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5 claves para entender el TOC

5 claves para entender el TOC

Ilustración

El Trastorno Obsesivo Compulsivo puede tomar muchas formas y surgir de múltiples maneras. Esta breve mirada a su historia, síntomas y tratamiento permite aclarar dudas al respecto.

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i alguna vez usted ha tenido visiones trágicas de accidentes mientras maneja, suposiciones espantosas de haber dejado la estufa encendida, una fijación que no lo deja en paz por la visión de un cuadro que está levemente inclinado, o un miedo inmanejable a un virus que podría estar en su piel y se ha lavado compulsivamente las manos toda la mañana, usted no tiene TOC. Usted solo ha experimentado momentáneamente la actividad mental de la que no pueden escapar los que sí lo padecen. Por el contrario, si este tipo de cosas le representan a usted una ansiedad inmanejable, cotidiana, permanente y le impiden vivir el día a día, es bastante probable que le venga bien consultar un especialista.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo es una condición mental que se puede tratar para hacerla llevadera, aunque hasta el momento no se haya encontrado una cura. El TOC se compone de dos tipos de ingredientes fundamentales: hay una serie de ideas, imágenes o pensamientos (obsesiones) que aparecen vívida y repetitivamente sin que el que lo padezca pueda hacer nada al respecto. Las obsesiones llevan a conductas y/o rituales repetitivos (compulsiones) que intentan paliar la obsesión, logrando apenas un mínimo alivio antes de volver a repetir el círculo vicioso. El trastorno representa una carga emocional y un desgaste enorme en aquel que lo padece, al grado de terminar aislándolo entre la vergüenza y la evasión de las causas de su ansiedad, cuando no impidiéndole desempeñar tareas y actividad corrientes, cotidianas, sociales y saludables al paciente.

De hecho, como anota Nidia Preciado, psicóloga especialista y magíster en psicología médica y de la salud, candidata a doctorado, y coordinadora de la maestría en psicología clínica y de la salud de Unisanitas, “una señal de alerta tiene que ver con la funcionalidad de la persona. Por lo general los que nos damos cuenta estamos en el entorno del paciente. Cuando notamos que una persona tiene miedos o ansiedades que interrumpen su cotidianidad, por ejemplo que interrumpen el contacto familiar o con amigos, su capacidad de asistir o realizar su trabajo, estudiar, mercar o lo que sea por cualquier cosa, hay que llamar la atención.”

Suframos o no de TOC, todos estamos en capacidad de entender mejor esta condición para hacerle más llevadero a alguien el proceso de aceptarlo y vivirlo en nuestro entorno. Aquí van cinco claves para entender mejor qué es y cómo manejar el Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Trastorno Obsesivo Compulsivo

1. Hay varios tipos diferentes de TOC (y pueden padecerse al tiempo)

Así como lo lee: el TOC describe un cuadro, una lógica, una misma forma común a todo un espectro de obsesiones y rituales compulsivos muy variados. Existen algunas clasificaciones. Según la temática de la obsesión y los rituales correspondientes se han catalogado: limpiadores, verificadores, ordenadores, puros, ritualizadores mentales, repetidores y acumuladores. Otras clasificaciones incluyen TOCs relacionados a la orientación sexual, a pensamientos agresivos o sexuales, al juicio moral o religioso, al propio cuerpo (especialmente a la apariencia) y a otros temas ‘particulares’, pues como señalan algunos especialistas, puede haber tantos tipos de TOC como obsesiones puedan tener los individuos que lo sufren. Y de hecho, cada una se puede sumar a la otra. Un ejemplo extraordinario de este complejo problema lo muestra el fotógrafo Jorge Andrade Blanco en un testimonio publicado en la revista Bienestar Colsanitas:

En mi caso, como en el de la mayoría de personas que padecen esta enfermedad, sufro de varios tipos de TOC: soy “limpiador”, “verificador”, “ordenador” y “puro o atormentado”. Los limpiadores nos obsesionamos con que el mundo está contaminado, lleno de gérmenes y de enfermedades. Esa idea hace que tengamos que limpiar nuestro entorno y a nosotros mismos para reducir la ansiedad. Los verificadores nos cercioramos más veces de lo normal si cerramos la puerta, la llave del gas, las ventanas, si enviamos correctamente un mail; nos aterra que producto de un descuido, por ejemplo, se incendie nuestra casa —y la vemos arder vívidamente en nuestra cabeza—. Los ordenadores disponemos nuestro entorno según unas pautas muy rígidas: nos obsesiona la simetría y la armonía; si algo rompe dicha armonía no podemos descansar hasta recomponerla, o podemos tener reacciones sobredimensionadas, ataques de rabia o depresión causados por cosas insignificantes como un libro en el lugar equivocado, o una camisa roja donde están las blancas. Los que sufrimos de TOC puro o atormentado nos obsesionamos con ideas y pensamientos negativos reiterados que resultan incontrolables y bastante perturbadores. Estas ideas se repiten y se vuelven insoportables; en mi caso, pensaba que me querían envenenar, síntoma que parece más propio de la psicosis paranoide, pero que en mi caso era causado por el TOC puro.

