Stones a la criolla
Entre 1963 y 1967 se gestó la primera ola del rock en Colombia. Precedido por Jimmy Reisback –quien a finales de la década de los cincuenta empezó a transmitir “música moderna” en la emisora Nuevo Mundo–, Carlos Pinzón estructuró Radio 15, la estación que en los años venideros sería la plataforma donde los jóvenes escucharon la alambicada “nueva ola” latinoamericana y el estruendoso rock importado de Estados Unidos e Inglaterra. Aunque las tonadas de los Beatles fueron las más replicadas, muchas de los Rolling Stones también fueron acogidas con candidez y genuino descaro.
Con el único pretexto de celebrar el el paso de los Rolling Stones por Colombia –resignados al oportunismo inevitable de querer decir algo al respecto, aún mordiéndonos los labios para quedarnos callados– y revisar de nuevo una porción de la siempre nebulosa historia del rock en Colombia, acá está una antología que reúne algunas canciones de los ingleses grabadas por Los Speakers, Los Yetis, Los Ámpex, Los Young Beats, Angelita y 1280 Almas. A manera de bonus track –que preferiremos llamar ñapa– la lista incluye canciones que, aunque no fueron compuestas por los Rolling Stones, sí guardan un lugar especial dentro de su mito fundacional.
¡Disfruten!
Los Speakers
“Satisfaction” | La casa del sol naciente | Discos Bambuco, 1966
En 1964 Caracol llevó a Bogotá a Enrique Guzmán, una de las figuras más importantes de la “nueva ola” latinoamericana. El concierto, llevado a cabo en un pabellón de la Feria de Exposición, propició el encuentro de la banda pionera del rock criollo. Conformada por miembros de Los Dinámicos y Los Electrónicos, Los Speakers abrieron el concierto del crooner mexicano y, posteriormente, llamaron la atención de Vergara, un sello de rancheras y boleros que no desaprovechó la oportunidad de sacar buen provecho de los melenudos capitalinos. Así se grabó el primer disco de rock en Colombia. El entusiasmo que la banda despertó en las juventudes bogotanas sedujo a Eduardo Calle, el dueño de discos Bambuco, quien les ofreció un contrato por tres álbumes. El primero de ellos se llamó La casa del sol naciente, que incluyó –además de canciones de Bob Dylan, The Animals, Chuck Berry, The Beatles, Gerry and the Pacemakers y dos originales de la banda– una versión al pie de la letra de la inmortal “Satisfaction”. Al término de 1966, se vendieron 15.000 copias del disco… algo impensable para una incipiente agrupación de rock colombiano.
Los Yetis
“Satisfaction” | Discothéque Colombia A Go Gó | Discos Fuentes, 1966
Al igual que Los Speakers, Los Yetis hicieron su primera aparición pública en un concierto del astro mexicano Enrique Guzmán. En mayo de 1965, en el Coliseo Cubierto de Medellín, los hermanos Juancho e Iván Darío López y Juan Nicolás Estela –una floreciente estrella de la canción que para esa época ya contaba con dos grabaciones prensadas por Codiscos– se expusieron frente a una muchachada frenética y abonaron el terreno para que un año después Discos Fuentes, en una jugada maestra de promoción, los elevara al estatus de ídolos juveniles. Dentro de la estrategia mediática, el gigante fonográfico produjo 14 Impactos Juveniles (1966) –un recopilado sin precedentes que consolidó la locura go gó y sirvió de plataforma para lanzar al estrellato no solo a Los Yetis sino a solistas como Harold, Luis Fernando Garcés y Tommy Arraut–, el primer larga duración de Los Yetis y Discothéque Colombia A Go Gó (1966), otra recopilación de las mismas características que en su cara A presentaba a Los Yetis interpretando un mosaico que incluía, entre otras, “La Bamba”, “Ametrallando”, “Gloria”, “Wolly Bully” y “Satisfaction”. Junto a Norman Smith en el bajo y Hernán Pabón en la batería, los tres adolescentes le imprimieron a la canción de los Stones un sonido muy personal que hoy, cincuenta años después, suena furibundo y salvaje.
