Kathiuska: un estallido de color
Intensa y vital, como una batalla de colores, así es la ilustración de Kathiuska. La antioqueña hará parte de Laberinto de Canciones Ilustradas, un evento organizado por CasaTinta en el marco de Ilustropía, con la participación de Briela Ojeda y Lucio Feuillet, entre otras.
Catalina Vásquez nació en Medellín y, desde que se independizó, vive en Santa Helena, una zona rural aledaña a la capital antioqueña, generosa en vegetación y con paisajes privilegiados que son una fuente de inspiración para muchas de sus coloridas ilustraciones. “Los bosques y el agua son elementos muy importantes que quiero explorar más, que me inspiran mucho. Es algo que se nota en mi trabajo, junto con el tema de la mujer: también he explorado el mundo interior femenino”, comenta.
Kathiuska –firma que usa en sus trabajos– lleva ya varios años en la escena de la gráfica antioqueña. Su trazo minucioso y sus escenografías cargadas de detalle parecen hablar de una persona que desde siempre estuvo vinculada al dibujo. Sin embargo, a pesar de ser cercana al arte en sus años estudiantiles, Vásquez realmente estudió Comunicación y estuvo trabajando un tiempo en el medio audiovisual. “En el principio trabajé en escritura de guiones y, con el paso del tiempo, fui integrando el dibujo en esa parte narrativa, en una búsqueda más personal”, explica Vásquez, quien ha desarrollado su línea visual de manera autodidacta.
“Realmente no empecé de la nada. Yo dibujaba mucho cuando era niña. En el colegio tuve una aproximación artística muy fuerte porque en el lugar en el que estudiaba me dieron mucha libertad, en la exploración de técnicas”, recuerda. “Siempre sentía eso ahí punzando, pero, cuando volví a dibujar, ya no era lo mismo. Cuando pasan cinco u ocho años sin hacer nada tocar el lápiz es frustrante. Fue como aprender otra vez. Durante mucho tiempo dibujé en papel, pero lo digital siempre me ha llamado la atención, se me facilita mucho trabajar con softwares y me gusta”; durante mucho tiempo utilizó una tableta Wacom, pero ahora lleva su iPad a todas partes para construir sus ilustraciones en el entorno que la rodea.
Kathiuska comenzó en la ilustración en el cómic, espacio en el que podía explorar su interés por el storytelling y el dibujo. Así, con el trackpad del computador comenzó a utilizar historias que venían de su propia biografía para crear viñetas que subía a un blog que se llamó “Ideas mentales”. “Creé un blog en la época que los blogs estaban de moda y ahí, cada tanto, iba subiendo algo y lo empecé a compartir en redes. También hacía gifs, cuando las plataformas empezaron a integrarlos, principalmente Facebook. Exploré ese formato y empecé a contar pequeños momentos en animaciones, que es un formato que siempre me ha gustado un montón. Así empecé, como una necesidad de catarsis personal, de contar cosas que me iban pasando”, recuerda.
La definición de su estilo fue llegando con la práctica y conforme iba profesionalizando su quehacer en el mundo gráfico que, naturalmente, se dio en el espacio editorial. “Ese fue mi inicio profesional. Ilustré un libro en coautoría con un escritor de Medellín, Manual para cazar una idea, que lo publicó Tragaluz. Me fui metiendo también en el tema del libro álbum. Exploré mucho cómo narrar con textos muy cortos y una imagen que abarcara una idea completa”, explica sobre sus primeros pasos. Manual para cazar una idea fue escrito por José Andrés Gómez y recibió una beca de literatura infantil en 2017. Entonces Kathiuska aún firmaba con su nombre y apellido y ya había empezado a dar forma a una serie de personajes fantásticos que complementaban todo el universo textual de la imaginación. Con una paleta a dos tonos, negro y naranja, Vásquez construyó un mundo propio lleno de vitalidad y detalles. “Cuando me enfrenté a hacer mi primer libro fue cuándo me pregunté cuál era mi estilo. Me tuve que sentar para intentar entender por dónde iba mi línea, pero fue una cuestión de práctica. También llegan muchos referentes por el cine y la animación a nivel conceptual y de referentes. Ha sido un camino largo”, complementa.
