La ilustración mexicana en los libros de la FilBo
Además de contar con consagradas editoriales y autores reconocidos en todo el mundo, México es un país con una incuestionable potencia gráfica. Esta selección de libros ilustrados por mexicanos puede servirle como bitácora al recorrer el pabellón del país invitado este año a la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
El poeta Octavio Paz decía que el mundo simbólico mexicano está marcado por una soledad poblada de dioses insaciables, pero que tal soledad no era una inferioridad sino una diferencia, una distinción. El sentimiento de soledad es “la expresión de un hecho real: somos, de verdad, distintos. Y, de verdad, estamos solos”. Con ello, Paz intentaba explicar una particularidad que es evidente en las artes mexicanas, tanto en la literatura y la música, como en la pintura y la ilustración.
Esa particularidad la podemos rastrear en las imágenes realizadas por los artistas mexicanos que se dedican a la literatura infantil y juvenil hoy en día. En las páginas de sus libros encontramos algo de esa soledad que pareciera siempre estar rodeada de criaturas, objetos y emociones extrañas y conocidas en partes iguales. Los personajes de los libros ilustrados por mexicanos son mujeres y hombres que intentan encontrar su lugar en un mundo en el que se sienten ajenos, incomprendidos, abandonados, mientras a su alrededor crece la vida sorprendente de los otros: plantas, animales, monstruos, dioses, más mujeres y hombres.
Los libros que presentamos a continuación dan cuenta de esa realidad. Son libros del último par de años en los cuales hay soberanos caprichosos, niños rebeldes, niñas silenciosas, burros con mala suerte y hombres melancólicos que exploran su espacio alrededor para encontrar la mejor forma de encajar en él.
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El berrinche de Moctezuma
Autora: Nuria Gómez Benet
Ilustrador: Santiago Solís Montes de Oca
Ediciones Ekaré
48 páginas
2023
“El monarca Moctezuma hoy está de mal humor / Se han cansado de pedirle que sonría, por favor”, así arranca esta historia contada en verso por dos mexicanos, autora e ilustrador, que juegan a imaginar las pataletas monumentales del monarca azteca más grande del que tenemos recuerdo. Mientras sus súbditos le comentan sus obligaciones sagradas, él berrinchea desde sus aposentos con los brazos cruzados y el gesto fruncido. Lo vemos gritar, manotear, patalear y casi que lo vemos llorar sin que nadie a su alrededor entienda el motivo de tanto escándalo.
Además de la bella anécdota, la historia está narrada con imágenes sugerentes, divertidas e hilarantes, que nos dejan ver a un pequeño Moctezuma refunfuñando sobre tronos y pirámides, vestido con una capa roja y joyas de oro. El trazo con el que Santiago Solís reconstruye este mundo es festivo, con figuras geométricas simples en los rostros y los cuerpos de los personajes para lograr dar cuenta de la incomprensión que los absorbe. Con líneas sencillas marcando la boca y los ojos vemos expresiones de enojo, angustia, perplejidad y tristeza capaces de suscitar lecturas complejas para esta historia pataletuda.
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Esopo dijo que era el burro
Autor: Triunfo Arciniegas
Ilustrador: Juan Palomino
Editorial Cataplum
36 páginas
2023
El libro recrea algunas de las famosas fábulas de Esopo con frescura, desenfado, y humor. No obstante, el giro principal de este juego está en que tiene como protagonista a un pobre burro que aparece y reaparece para enfrentarse a un destino que le mostrará las caras de la desventura, la felicidad, el dolor, la amistad y la decepción. Son cinco historias pobladas por mujeres, hombres, leones, caballos y otros animales que acompañan al burro en su travesía de cada página, por ejemplo, cuando es robado por dos ladrones o cuando entra al servicio de un hombre rico o cuando toca por azar una flauta mágica.
“Según Esopo, el león devoró al burro. Según el burro, no”, se lee en algún momento del libro. Y ese mismo humor inteligente y tranquilo está presente en las ilustraciones de Juan Palomino, que se toma la libertad de llenar páginas enteras con composiciones llenas de contrastes en formas y colores. Es así que aparecen imágenes con caballos enormes montados por personas pequeñas o rostros gigantes saliendo de la página porque una infinidad de flores y animales la rodean; todo en medio de verdes, amarillos, y colores tierra que configuran una atmosfera festiva.