Los Young Beats
“Corazón de piedra” y “Al pasar de las lágrimas” | Ellos están cambiando los tiempos | Discos Bambuco, 1966
Fue durante un ensayo de Los Flippers, por allá en 1965, donde se encontraron el cantante Álvaro Díaz y el baterista de origen italiano Roberto Fiorilli, quienes trabaron amistad gracias a su gusto por el rock “duro” anglosajón. Unos meses más tarde, junto a Miguel y Ernesto Suárez (bajista y guitarrista, respectivamente), se reunieron a ensayar en el apartamento del padre de Fiorilli canciones de Yardbirds, Kinks, Them, Bob Dylan y, por supuesto, los Rolling Stones. Aunque la simpatía y la camaradería con sus colegas era evidente, Los Young Beats –como se llamaron– no sucumbieron al encanto empalagoso de los Beatles sino que prefirieron una onda mod, más oscura y descarriada. De eso da cuenta un artículo de la revista Ilusión escrito en 1966 por la novelista barranquillera Fanny Buitrago que, de manera hiperbólica, los deja ver como personajes extravagantes: “Roberto, rubio, de cabello larguísimo, lentes de aro sin vidrios, una brújula que le sirve de reloj y de guía, y una foca amaestrada en la piscina de su casa que se llama Temístocles”. Más allá de la imaginación de la escritora, lo cierto es que Los Young Beats eran una banda atípica en el circuito rockero capitalino que, de manera sorpresiva, los acogió sin prejuicio. Así las cosas, se presentaron en el radio teatro de la emisora 1020, fueron la banda residente del club Le Bon Gout y Alfonso Lizarazo los invitó a Juventud Moderna, el espacio en la televisión de Radio 15. Por los mismos días en que Fernando Córdoba y Ferdie Fernández reemplazaron a Álvaro y Ernesto, Eduardo Calle les ofreció grabar un disco para su sello Bambuco. Ellos están cambiando los tiempos (1966) –que toma su nombre del álbum de Bob Dylan– es una grabación de doce covers dentro de los que se destacan “Corazón de piedra” y “Al pasar de las lágrimas”, dos versiones libres de “Heart of stone” y “As tears go by”, canciones originales del tándem Jagger-Richads, así como otras tres que, aunque no fueron escritas por los Stones, pertenecen a su repertorio más clásico. El único registro que dejaron Los Young Beats –que luego se convirtieron en The Time Machine– es el primer viaje colombiano por los terrenos del blues y el rhythm n blues británicos.
Los Ampex
“Píntalo de negro” | The Ampex | Discos Fuentes, 1967
Fue en la emisora Radio Cordillera, de Bogotá, donde el guitarrista caleño Óscar Lasprilla y el bajista Yamel Uribe se conocieron y fundaron una banda llamada Los Goldfingers en la que enlistaron a Jaime Rodríguez (guitarra) y Óscar Ceballos (batería). A finales de 1965, luego de ser una de las bandas habituales de programas de televisión como el famoso Club del Clan, el cuarteto se rebautizó con un nombre que le hacía honor a las máquinas grabadoras de la compañía estadounidense Ampex. Así, pronto se convirtieron en una de las consentidas de Radio 15, una entusiasta estación radial que, en cabeza de Alfonso Lizarazo, su director, apoyaba irrestrictamente la actualidad de la llamada “música moderna”. El brazo discográfico de la emisora –Discos 15– publicó los dos primeros registros de la banda: el epé Los Ámpex y Colección Infierno a Go Gó, ambos de 1966. Además de la simpatía que despertaron en el público, eran unos músicos diestros apetecidos por cantantes de moda como Vicky, Margie, María Elvira, las hermanitas Singer, Óscar Golden y Harold. Con estos dos últimos, Los Yetis y Los Speakers recorrieron durante varios meses Colombia como parte de la legendaria “Gira Milo A Go Gó”, organizada por Lizarazo. Aunque todo parecía indicar un buen norte, el desencanto se adueñó de Ceballos y Rodríguez, quienes abandonaron la agrupación no sin antes grabar para Discos Fuentes The Ampex (1967), una gema del rock nacional que contiene la descarada y garajera versión de “Paint it Black”, sencillo estrenado originalmente por los Rolling Stones en mayo de 1966.
Angelita
“Mientras caen las lágrimas” | El paraíso está en la tierra | Phillips, 1975
Angie Mary Hickie, mejor conocida en Colombia como Angelita, era taquimecanógrafa en el Lloyds Bank de Londres, el mismo lugar donde su abuelo había trabajado toda la vida. Tenía tan solo quince años cuando decidió irse de vacaciones huyendo de la monotonía… ¡y nunca más volvió! Llegó a España, cruzó el Estrecho de Gibraltar, arribó a Marruecos, de allí pasó a Cabo Verde, atravesó el océano Atlántico, hizo escala en Guyana Francesa, pasó a Brasil y, en busca de una ruta que la llevara al Festival de Woodstock, se topó en la isla de San Andrés a Gonzalo Arango durante el Primer Festival del Coco. Fue amor a primera vista, dicen los cronistas, quienes también afirman que los nadaístas acusaron a la inglesa de haber apartado al “Profeta” de su camino. Sea la historia que sea, Angelita fue la eterna compañera sentimental del poeta, e incluso estaba con él el 25 de septiembre de 1976 cuando, de camino a Villa de Leyva, Arango murió en un accidente de carretera. Un año antes del trágico acontecimiento, Angelita registró su único disco. Se trata de El paraíso está en la tierra (1975) donde encontramos la musicalización de un par de poemas escritos por Jotamario Arbeláez y Gonzalo Arango, tres canciones compuestas por ella, otras dos de Kris Kristofferson y Graham Nash, un hermoso cover de “Will you love me tomorrow”, de Carole King, y una lánguida versión de “As tears go by” de los Stones, que ella tituló “Mientras caen las lágrimas”. Grabado en los Estudios Ingesón de Bogotá –con la participación de Humberto Monroy en las guitarras– este disco es uno de los hitos de la “canción social” colombiana que cultivaron en la década de los setenta personajes como Pablus Gallinazus, Lukas, Norman y Darío, Eliana, y Ana y Jaime. Angelita se retiró del bullicio urbano hace cuarenta años. Vive en Guatavita, donde regenta una tienda en la que ofrece torta de naranja, masato, obleas, tinto y vino caliente.
