Revista Cucú, la revista ilustrada colombiana para niñas y niños
Con 17 ediciones impresas, Revista Cucú se ha logrado posicionar como referente entre un público selecto –los más chicos– con imágenes y textos capaces de conmover y divertir a cualquiera. Aquí le contamos sobre este bello proyecto que apuesta por hacer más accesible la lectura a las infancias colombianas, y que participará de la cumbre sobre biodiversidad -COP 16- este mes en la ciudad de Cali con una de sus ediciones.
*Las ilustraciones que acompañan este artículo son cortesía de la Revista Cucú; sus autoras son Marióm Cruz, Sandra de Bedout, Elena Ospina, Paula Bossio y Natalia Rojas.
Hace 7 años Patricia Mourraille y Guillermo Ramírez comenzaron Cucú, una revista pensada y creada para las infancias en edad preescolar. Con ella pretenden lograr que la lectura sea más amena para las niñas y los niños. En ese esfuerzo van ya por su decimoséptima edición de formato amplio y estarán presente con una de ellas, Cucú por el planeta, en La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad -COP 16- que se llevará a cabo en Cali desde el 21 de octubre hasta el 1 de noviembre.
Que los niños y las niñas se diviertan y que, de esa manera, comiencen a disfrutar y a cultivar el amor por la lectura, esa es la idea: “Sin que sea una cartilla educativa –a veces no tan atractiva–, los niños reciben un material muy bonito que los pone a leer y a aprender sin que sepan que también están haciendo eso”, comenta Guillermo entre risas.
La idea de tener una revista infantil surgió en parte de su rol como abuelos. De hecho, su nieta Belén, una pequeña de 10 años, es parte del comité editorial y ha sido su principal punto de referencia. Ambos han estado muy presentes en su proceso educativo y se han esmerado en su vinculación con la lectura. “Es una lectora impresionante”, cuenta Guillermo. Cucú no fue su primera experiencia con el contenido infantil: tanto él como Patricia han estado presentes en el campo desde hace más de 30 años. En una revista llamada Piquis por 3 años y un tiempo en Alpiclub, la revista de Alpina, dirigida a los más chicos.
“Más que todo nos movió la idea de que la prelectura en la primera infancia se ha vuelto una urgencia en este país”. En Colombia, el 30% de estudiantes de 10 años de colegios privados y el 60% de colegios públicos no saben leer, según el indicador de Pobreza de Aprendizaje del Banco Mundial. Por su lado, el informe de la OCDE sobre el resultado de Colombia en las Pruebas PISA 2022 arrojó un bajo desempeño en comprensión lectora de más del 50%.
Guillermo insiste en que, además de las brechas para el acceso y el problema de la pobreza educativa en el país, el sistema educativo no contempla a las infancias en sus edades tempranas; considera que las recibe cuando ya están muy grandes.
Cada uno desde su ser y hacer pensó en un panorama de posibilidades para desarrollar el proyecto. Por un lado, Guillermo, un ingeniero que eligió el camino de la educación, desempeñándose como docente y también como escritor de cuentos infantiles. Por el otro, Patricia, una creativa desde las áreas de la comunicación y la publicidad. De la mano de otros amigos y amigas pertenecientes a otras disciplinas se concretó la idea de crear una revista para que las familias leyeran en casa y se centraran en el aprendizaje.
Desde Cucú son críticos de los contenidos infantiles actuales. Manifiestan que, si bien hay muchos aparatos y recursos para los niños y niñas, el contenido que se les ofrece a través de estos medios los mantienen en un modo pasivo, como espectadores. Solo reciben información, sin hacerlos parte. “Y no los retan para que exploren”, agrega Guillermo. Ese es uno de los aspectos en los que se centra Cucú: brindarle interacción a los niños y a las niñas no solo recibiendo los contenidos, sino incluyéndolos en la experiencia con las lecturas (que incluyen cuentos, poemas y canciones) a través de los juegos y actividades relacionadas en las que pueden colorear, pintar, cantar o recortar. “El objetivo es que el pequeño lector encuentre muy variadas actividades, que cada página sea una sorpresa”.
