Anémona Anónima entre sus ilustraciones pastel
Este es el recorrido por la vida artística de una de nuestras colaboradoras más apreciadas: Anémona Anónima y su ilustración de contrastes claros.
A primera vista Gabriela puede parecer un misterioso personaje de Wes Anderson o la encantadora protagonista de una película de Hayao Miyazaki. Es modesta y tranquila, pero tenaz y acertada con sus trazos. Bacánika fue su primera casa, en la cual ha ganado diferentes convocatorias como el premio del público en el Salón Visual de 2019 con su obra “And Connie said: Let me be” y el tercer lugar en el Salón Visual de 2021 con su obra “Manos y monos”.
Con colores pastel y sombras suaves, Gabriela Mendoza, mejor conocida como Anémona Anónima, se encarga de revolotear por la vida y sus formas en un plano mágico más allá de la imaginación. Desde muy pequeña el ingenio para materializar sus ideas la llevó a la experimentación del ensayo y error, como sus primeros dibujos de Dragon Ball Z, los cuales al no encontrarlos milimétricamente perfectos volvía a repetir, pero calcando las cartas de su deck con hojas a las que previamente les ponía aceite de cocina con el dedo.
Al terminar el colegio, con tan solo 15 años tomó una de las decisiones más significativas y complejas de la vida: elegir una carrera universitaria. “Yo nunca tuve clases de arte en el colegio. Lo único que sabía es que me gustaba calcar mis cartas de Dragon Ball Z y sociales y ya, o sea, yo pensé que iba a terminar estudiando algo como ciencias políticas y al final un día dije “quiero estudiar artes, quiero ver cómo es esto”, cuenta recordando su suerte de primípara.
En 2015 comenzó a estudiar artes en la Universidad Distrital, en Bogotá. Contrario a la noción que tenía de lo que era dibujar, se abrumó cuando se vio obligada a utilizar técnicas como carboncillo, lápiz y carbón vegetal. Fue tanta la aversión que durante algunos semestres estuvo cercana a perder aquellos cursos que involucraban dibujar. El giro de la trama se dio cuando aprendió a utilizar técnicas digitales, resignificando aquello que en un principio la llevó a elegir su carrera.
El resultado de las técnicas digitales de aquel semestre se presentó como un presagio que la conectó por primera vez con Bacánika. En 2019 su ilustración titulada “And Connie said: Let me be” fue una de las seleccionadas para el Salón Visual. “Pasé y fue como: ¡Qué putas! Aparte de que pasé, gané el premio del público y ahí fue que comenzó todo. Bacánika prácticamente ha sido la piedra angular de mi camino como ilustradora”, luego de ese día no paró de dibujar.
[widgetkit id="409" name="Articulo - (ANEMONA ANONIMA)"]
Durante aquellos días de 2019, Gabriela trabajaba como mesera en un restaurante cercano a Casatinta, galería donde se presentó la exposición del Salón Visual. Cuando tenía espacios de descanso en sus turnos laborales se escapaba para mirar las ilustraciones expuestas. Con el tiempo y gracias a sus ahorros como mesera, pudo comprar una tableta gráfica y un computador para dedicarse a la ilustración digital. Luego de Bacánika y la editorial Bienestar de Colsanitas, llegaron comisiones y grandes proyectos como el libro “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes” de la editorial Planeta. También ha diseñado portadas de vinilos de Electrónica para disqueras independientes y para producciones musicales de amigos cercanos.
Aunque su nombre es Gabriela Mendoza, su seudónimo “Anémona Anónima” se ha apegado más a la memoria de quienes la conocen. Este nombre artístico puede parecer una composición mística y pensada, pero no fue así. A los 13 años, la Gabriela preadolescente estaba creando su usuario de Instagram, en ese momento de creatividad fugaz pensó “me gustan los peces, pero también me gusta el espacio, hmm no sé... ¡Ay! como el chiste de Nemo “Anémona Anónima” y se quedó así”, dice Gabriela entre carcajadas.
Las obras de Anémona Anónima no pasan desapercibidas, pues, aunque son delicadas y en colores pastel, sus líneas y detalles resaltan a la vista de cualquiera. Pueden asimilarse a postales intervenidas o fotogramas de alguna película de fantasía, esto no es gratuito, pues su referente más destacado es el cómic y su dinamismo. Artistas como René Magritte, María Medem y Daniel Liévano han sido clave en la búsqueda de su estilo.
Su proceso de composición y creación es cuidado y metódico, comienza dibujando mamarrachos en hojas sueltas o en su bitácora, estos no son perfectos, pues es más un ejercicio para navegar entre sus ideas. El siguiente paso es sentarse a buscar referentes, puede pasar horas en internet y en aplicaciones como Pinterest e Instagram recolectando información para nutrir su idea inicial y comenzar a ilustrar. Suele dibujar escenarios especiales que ha vivido con sus seres queridos, retratos de celebridades y mezclas entre obras de arte, cine y música.
Como toda película épica, Anémona Anónima también necesita de una buena banda sonora que acompañe el paso a paso de sus ilustraciones, “en mi dibujo hay muchas líneas, las sombras me gusta hacerlas con líneas. Sin mentirte me he echado haciendo la sombra de una mano dos o tres horas, es un proceso tan meditativo que a veces puede llegar a saturar, entonces la música le da poco de ritmo, como que lo aliviana”. Si su obra emitiera algún sonido seguramente sería una canción de Beach House.
En el océano de esta talentosa ilustradora es primordial el parar para avanzar; ya sea paseando a su perro, viendo películas para desarrollar nuevas imágenes, organizando su casa con música, admirando pinturas, leyendo algún libro o investigando novedades sobre ilustración en Colombia y el mundo. Este oleaje de placidez es aquello que le ha permitido crear escenarios fantásticos sin ahogarse en la producción en masa a la que se ven expuestos la mayoría de ilustradores.
Las paletas de colores de cada artista agregan detalles no solo de su estilo, sino también de su personalidad y mundo sentimental, no es ajeno entonces que las tonalidades pastel sean la característica principal de esta ilustradora. Y es que admirar una obra de Anémona Anónima se parece a abrir los ojos dentro del mar: pequeños rayos de luz logran atravesar esa superficie densa y salada mientras peces de colores nadan, se persiguen y fluyen entre sí.
Suscríbase a nuestro boletín
Sin spam, notificaciones solo sobre nuevos productos, actualizaciones.
Dejar un comentario