1280 Almas
“Simpati” | Háblame de horror | HormigaLoca, 1993
En 1992, cuando la luz se iba a las seis de la tarde y Pablo Escobar se fugaba impunemente de La Catedral, tres viejos compañeros de colegio se encontraron en la Universidad Nacional con otro par de compinches que le dieron vida a 1280 Almas, uno de los capítulos más emocionantes del rock bogotano de los noventa. Un año más tarde, luego de darse a conocer en diferentes bares alternativos de la ciudad (Rotten Rats, Bol&Bar y Vértigo Campoelías), Fernando del Castillo, Hernando Sierra, Juan Carlos Rojas, Pablo Kalmanovitz y Leonardo López, entraron a los Estudios Audio 8 de Ricardo Rodríguez y grabaron el casete Háblame de horror (1993), un documento crudo que, tras su humor cínico, reveló el desengaño de una generación. Mezcla feliz y frenética de punk, ska, hardcore, punk y grooves tropicales, este disco cierra con “Simpati”, un cover muy personal de “Sympathy for the devil”, la polémica canción de los Rolling Stones que, inspirada en la novela El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, apareció en 1968 dentro del disco Beggars Banquet. Las Almas –que en los discos posteriores reinterpretaron canciones de Minor Threat, Leonardo Fabio y Velvet Underground– se tomaron la libertad de variar el célebre coro por unas líneas desvergonzadas: “Te enredaste, y ya tu sabes con quién/ Y me confundes porque quizás yo juego demasiado bien”. Además, para situarla en el contexto local, cambiaron la referencia a la muerte de Kennedy por la de Jorge Eliécer Gaitán.
ÑAPAS
Los Flippers
“Ruta 66” | Discotheque | Codiscos, 1966
Compuesta en 1946 por el cantautor norteamericano Bobby Troup, “Route 66” cuenta el itinerario geográfico de un viaje en el que él manejó desde Pennsylvania hasta California a través de la Carretera Madre, como la llamó John Steinbeck en su novela Las uvas de la ira. El mismo año en que fue compuesta, la canción fue grabada por Nat King Cole, quien la convirtió en un éxito inmediato del rhythm n blues. La versión de los Stones –incluida en su álbum debut The Rolling Stones (1962)– está basada en la de Chuck Berry. La criolla apareció en el primer disco de Los Flippers, la banda que entre 1964 y 1982 lideró Arturo Astudillo. Fue el caballito de batalla de Miguel Durier –malogrado cantante del combo bogotano–, de quien dicen los entendidos, fue el frontman más carismático de los albores del rock colombiano.
Juan Ignacio
“Quiero ser tu hombre” | Como nace un amor | Zeida, 1966
Aunque le pertenece a los Beatles –y más exactamente al brevísimo pero simpático repertorio vocal de Ringo Starr–, “I wanna be your man” es una de las canciones esenciales de los Stones no solo porque desmiente la rivalidad entre los dos grupos sino, también, porque fue su primer sencillo en lograr figuración popular. A pesar de que la versión de José Ignacio Durán está más cercana a la de los cuatro de Liverpool, la incluimos en esta lista pues vale la pena desempolvar a una de las voces más populares de la “nueva ola” en Colombia. Si bien gozó de gran éxito en la década de los sesenta –ya fuera por su carrera en solitario, junto a Los Yetis y, más adelante, como parte del dueto de canción social José y Darío– el sincelejano ha caído en el olvido profundo pese a que su edulcorada voz bien podría ser el precedente de estilos como el de Esteman y Juan Pablo Vega, actuales ídolos del pop local.
Los Young Beats
“Money”, “You better move on” y “Not fade away” | Ellos están cambiando los tiempos | Discos Bambuco, 1966
Los Young Beats sumaron al repertorio de su disco tres canciones que no son autoría de los Stones pero que hacen parte crucial de su primera discografía. “Money” –escrita por el fundador del sello Tamla, Berry Gordy– fue una suerte de estándar para muchos de los grupos de beat inglés como los Searchers, los Undertakers, los Beatles, Fredie and The Dreamers y Kingsize Taylor and The Dominoes, entre otros. Fue publicada en The Rolling Stones (1964), un epé de cuatro temas que el sello Decca lanzó para apoyar el éxito que había tenido “I wanna be your man”. En ese mismo epé se incluyó una composición del cantautor norteamericano Arthur Alexander: “You better move on”, que ese mismo año también fue versionada por los Hollies. Cinco semanas más tarde sacaron al mercado “Not fade away”, una canción original de Buddy Holly que se convirtió en su primer gran éxito comercial en Gran Bretaña. Además de esta suma stoniana, Los Young Beats interpretaron en su grabación canciones de los Yardbirds, los McCoys, Them, Bob Dylan y los Kinks.
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