Los colores de Colombia
Las ilustraciones de Kathiuska están construidas a manera barroca, cargando la composición de detalles minuciosos que caracterizan una línea maximalista y compleja. Si bien la antioqueña se vale de colores sólidos, sus viñetas están cargadas de detalles y elementos que le dan un aire fantástico en el que la cultura popular latinoamericana influye con sus particularidades cada uno de sus detalles. Vásquez es propensa a observar todo lo que le rodea y se siente fascinada por espacios como las casas colombianas en las que, por ejemplo, las paredes de la fachada pueden estar pintadas en azul claro y contrastan con unos marcos de ventanas naranja. Así también, las tiendas que venden chucherías varias a mil o dos mil pesos le resultan fascinantes, incluyendo sus ollas de color verde, sus mil caritas (globos de caucho rellenos de plastilina con ojos de plástico que se pueden modificar para crear varios gestos) o los anuncios de pollo, inspiran su universo gráfico.
“Una vez hice una ilustración sobre Colombia, para el Museo de Arte Moderno, e hice un estudio visual de lo que compone nuestro país. La cultura popular tiene muchos colores, hay una paleta muy rica. Cada vez que viajo me doy cuenta de que eso es muy particular para nuestro contexto”, explica, recordando que hace poco viajó a Suiza y le sorprendió sobremanera que todo fuera tan gris. “Me gusta mucho que el color sea una forma de libertad, de ser diferente. A veces soy muy maximalista. Me gusta que la composición sea muy barroca, porque habla mucho del lugar del que venimos. Acá la gente se quiere mostrar, los paisas se quieren mostrar con su personalidad arrolladora. Me ha gustado ver cómo eso se ha ido metiendo en mi trabajo”.
Kathiuska, a partir de la observación, ha construido también una paleta diferencial en la que el color rosa se destaca en la mayoría de sus composiciones. Sin embargo, antes que apelar a la identidad que tiene este tono en el mundo del arte, la ilustradora juega con varias manifestaciones para darle un nuevo sentido narrativo al color, culturalmente femenino. “Es mi zona de confort, es un color muy versátil. Los diferentes tonos del rosa. A veces he estado en tonos de rosa muy cálidos y otras veces en un rosa más magenta, tirando hacia el púrpura. He trabajado mucho con colores neón y me he ido por bloques más sólidos y un tono rosa más eléctrico”, explica. “El uso del color es muy importante porque es una herramienta narrativa que te sitúa en una atmósfera, te transmite unas sensaciones. Me gusta mucho explorar desde ahí, leer y expandir la idea de cómo construir una paleta de color y poder hacer mezclas diferentes de colores que normalmente no se asocian, empujar esas fronteras de la rueda cromática en mi trabajo”.
Kathiuska, en contexto
Vásquez hace parte de una nueva avanzada en la ilustración antioqueña, sumando con su trabajo al universo gráfico de las mujeres en esta labor. La artista ha sido una persona que ha prestado atención a su entorno y ha aprendido las lecciones de quienes la antecedieron. Gráficamente, hubo una primera corte de gente haciendo cosas, que viene más de la parte del cómic, y fueron de los primeros que se volvieron populares. Cómics como El parque del poblado de Joni B es un referente súper importante. Él, Truchafrita, Marco Noreña y Pablo Marín son como los señores del cómic”, explica, recordando la importante labor que adelantaron estos creativos hace décadas cuando se reunían a dibujar y tomar cerveza en las Torres Bomboná, en el centro de la ciudad, y el nacimiento del Festival Entreviñetas.
Kathiuska tiene la habilidad de los mejores artistas: la sensibilidad para la observación. Su trabajo es un ejercicio constante de revisar el entorno que la rodea, las formas de comunicación de la cultura popular y paisa, además de la manera que tiene la luz para incidir en las formas de los objetos cotidianos. Solo así, ubicándose en contexto, la ilustradora puede revisarse por dentro, saber quién es y reflexionar sobre qué opina de todo cuanto la rodea. Allí nace la magia de sus trabajos: en la síntesis del mundo exterior y su opinión interna por las formas que componen todo cuanto nos rodea.
[Ilustraciones: Catalina Vásquez (Kathiuska)]
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