Nómada Ediciones: Libro de artista en ARTBO
-Septiembre 18, 2019
Basta una mirada rápida a la programación de ARTBO para darse cuenta de que el arte no solo está en las galerías. En esta ocasión, miramos de cerca la sección de Libro de artista y uno de los proyectos que encabeza su alineación: Nómada Ediciones.
M
ientras que en los muros de un museo el arte puede sentir cercano pero inasible, en un libro se puede tocar, oler y hasta transportar. La combinación es perfecta: el arte, con sus infinitas posibilidades, y el libro, una de las herramientas comunicativas más prácticas y eficientes que existen, se juntan para formar piezas de gran valor estético y social que trascienden las fronteras tradicionales del mercado del arte y buscan aterrizar en manos distintas. En Libro de artista, una de las secciones que tendrá ARTBO en su decimoquinta edición, habrá un grueso catálogo de esas piezas, que estarán expuestas y a la venta.
La curaduría de este año estuvo a cargo de Relámpago, el proyecto que hizo la gráfica para el pabellón “Colombia, 200 años” de la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Relámpago eligió como participantes a más de 60 artistas y proyectos editoriales que se han destacado dentro y fuera de Colombia por explorar las posibilidades del arte y los libros. Nosotros elegimos una editorial, Nómada Ediciones, para hablar sobre los libros como soporte para la creación artística y sobre la importancia de que tengan su propio espacio en la feria de arte más grande del país.
Nómada lanzó su primera publicación en 2014 con la idea de hacer libros de artistas sobre lugares. O dicho más bonito, bajo la premisa de “renovar el imaginario de lugares a través de imágenes que exploren el vínculo emocional humano hacia el territorio”. Así lo cuenta Mónica Naranjo, la artista y diseñadora detrás de este proyecto editorial que se concentra en explotar el dibujo como una forma de comunicación visual.
La idea era y sigue siendo explorar lugares (un bosque, una plaza, una frontera, una playa) y encontrar en ellos narrativas que suenen universales para personas que, desde Colombia, por ejemplo, se encuentran con reflexiones sobre lugares en México, en Francia, en Inglaterra, en Venezuela.
Los libros pueden crear puentes invisibles que conectan lugares y personas, y Mónica ve en ellos “un gran gesto de humildad”: su escala es pequeña, su forma y diseño son simples, pero son poderosos, capaces de cambiar o maneras de entender el mundo, de hacernos desplazar a otros espacios y tiempos.
Las publicaciones de Nómada parten de exploraciones reales y físicas de lugares, y por eso además de libros y zines, también toman forma de mapas. De acuerdo a Mónica, “los lugares pueden adquirir una voz a través de la mirada del artista o el autor que se detiene en ellos y los narra”. Los libros (y los zines y los mapas) solo son un vehículo para comunicar esa voz.
Uno de los títulos más representativos y cautivadores del catálogo de Nómada es Weald, un libro de la ilustradora Leah Fusco que se editó por primera vez en 2015. Leah es británica y su trabajo tiende a observar cómo el entorno físico transforma a las comunidades que lo habitan y a concentrarse, según Mónica, en “lugares que prácticamente son invisibles, que están apartados de centros urbanos y que aparentemente no tienen nada significativo, y mucho menos un atractivo turístico”.
El libro está compuesto de pinturas que reflejan las exploraciones que la artista hizo sobre el bosque de Weald, en Inglaterra, un lugar que aportó recursos cruciales para el desarrollo de las regiones de Kent, Surrey y Essex al sureste del país, y que luego dejó de existir para dar lugar a autopistas, ferrocarriles y cultivos.
En Weald podemos ver el resultado de un proceso investigativo que le implicó a Fusco visitar el lugar y también bibliotecas y archivos locales para reconstruir el pasado del bosque de Weald y quienes habitan cerca de él. Según Mónica, el libro es un retrato “de un territorio a través de su atmósfera, y las capas históricas invisibles que moldean en el tiempo a un lugar”.
Weald está impreso en offset y encuadernado con grapas, técnicas y materiales modestos cuya elección prioriza la circulación del libro y la difusión de la obra de Fusco. En la tienda online de Nómada el libro cuesta 35.000 pesos, y aunque es una publicación que reproduce pinturas hechas por la ilustradora en otro soporte, es también una porción de su obra condensada en un objeto disponible para un público distinto a coleccionistas. Un objeto que hace posible un acercamiento distinto y más íntimo a la obra que contiene.
Además de Nómada, la sección Libro de artista contará con la presencia de otras editoriales locales como Arte Dos Gráfico, Calipso Press, La Silueta, Molinari, Rat Trap y Tyrannus Melancholicus, y también con algunas internacionales, como Nieves (Suiza), consonni (España) y Gato Negro (México).
Respecto a la edición de este año, Valeria anticipa que las publicaciones expuestas no serán necesariamente catálogos o registros de obras, una de las modalidades más comunes y naturales del libro de artista. Algunas piezas son obras de arte que se pensaron para ser libros o impresos, y que no existen fuera de ese formato. Muchas también darán cuenta de una exploración de los métodos de impresión como medios para la creación artística, e incluso de la mezcla de métodos como un medio más.
