunes sonrientes traídos desde España.
MANO VERDE
Tienda virtual / (57) 300 276 3726
Si un cannabicultor, amateur o experto, requiere ayuda profesional para su cultivo, basta ponerse en contacto con Mano Verde. A cargo de Juan Hoyos, graduado en Ciencias Agrarias, el grower lleva más de doce años recogiendo experiencias. Empezó repartiendo semillas gratis con el fin de promover el autocultivo y ahora maneja un suculento stock dedicado a la siembra: semillas de primera calidad, fertilizantes, kits de cultivo (incluye tabla de cultivo día a día para nutrir adecuadamente las plantas) y sustratos caseros con algas marinas, microorganismos, lombricompost, micorrizas, turba rubia de sphagnum, que da una mejor textura que la fibra de coco, y cuarzo en lugar de perlita, pues es más funcional, duradero y resistente.
Todo en Mano Verde tiene garantía y para mayor confianza los clientes pueden visitar su sede casera, ubicada en Belén Miravalle, para conocer de cerca los productos y recibir asesoría integral de Juan, quien fue alumno del ya fallecido Pablo Klinkert, conocido en el mundo cannábico como Grass Roots, un personaje que trajo semillas y conocimiento cuando la cultura del autocultivo en el país aún era incipiente.
Con su web y envíos ágiles, Mano Verde le hace más fácil la vida a los jardineros que lideran la revolución del autocultivo orgánico; los kits de cultivo son lo más solicitado, pues la persona lleva todo lo que necesita con descuentos y regalos. Para el fumador ofrece algo de parafernalia y accesorios, y para los exóticos, plantas carnívoras, otra de sus pasiones.
WEED SOCIAL CLUB
Sede Belén La Palma: Carrera 81 # 28-05, local 102 / Sede El Poblado: Calle 10 # 41-20, edificio San José, interior 102 / (57) 3106058100
lPróxima a cumplir dos años y con dos sedes activas, Weed Social Club es una de las tiendas cannábicas más consistentes de la ciudad. Tienen en sus vitrinas parafernalia de todo tipo, cueros de arroz, hojas de tabaco, pipas, bongs, sopletes, vaps, e-liquids. Se consiguen los “waxipientes”, miniestuches en silicona para conservar el bho en cualquier textura (wax, crumble, shatter, budder). En El Poblado está, a dos millones trescientos, la máquina Rosin Tech de doce toneladas de presión para aplastar cogollos y extraerles el caramelo (rosin); las mallas y el papel parafinado para completar la operación se venden por separado.
Muchos de los artículos son importados de Europa y Estados Unidos. Por ejemplo, de Colorado traen unas cápsulas de CBD, un cannabinoide medicinal no psicoactivo, y un syrup de este mismo componente para mezclar con cualquier bebida. Entre las curiosidades, un desentoxicador para evadir controles antidoping llamado “Toxin Free” y unos chocolates moldeados como crujientes cogollos curados. También hay ropa, accesorios y un surtido de productos cosméticos: aceites, cremas, sprays íntimos, labiales y unas sales medicinales con CBD que crepitan al entrar en contacto con el agua caliente de bañeras y jacuzzis.
Los socios de Weed Social, un uruguayo y un paisa expertos en plantas de interior y exterior respectivamente, organizan talleres básicos sobre autocultivo y temas derivados del cannabis. “El cultivo no es para todo el mundo pero si la ley te deja, ¿por qué no tomar ventaja?”, dice Guillermo con su acento charrúa. En ambas tiendas los cultivadores encuentran un agradable ambiente, buena música y todo lo necesario para emprender un cultivo, incluyendo asesoría y acompañamiento, como si fueran miembros de un club.