2. Se estima que el primer caso de lo que hoy llamamos TOC fue diagnosticado y tratado por Sigmund Freud

Como anota una breve historia del trastorno y sus tratamientos en el portal de Pulse, una clínica en Los Ángeles, California, dedicada al tratamiento de casos más graves y resistentes de TOC y depresión, corría el año de 1907 cuando Ernst Lanzer comenzó un proceso de psicoanálisis con el Dr. Freud.

“Lanzer terminó conociéndose como “el hombre de las ratas”, en tanto había desarrollado un miedo irracional a la posibilidad de que las ratas pudieran meterse por el ano de su padre y su novia. Para manejar su miedo, Lanzer había desarrollado compulsiones, particularmente contar y rezar. La condición de Lanzer se había vuelto tan incapacitante que tenía serios problemas para concentrarse en sus estudios de derecho. Freud lo diagnosticó con lo que llamó “neurosis obsesiva”.

Como anota Nidia Preciado, “es muy importante entender que hay obsesiones que conllevan a rituales y compulsiones que no tienen ningún tipo de relación. Ahí hay un trabajo importante por hacer: porque no podemos normalizar, por ejemplo, que alguien decida no lavarse el pelo para prevenir una muerte por enfermedad cardiovascular de un ser querido –y este ejemplo es de un paciente mío–. Es muy importante por eso que la persona, en su proceso de terapia, examine con paciencia y frecuencia esas ideas y esos comportamientos, porque uno de verdad no se imagina las cosas que pasan por la cabeza de una persona que padece un trastorno así. Pero para eso está la terapia, para ayudarlos.”

De hecho, parece que el caso de Lanzer fue el primero en ser aliviado por medio de la psicología. Freud proclamó que su análisis (de aproximadamente once meses) había sido efectivo para tratar el trastorno del paciente de las ratas, logrando que distintos síntomas desaparecieran una vez cedieron varias de las representaciones mentales que lo obsesionaban. Una entrevista a Mikkel Borch-Jacobsen, historiador de la psiquiatría que hizo un breve recuento y revisión de la vida de los pacientes de Freud, anota que Ernst Lanzer pudo completar sus estudios de derecho, pasar sus exámenes y casarse después de su análisis. Sin embargo, con el tiempo y la aparición de la psicología cognitivo conductual y la medicación psiquiátrica, el psicoanálisis ha pasado a un segundo plano entre los tratamientos predilectos para el TOC.

Trastorno Obsesivo Compulsivo

3. El TOC se puede desarrollar a cualquier edad, con o sin antecedentes (aunque es antecedente importante para otras cosas)

Como anota un artículo en el portal del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia (Inserm, por sus siglas en francés), se estima que el TOC afecta entre un 2-3% de la población global y, según las estadísticas del Instituto, solo superada por las fobias, las adicciones y la depresión en prevalencia psiquiátrica. Pero lo más llamativo es que solo aparece antes de los 25 años en un 65% de los casos.

No obstante, según recoge el artículo, resulta un indicador importante y un signo de alerta para el cuidado y monitoreo de la salud mental de quien lo sufre: “alrededor de la mitad de los que padecen TOC sufren de otra enfermedad psiquiátrica, particularmente de trastornos del humor y el ánimo [como la depresión], trastornos de ansiedad y trastornos alimenticios. Puede también sufrir de tics [como en el caso del síndrome de Tourette]. Por lo demás, el abuso o la dependencia al alcohol se ha observado con mayor frecuencia [entre quienes tienen TOC] que en el resto de la población.”

“Lo que pasa es que ningún trastorno mental está solo, en exclusividad en la vida de la persona”, señala la Dra. Preciado. “Siempre está acompañado de más problemas o sensaciones derivadas que hacen difícil llevar la vida, y por esto pueden aparecer malestares muy profundos. Los pacientes se sienten avergonzados, intimidados, rechazados, incomprendidos. Eso tiende a aislarlos, a que eviten el contacto social o toda situación donde se les dice eso que no quieren reconocer, discutir, enfrentar o simplemente recordar. Esa frustración y malestar emocional se cristaliza en cosas como la depresión y el consumo de alcohol, por ejemplo.”

Trastorno Obsesivo Compulsivo

4. Tratarlo puede requerir psicoterapia y, algunas veces, medicación, pero sobre todo dejar de evadir las ideas y cosas que producen ansiedad

Como indica Nidia Preciado, el tratamiento se enfoca en otorgarle a la persona herramientas, reflexiones y experiencias que le permitan abrazar sus obsesiones sin incurrir en las compulsiones y así recuperar la capacidad de desenvolverse en la rutina y la propia vida. “Se trata de aprender a convivir con las propias ideas y comprender que uno mismo las puede conocer y controlar. La percepción es distinta cuando sientes que simplemente estás enfermo y mal… No se puede superar del todo una afección como esta, pero el TOC tiene muy buena salida y con el tratamiento las personas suelen volver a ser muy funcionales y a recuperar su vida.”