Hablan de todo y lo abordan desde sus contextos para que, como explica Guillermo, los y las niñas puedan identificarse y aprender desde su cotidianidad. “Hablamos sobre todo de cómo desarrollar vocabulario y ponerlos a que mejoren su habilidad lectora”, cuenta él.
Para cada edición, se reúne un equipo de entre 12 y 15 colaboradores que hacen propuestas desde su campo específico, todo alrededor del tema escogido para incluirlo y que luego son validados por expertos en primera infancia. “Crea un producto muy poderoso, que el niño disfruta, lo guarda, lo colecciona.”, relata. En ellas han participado más de 100 creativos de distintas disciplinas de la escritura a la ilustración, pasando por la música y la cuentería, y en muchas ocasiones, no solo de Colombia, sino también de otros países de Latinoamérica, y que han creado esta comunidad alrededor de los temas infantiles.
En su última edición, tocaron el tema del oficio de ser niño o niña. “Los niños tienen que enfrentar una etapa de aprendizaje muy intensa, que nosotros no caemos en cuenta. No es fácil la lectura, no es fácil la comprensión, no es fácil la matemática, y teniendo 4 o 5 años, los chiquitos tienen que volverse muy buenos en todo eso para poder entender el mundo. Es un trabajo enorme para ellos”, explica Guillermo. Las infancias se encuentran en un reto permanente en el que el acompañamiento es necesario.
“No se imaginan lo difícil que es para ellos esta necesidad de captar, de entender, de expresarse y no poder encontrar las palabras, o en algún momento tener algún problema que no pueden contar porque no saben cómo, no tienen las herramientas, el vocabulario para hacerlo. El preescolar no es que sea fácil; al revés, es una etapa muy compleja para los niños. Sobre todo si no tienen facilidades”.
Cucú es un pájaro regordete de un color rosado rojizo con pico azul aguamarina y patas rayadas en tonos azules. Su nombre responde a la necesidad de generar recordación y posicionamiento, desde una palabra que evoque naturalmente el contenido infantil, pero también acoge la metáfora de volar y de llegar a diferentes partes en su objetivo de contribuir a la reducción de las brechas de la lectura, los libros y la educación para los niños y niñas en Colombia. Y en esa dirección, Cucú ha logrado llegar ya a otras partes del país como San Andrés, Guaviare, Leticia y La Guajira.
Han tenido suerte y buena acogida por sus propuestas para lograr convenios, ganar incentivos, becas, grants y aliados para seguir en pie como impreso. Siempre están en búsqueda de financiación. Solo con su segunda edición ganaron una beca para un libro electrónico: La calle rosada. En la pandemia, la Secretaría de Educación escogió una de publicaciones para ser repartida a los niños y a las niñas, también realizaron una revista para entregarla como insumo a todas las escuelas de Bogotá. Su propósito como proyecto social los lleva a destinar parte de las ganancias por cada revista para donar a jardines y bibliotecas comunitarias. Guillermo es muy enfático en su apoyo hacia el sector de la primera infancia con herramientas y capacitación. “Muchas veces las maestras sacan de su propio bolsillo para conseguir materiales para poder hacer su clase (...) Estamos tratando de poner un granito de arena en esa comunidad que trabaja muy duro”.
También creen en la democratización de la información y de la lectura. Negocian para que los impresos tengan un precio accesible y dejan el material disponible de manera virtual. “La idea es que el material esté disponible todo el tiempo. Hemos abierto las historias para que la gente pueda usarlas en las bibliotecas y compartirlas si no tienen la revista impresa”, dice. Aún así, son nostálgicos de la versión física por encima de todo. “Hacemos un homenaje al libro impreso, a sus autores, a la gente que ha contribuido”, concluye Guillermo.
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