EL POBLADO
HOW HIGH? SMOKE SHOP
Carrera 29D # 6A-05 / Mall Piazza Bella, local 101 / (57) 3183110575
El techo es un cielo azul con nubes de verano del que cuelga un paraguas negro, abierto, estampado con hojitas de marihuana. Es el cielo del paraíso para fumadores que pretende ser How High?, dibujado por El Iou, un artista local. La luz cálida y generosa también ayuda a crear un ambiente ajeno al simple mall de servicios que alberga la tienda. Su filosofía es la exclusividad, ofrecer lo mejor, “lo más pro”.
Sus impecables vitrinas de madera y vidrio están llenas de parafernalia y objetos únicos, pipas de artista, que no se reproducen en masa, con vidrios especiales y técnicas avanzadas. Bongs, vaporizadores, pipas personalizadas: Homero Simpson, Mario Bross, Bob Esponja. Hay rarezas y extravagancias, como una pipa en forma de bolillo del SMAD y una bandeja de oro de 24 kilates marca RAW, de las que solo hay 420 en el mundo, para rascar y trabajar la yerba: llegó la hora de decirle adiós al freesby que se usa para estos menesteres.
En How High? se consigue el Volcano, el supervaporizador de Storz & Bickel que parece una licuadora y una máquina parecida a una cafetera para hacer aceite, mantequilla, tinturas, alcohol y glicerina para vapear.
Si el usuario de cannabis tiende a ser un sibarita, este lugar es obligado: los objetos son finos, bonitos, elegantes: artefactos, estuches, cajitas, todo pupy como para volver burra a la Barbie. También hay ropa de autor y productos para la belleza y medicinales, como linimento y ungüento. Antes de salir de la tienda, es probable que se antoje de uno de los panes gourmet, de quesos o chocolate, que reposan sobre el mostrador: el hambre en el paraíso del fumador puede aparecer en cualquier momento.
CENTRO
ROLLING UP
Carrera 51 # 44-69 / Pasaje comercial Cisneros, local 115, entrada por Carabobo / (57) 312 6269108
En el pasaje comercial que le rinde homenaje a Francisco Javier Cisneros, el ingeniero cubano que vino a Colombia en el siglo XIX a construir ferrocarriles, funcionan varios locales dedicados a la parafernalia cannábica. Rolling Up se destaca por su énfasis en el grow shop: lo tienen todo para la siembra. Desde un armario de cultivo equipado con una luz violeta y un pequeño ventilador, una planta Opium en plena fase de crecimiento le da la bienvenida a los clientes. Allí se consiguen semillas, macetas de tela, fertilizantes e ingredientes para sustratos o sustratos ya preparados con turba de coco, perlita, arlita y abonos. “La gente no conoce variedades de semillas pero aquí le ayudamos”, cuenta Brey, que siempre está repartiendo volantes que promueven y enseñan sobre autocultivo y marihuana medicinal.
Era en esta zona de Medellín, por allá en tiempos de poncho y carriel, donde los paisanos conseguían tabacos, fósforos y las primeras pipas y cigarros. Hoy ese mercado parece resurgir con estos sitios. La estantería de Rolling Up está repleta de parafernalia: blunts, cueros, pipas de cristal, candelas, rascadores con compartimento para polen, conos de papel en diferentes tamaños, bongs, y también esencias, productos cosméticos a base de semilla de cannabis y ungüentos para los dolores articulares.
PIEL DE COBRE
Calle 52 # 46-22 / Centro comercial Paseo de La Playa, local 172 / (57 4) 5124263
Este movido sector de Medellín, en La Playa con la Oriental, está zanjado por puestos de jipis que ofrecen pipas y cueros. Así empezó Piel de Cobre en 1996, cuando la cultura cannábica era una cosa desconocida en la ciudad. A través de los años la tienda ha sido testigo de los cambios del centro y de su mismo espacio, y de cómo los usuarios del cannabis evolucionaron del bareto al vapo.