Relámpago también incluyó iniciativas de otras naturalezas en la sección, como las disqueras Llorona Records, Descomunal Records y Sello Indio, y Antena, una cabina sonora que estará reproduciendo una playlist de discos cuyas portadas fueron hechas por artistas locales. La curadora asegura que “incluir la música como formato editorial” y “revisar las posibilidades de triangulación entre la producción artística, la producción editorial impresa y la producción musical” va a contribuir a las dinámicas de la sección y será consecuente con lo que reza el texto curatorial que dicta su camino este año: “Pausa. Un paso atrás. Las ondas también se refractan, cambian de medio, cambia su frecuencia, cambia su percepción. Cambia la percepción. El sonido viaja en ondas. El sonido está aquí. También hay decisiones”.
La curaduría de este año estuvo a cargo de Relámpago, el proyecto que hizo la gráfica para el pabellón “Colombia, 200 años” de la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Relámpago eligió como participantes a más de 60 artistas y proyectos editoriales que se han destacado dentro y fuera de Colombia por explorar las posibilidades del arte y los libros. Nosotros elegimos una editorial, Nómada Ediciones, para hablar sobre los libros como soporte para la creación artística y sobre la importancia de que tengan su propio espacio en la feria de arte más grande del país.
Nómada lanzó su primera publicación en 2014 con la idea de hacer libros de artistas sobre lugares. O dicho más bonito, bajo la premisa de “renovar el imaginario de lugares a través de imágenes que exploren el vínculo emocional humano hacia el territorio”. Así lo cuenta Mónica Naranjo, la artista y diseñadora detrás de este proyecto editorial que se concentra en explotar el dibujo como una forma de comunicación visual.
La idea era y sigue siendo explorar lugares (un bosque, una plaza, una frontera, una playa) y encontrar en ellos narrativas que suenen universales para personas que, desde Colombia, por ejemplo, se encuentran con reflexiones sobre lugares en México, en Francia, en Inglaterra, en Venezuela.
Los libros pueden crear puentes invisibles que conectan lugares y personas, y Mónica ve en ellos “un gran gesto de humildad”: su escala es pequeña, su forma y diseño son simples, pero son poderosos, capaces de cambiar o maneras de entender el mundo, de hacernos desplazar a otros espacios y tiempos.
Las publicaciones de Nómada parten de exploraciones reales y físicas de lugares, y por eso además de libros y zines, también toman forma de mapas. De acuerdo a Mónica, “los lugares pueden adquirir una voz a través de la mirada del artista o el autor que se detiene en ellos y los narra”. Los libros (y los zines y los mapas) solo son un vehículo para comunicar esa voz.
Uno de los títulos más representativos y cautivadores del catálogo de Nómada es Weald, un libro de la ilustradora Leah Fusco que se editó por primera vez en 2015. Leah es británica y su trabajo tiende a observar cómo el entorno físico transforma a las comunidades que lo habitan y a concentrarse, según Mónica, en “lugares que prácticamente son invisibles, que están apartados de centros urbanos y que aparentemente no tienen nada significativo, y mucho menos un atractivo turístico”.
El libro está compuesto de pinturas que reflejan las exploraciones que la artista hizo sobre el bosque de Weald, en Inglaterra, un lugar que aportó recursos cruciales para el desarrollo de las regiones de Kent, Surrey y Essex al sureste del país, y que luego dejó de existir para dar lugar a autopistas, ferrocarriles y cultivos.
En Weald podemos ver el resultado de un proceso investigativo que le implicó a Fusco visitar el lugar y también bibliotecas y archivos locales para reconstruir el pasado del bosque de Weald y quienes habitan cerca de él. Según Mónica, el libro es un retrato “de un territorio a través de su atmósfera, y las capas históricas invisibles que moldean en el tiempo a un lugar”.
Weald está impreso en offset y encuadernado con grapas, técnicas y materiales modestos cuya elección prioriza la circulación del libro y la difusión de la obra de Fusco. En la tienda online de Nómada el libro cuesta 35.000 pesos, y aunque es una publicación que reproduce pinturas hechas por la ilustradora en otro soporte, es también una porción de su obra condensada en un objeto disponible para un público distinto a coleccionistas. Un objeto que hace posible un acercamiento distinto y más íntimo a la obra que contiene.
Además de Nómada, la sección Libro de artista contará con la presencia de otras editoriales locales como Arte Dos Gráfico, Calipso Press, La Silueta, Molinari, Rat Trap y Tyrannus Melancholicus, y también con algunas internacionales, como Nieves (Suiza), consonni (España) y Gato Negro (México).
Respecto a la edición de este año, Valeria anticipa que las publicaciones expuestas no serán necesariamente catálogos o registros de obras, una de las modalidades más comunes y naturales del libro de artista. Algunas piezas son obras de arte que se pensaron para ser libros o impresos, y que no existen fuera de ese formato. Muchas también darán cuenta de una exploración de los métodos de impresión como medios para la creación artística, e incluso de la mezcla de métodos como un medio más.
Relámpago también incluyó iniciativas de otras naturalezas en la sección, como las disqueras Llorona Records, Descomunal Records y Sello Indio, y Antena, una cabina sonora que estará reproduciendo una playlist de discos cuyas portadas fueron hechas por artistas locales. La curadora asegura que “incluir la música como formato editorial” y “revisar las posibilidades de triangulación entre la producción artística, la producción editorial impresa y la producción musical” va a contribuir a las dinámicas de la sección y será consecuente con lo que reza el texto curatorial que dicta su camino este año: “Pausa. Un paso atrás. Las ondas también se refractan, cambian de medio, cambia su frecuencia, cambia su percepción. Cambia la percepción. El sonido viaja en ondas. El sonido está aquí. También hay decisiones”.
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