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Escondida
Autor: Adolfo Córdova
Ilustradora: Amanda Mijangos
Editorial Cataplum
20 páginas
2023
“Tú me ves pequeña./ Pero en mi corazón/ crece, / apretada, / una enredadera”, dice una de las dos voces de este poema en el que se cruzan una niña y un adulto que intentan aproximarse a su manera al mundo insondable de la infancia. La niña da cuenta de su universo interior, que crece como una enredadera; mientras que el adulto se pierde en él, se enreda entre sus ramificaciones, entre sus hojas. Es el encuentro de lo que no entendemos y lo que olvidamos; de lo que no sabemos nombrar y lo que nos remueve en el fondo. En las dos voces hay una búsqueda de esa singularidad interior que permanece oculta en la profundidad del corazón.
Las palabras aparecen en la página rodeadas por un conjunto de imágenes vegetales que crece para acompañarlas, multiplicarlas, transformarlas. Son imágenes hechas a veces con manchas y a veces con trazos finos que permiten la aparición de formas sugestivas y entrañables para dar cuenta de ese mundo interior rico y diverso. Amanda Mijangos se vale de lápiz y acuarelas con el objetivo de construir metáforas visuales tan ricas como las palabras que hilan el poema. Así, ilustraciones y poema hablan de la tensión entre infancia y adultez con sutileza. Cabe resaltar, además, que el libro es un acordeón que se despliega para posibilitar múltiples lecturas de ese encuentro a dos voces.
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El reencuentro con el perro perdido en el invierno y otros cuentos
Autor: Jairo Buitrago
Ilustradora: Lorena Mondragón
Penguin Random House
112 páginas
2023
Este conjunto de cuentos transcurre en medio de paisajes naturales apabullantes, como desiertos y páramos, que parecen ser más grandes que cualquiera y, por tanto, apropiados para creer que el mundo es algo más que lo que vemos. Es así que los ocho cuentos de viajes que componen este libro están poblados por personajes que buscan en medio de la naturaleza encontrar algo que hasta ahora les ha sido esquivo. Hay niños que se obstinan en buscar ovnis y niñas que buscan sacarles una palabra a sus abuelos. Hay personajes que caminan solos en medio de la nada persiguiendo una sensación que siempre parece estar un paso adelante, porque en realidad está un paso más cerca del interior de cada uno.
Las imágenes que Lorena Mondragón compuso para este libro dejan ver la búsqueda de esos personajes en mitad de un universo enorme: su ternura, su complejidad, su belleza. Vemos parques de diversiones decadentes, caravanas de remolques, largas carreteras, ríos cristalinos, animales, arbustos, flores, cactus, carros, naves espaciales. Son ilustraciones silentes que invitan a la contemplación, es decir, a buscar en ellas eso que nosotros mismos tampoco sabemos qué es.
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El primer barco
Autor: José Saramago
Ilustradora: Amanda Mijangos
Penguin Random House
32 páginas
2023
“Antes de construir el primer barco, el hombre se sentó en la playa a mirar el mar”, dice el narrador en algún momento de este libro cargado de la imaginación y la poesía del premio Nobel de Literatura portugués. La historia, llena de metáforas, imágenes elusivas, y anécdotas potentes, va justamente sobre un hombre que vive a la orilla de un mar que le provee todo lo que necesita para vivir, desde comida hasta paz. Sin embargo, un día cualquiera, el hombre decide armar un barco para adentrarse en ese territorio vasto y desconocido y conocer de primera mano que los océanos son capaces de quitar en la misma medida en que dan. La aventura de este hombre es la de aquellos que se atreven a enfrentar lo desconocido sabiendo que conocerán más de sí mismos que del paisaje que los rodea.
Las imágenes que acompañan las palabras de Saramago son producto de Amanda Mijangos y, por tanto, son lo suficientemente sutiles y evocadoras para construir un mundo de profundidad y sosiego capaz de despertar sensaciones dormidas en el lector. Son hechas con pinceladas gruesas, manchas espesas y algunos detalles delicados, como los del rostro del hombre. Así vemos el mar insondable ante la fragilidad del hombre y su barco; vemos a algunos pájaros posarse sobre las piedras oscuras de la playa; vemos animales marinos avanzar silentes por las páginas. En últimas, las imágenes del libro están cargadas de un lenguaje que se abre igual que las palabras de la historia, es decir, igual que el mar por el que avanza el hombre en su pequeño barco.
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