En un punto álgido de transeúntes, Piel de Cobre ofrece parafernalia, todo tipo de cueros, pipas, matapatas, candelas, ceniceros. También venden ropa, casi toda negra y rockera, y accesorios, vaporizadores, cigarrillos electrónicos, bongs económicos y narguilas. Para el autocultivo venden semillas y si el cliente es inexperto, se la entregan germinada con sus respectivos consejos de cuidado. Para los adoloridos, hay ungüento de cannabis antiartrítico, gotas medicinales sin THC y algunos productos de belleza.
MANRIQUE
SKUNK-L 4:20
Carrera 44A # 86-46 / (57) 305 8785258
El único zorrillo que huele bueno es el de SkunK-L 4:20. Vive con sus ojos rojos en Manrique a dos cuadras de la estación Las Esmeraldas del metroplús. Satisfecho y picarón, pero sobre todo trabadito, es la imagen de este smoke shop que desde hace un año y medio le trae a la gente de la zona opciones para fumar y disfrutar el cannabis diferentes al cigarrillo de marihuana armado con el áspero papel blanco.
Ahora muchos habitantes del barrio conocen los cueros orgánicos, de cáñamo, los blunts wraps de frutas, los grinders, las pipas de agua, las narguilas, los cigarrillos electrónicos y los vaporizadores herbales y de esencias. Otros han aprendido a armar lo suyo con maquinitas. “Quisimos que abrieran el mundo”, dice Katy, una de la dueñas del zorrillo que inspira una conocida y poderosa variedad de marihuana: Skunk.
En la tienda, única en el sector, se venden cueros menudeados desde cincuenta pesos y cajitas desde novecientos. “La idea es darle al público que no se acerca a una esquina algo más formal donde pueda elegir y comprar su parafernalia sin tener que ir al centro”, dice Katy. El zorrillo también ofrece llaveros, candelas, gorras, té de coca, velas, incienso, pebeteros y hace recargas e impresiones.
GIRARDOT
MAX GREEN GROW SHOP
Sede Itagüí: Calle 77 N 52A-64, Santa María / (57) 3146376536
Cerca al Sena de Pedregal hay un grow shop en el que provoca pasar toda una tarde. Sobre el paseo Girardot, un corto corredor peatonal sobre la carrera 65, está la tienda abierta de par en par. Una salita decorada con afiches de flores de marihuana, dos sillas y un puff invitan al sosiego y a la conversa. Sobre la mesa hay manuales de cultivo, catálogos de semillas, flyers de rumbas y eventos. Afuera, una San Fernando Valley, especie índica, recibe la fresca y saluda a los transeúntes con sus hojas gruesas.
Max Green está especializado en la jardinería del cannabis. A un lado de la tienda resalta una carpa de cultivo con luces, hogar de la Valley. Ofrecen ventiladores, lámparas, mallas para el secado uniforme de la yerba y todo lo necesario para el autocultivo, hasta frascos herméticos para el curado y tijeras de poda. Venden un combo para empezar con paso seguro: matera con sustrato listo, semilla, abono de crecimiento y el jiffy o germinador por 35.000 pesos. Un volante de la tienda enseña a germinar en jiffy o pastilla de turba, el cual se expande al sumergirse en agua para luego recibir la semilla germinada. Hay semillas variadas y materas geotextiles de dos, siete, quince y veinte litros, fertilizantes y un sustrato propio, Sustragreen, ya conocido en el medio. Para las plagas, como la intensa y diminuta mosca blanca, hay insecticidas orgánicos.
La parafernalia también vale la pena: pipas de vidrio, de silicona, de madera; la gama de cueros, papel parafinado, sopletes, vapos, bongs, “lapiceritos” para darse un rosin, ciclones para rellenar, y de ñapa pomadas para el dolor, champú, tratamiento para el cabello y aceite íntimo para la mujer a base a cannabis. A la salida, frente a la Valley, tres filas de cactus y suculentas terminan de ambientar un lugar en el que se respira el activismo y la cultura cannábica desde el norte de la ciudad.
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