El camino predilecto es el método de Exposición y Respuesta (ERT) de la psicología cognitivo conductual, así como algunos medicamentos como los antidepresivos serotoninérgicos y/o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Los grupos de apoyo también resultan ser de gran ayuda terapéutica para los que padecen TOC. Según indica la Fundación Internacional TOC (International OCD Foundation), el 70% de los pacientes reporta mejoría y beneficio de su trabajo en terapia y/o toma de medicación.

“Estos son tratamientos en los que –de modo controlado, con un experto, mediante una excelente relación con el paciente y de modo progresivo– se hace una exposición a los elementos que más exacerban su ansiedad”, retoma la Dra. Preciado. “Por ejemplo, un paciente mío no era capaz de tocar los tubos pasamanos de los buses. La idea, primero, era que él aprendiera a autorregularse emocionalmente frente a esas cosas. Imagínate: en el bus, de donde más te vas a coger. Pero para llegar allá hay que prepararlos para que sepan reaccionar y manejarse. Y finalmente se da el paso: la persona se enfrenta y lo intenta, muchísimas veces con éxito.”

Por parte de la medicación, Preciado explica que “usualmente lo que se da en el manejo con medicamentos, tiene que ver con ayudar a la regulación emocional y del sistema nervioso central de la persona, para que mantenga niveles normales de ciertos neurotransmisores que lo ayuden a prevenir una crisis de ansiedad e incluso ataques de pánico y otras experiencias muy desagradables para el paciente. Pero eso implica, y es importante anotarlo, un abordaje interdisciplinar, por lo menos entre psicología y psiquiatría.”

Trastorno Obsesivo Compulsivo

5. Si alguien cercano a usted lo padece, puede ser contraintuitivo ayudarlo

En un testimonio personal que publicó el portal de salud y bienestar Self, Kavin Senapathy, periodista norteamericana, madre y paciente TOC, contaba que su esposo había terminado integrado dentro de sus compulsiones de un modo sutil y complejo. En medio de imágenes terribles e invasivas de su hija, de sí misma o de su esposo en escenarios espantosos, preguntaba: ¿Todo va a estar bien? Y él, confiando en hacer lo mejor para ella, le respondía: Sí, todo va a estar bien. Las preguntas compulsivas habían convertido a su pareja en un engranaje de su TOC, que en cambio de ayudarla a enfrentarlo, lo alimentaba. Cada respuesta, solo brindaba un mínimo alivio, como intentar apagar fuego soplando. Pero, entonces, ¿cómo se debería proceder?

“Lo primero que diría es que deberíamos tener una visión comprehensiva de lo que vive la persona”, señala la doctora Preciado. “Yo puedo entender que muchos de estos comportamientos pueden incluso no tener sentido para la persona, aunque ellos mismos lo sepan y recurren a ellos para buscar alivio. Minimizar eso con el “todo va a estar bien”, es desconocer esa complejidad. Entrar en ese camino de garantizar que todo va a estar bien, no es una realidad.” De hecho el testimonio de Senapathy, terminaba de anotar que, una vez comenzó tratamiento con psicoterapia, fue claro que era preferible que su esposo la ayudara a abrazar la incertidumbre y a notar que estaba cayendo en una compulsión, antes que volver al alivio momentáneo y frágil del todo va a estar bien.

“Lo que hay que normalizar no es el trastorno ni las compulsiones, sino que todos somos vulnerables a la enfermedad mental”, concluye Preciado. “Algunos la vivimos en carne propia, otros en familiares o amigos.. Ha sido estigmatizada, cuando es algo que está ahí. Hay que normalizar que todos podemos pasar por eso y podemos vivir y encontrar tratamiento y salir adelante. Por eso yo le diría, desde mi experiencia como psicóloga clínica, a quién esté pasando por algo así que no está solo. Porque cuando tenemos la experiencia de un problema mental muchas veces tenemos la sensación de que es demasiado raro, que esto no le pasa a nadie más, que nadie lo va a entender. Pero cuando hablamos de esto y buscamos ayuda la experiencia suele ser muy positiva y mejora mucho la expectativa de recuperación. De modo que hay que consultar: en nuestro país, afortunadamente, hay muchísimos profesionales de la psicología y de distintas escuelas, tan efectivas como la cognitivo conductual, que pueden ayudarle a cualquiera a salir adelante. Y es algo que no deberíamos desaprovechar.”

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Jorge Francisco Mestre

Escritor, periodista e historiador. Ha publicado dos libros de poesía, Música para aves artificiales (2022) y Música de los abismos moleculares (2024), y el ensayo Enema of the State (2024). Ha sido colaborador de El Malpensante, Bacánika, Bienestar Colsanitas y el Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República. Cuando las estrellas se alinean, escribe sobre astrología en esta revista como Mestre Astral. Fanático del café y las historias contadas con calma.

Escritor, periodista e historiador. Ha publicado dos libros de poesía, Música para aves artificiales (2022) y Música de los abismos moleculares (2024), y el ensayo Enema of the State (2024). Ha sido colaborador de El Malpensante, Bacánika, Bienestar Colsanitas y el Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República. Cuando las estrellas se alinean, escribe sobre astrología en esta revista como Mestre Astral. Fanático del café y las historias contadas con calma.

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