Gente que no queremos en nuestro Facebook
Si creían que estos personajes habían desaparecido después de tanta crítica…
¡les informamos que no! Aún siguen publicando pendejadas en Facebook e incomodando a los demás.
En pleno auge de Facebook, entre el 2008 y 2011, muchos agregábamos personas sin discriminar, no había tanto acoso y era interesante conocer a gente nueva. Pero cuando la desconfianza empezó a apoderarse de las redes, esos cinco mil “amigos” se fueron convirtiendo en dos mil, mil, hasta menos de cien. Lo interesante de este comportamiento es que los límites en la interacción con desconocidos eran casi obvios. Nadie hizo un llamado para dejar claro lo siguiente: “Si te hablo por primera vez, no significa que me quiera casar contigo”.
Desde publicar imágenes sin sentido, etiquetando a cuanta persona encuentran -como esas que sube la tía y en la reunión familiar le pone problema a uno porque no la comentó- hasta escribir al chat de una persona creyendo que podrán ligar al incluir la famosa frase “Oye, ¿nos vemos mañana o tu novio no te deja?”, estos personajes siguen haciendo de las suyas, publicando y escribiendo mensajes sin importar cuantas veces los ignoremos.
El agradecido
Su vida se centra en agregar personas sin importar de qué país sea y qué tan avanzado sea su árabe… Siempre inicia su mítica conversación publicando en el muro de esa persona que lo aceptó un “Gracias por aceptarme, bebé”. También puede cambiar esa última palabra por “princesa”, “hermoso”, “guapo”, “ricura” o, para los más osados, “mami”.
La cursi
Es ese familiar que tocó agregar a Facebook por conservar la paz en las fiestas de cumpleaños de los primitos. Tal parece que no tiene nada que hacer y todos los días nos etiqueta en una foto de perritos, gatos o flores con alguna frase pendeja sacada del infame manual de escritura de Coelho o Arjona. Ustedes saben cuál es.
La influencer
Aunque no trabaja para una marca siempre querrá vender algo: comida, ropa, accesorios, armas, etc. Todo lo sabe, a todos conoce y todo lo hace. En casos de emergencia laboral o personal, siempre tiene el contacto de alguien (que no sirve para nada). Suele hacer spam con las publicaciones para aumentar sus seguidores, pues su único objetivo en la vida es tener más seguidores que toda la familia Kardashian.
El perseverante
No importa cuántas veces lo o la dejes en visto, siempre te escribe. Pueden pasar meses y esa persona continúa con su incansable misión unas 876 veces más, porque al carajo la dignidad. Incluso hay unos que se molestan a los pocos minutos de dejarlos en visto. Inician la conversación de la manera más respetuosa, pero al no encontrar una respuesta inmediata procede al Plan V: Verborrea ofensiva nivel Kratos. Un ejemplo:
- Hola guapo(a).
+ Visto a las 14:55 p.m.
- Hola… ¿Qué haces?
+ Visto a las 14:55 p.m.
- Hola… ¿Por qué no me hablas?
+ Visto a las 14:55 p.m.
- Pero responda que le estoy hablando bonito…
+ Visto a las 14:55 p.m.
+ Visto a las 14:56 p.m.
El de la “horrografía” (como decían en los noventa)
No negamos el hecho de que todos nos divertíamos en MSN escribiendo horrible y mezclando nuestra falta de ortografía con emoticones. Aunque parezca sorprendente, hay personas que aún escriben: “Ola bb, ke aces”. Sin embargo, los más arriesgados se le miden a este nivel dios de los jeroglíficos: “iO Te KeLo MuChO My BiDa, JuNtOs x 100Pre PiNa”. El contexto es claro, pero si no entienden “PiNa” significa pana.
El sorpresivo
Sin preguntar, a cualquier hora, en ese momento menos esperado del día, llega a la bandeja de entrada una fotopene o una fototetas (sí, las mujeres también lo hacen no se hagan las inocentes). Y en ambos casos es igual de incómodo. ¡Es una puta foto! Si no son de nuestra pareja o de la persona que tanto nos atrae, no son nada agradables.
Los Teletubies cariñositos
Este podría ser el más común y se presenta en dos formas:
1. Aunque no conoce a la persona, siempre excederá el límite y escribirá (principalmente en las mañanas) un “te quiero, ten un feliz día”, “que bonita(o) estás hoy, te amo bebé”, o “espero estés bien princesa, te adoro”. Normalmente escribe sin esperar una respuesta y no conoce lo que es la dignidad. Suele publicar fotos de cualquier cosa: el sol, el mar, sus zapatos, sus uñas, su sombra y terminar su aventura con un: “Ya vieron qué bonito???... Los amo bebés!!!” (sic).
2. A cada hora publica una foto con su novio(a) excediendo los límites de la privacidad. En el baño, en la cocina, en el parque, en el restaurante e incluso en un funeral. Siempre habrá un video en el que se besan como si no hubiera un mañana, una foto explorando con las manos, lengua y nariz la anatomía entera de la persona con nada más que una tanga y expresando lo mucho que se aman desde que se conocieron la noche anterior. Y ni empecemos a hablar de cuando se reproducen…
Si han pasado por alguna de estas situaciones
o tienen nuevas anécdotas por confesar,
cuéntenos en los comentarios.
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