Pasar al contenido principal

 

Escribe más de 3 caracteres

El falso silencio de los maniquíes

El falso silencio de los maniquíes

Fotografía

Los maniquíes llevan más de un siglo poblando en silencio nuestros escaparates. En ese tiempo han pasado por el realismo y la abstracción como herramientas comerciales para exhibir ropa y como representaciones de lo que debería o podría ser el cuerpo humano. El nuestro.

separador

maniqui 3
 
U

na mujer de ojos oscuros mira a una mujer sin cabeza. Están de pie una frente a la otra. Durante un minuto la mujer sin cabeza es observada de arriba abajo. No tiene cómo devolver la mirada. Solo espera. La mujer de los ojos oscuros se aburre, da la vuelta y huye. Al final del día, cuando todos los demás comencemos a dejar el lugar, la mujer sin cabeza seguirá de pie, esperando ser observada, en la vitrina cada vez más oscura, en la tienda cada vez más sola, en la noche cada vez más fría.

***

La creación del primer maniquí de la historia parece indeterminable. Pasa lo mismo con otros objetos que la costumbre ha naturalizado domesticando su rareza: semáforos, postes de la luz, tarros de galletas para guardar hilos. De repente están y nadie se pregunta cómo o por qué, y simplemente van formando parte de nuestro paisaje cotidiano. Así pasó en el París del siglo XIX, cuando la mayoría de las tiendas de los pasajes comerciales abrieron con escaparates de ventanas amplias desde las cuales esperaban los maniquíes, como si siempre hubieran estado ahí.

¿Puede imaginar la sensación de ver por primera vez un objeto tan parecido a nosotros metido en una vitrina, inmóvil?

En ese momento los maniquíes eran incómodamente realistas –antropometría precisa, rasgos detallados, ojos de cristal, cabello humano– y además estaban ubicados en falsas habitaciones recreadas a tamaño real con muebles, tapetes y cuadros para generar la sensación de que todo ahí estaba vivo. El libro Perversa y utópica: la muñeca, el maniquí y el robot en el arte del siglo XX elige dos adjetivos precisos para presentar este panorama. Ante lo perverso/utópico de esa escena no es difícil imaginar el asombro o el horror de los franceses con sus baguettes bajo el brazo al ver en una vitrina a alguien semejante a ellos mismos. Los maniquíes resultaron ser una forma de reemplazar a las y los modelos de carne hueso en la hora interminable de exhibir las prendas. Y aún lo siguen siendo. Su trabajo es jugar a ser modelos día y noche hasta el instante en que por una y mil razones terminen junto a la basura en algún poste de la luz.

Esa usurpación de roles tiene más de un siglo y de alguna manera apenas se ha modificado. Pastora Correa, directora del programa de Diseño y Gestión de la Moda de la Tadeo, define al maniquí como “una representación de la imagen de un ser humano”. Aún hoy, claro. Por eso la mujer calva con la cuenca de los ojos apenas anunciada y la nariz pequeña, que el tipo con la chaqueta de jean se detiene a mirar junto a mí, parece tener un nombre, incluso una vida. Pero está pintada de blanco hueso, tan limpio, y tiene un soporte metálico que le sale de la pantorrilla para anclarla al suelo y eso lleva a que esta sea una idea extraña.

Hablar de un maniquí con vida tenía más sentido cuando estos eran realistas. Piense en Mannequin, la película del ’87 de Michael Gottlieb. Con la antropometría alterada ahora son otra cosa. Sin embargo, de pie a la izquierda del tipo con la chaqueta de jean, no deja de latir en alguna parte de mi cabeza –y tal vez de la suya– la sensación de que ese cuerpo es algo más que un objeto hecho en algún polímero inorgánico. Aldemar, que escucha música para planchar y trabaja en una fábrica de maniquíes en Bogotá a la que llegaremos más adelante, asegura que a veces los ve moverse. Ese es el punto: muchos tienen medidas imposibles –piernas, brazos, dedos, cuellos, pechos, caderas, cinturas, muy largos, muy delgados, muy pequeños, muy grandes– y siguen generando la ilusión de lo que es real. De lo que se mueve. De que son como nosotros. El tipo con la chaqueta de jean ladea la cabeza y, después de mirar por unos segundos a la mujer calva, entra en la tienda. 

maniqui 3

Esta historia es conocida. Cynthia fue el maniquí que construyó en los años treinta un gringo que tenía una fábrica de jabones y entró al negocio de los maniquíes. Su promesa de venta era que sus maniquíes eran tan reales como una persona y nadie era capaz de notar la diferencia. Armó a Cynthia y la llevó a discotecas y clubes sociales. La trataba como a una persona. Y la gente alrededor hacía lo mismo al buscarle conversación. Y las grandes marcas al enviarle regalos. Y los periodistas al hablar de ella como una diva. Y la revista LIFE al hacerla portada en 1937. Repito: ¡la revista L I F E! Al final Cynthia pasó de moda y el gringo la dejó abandonada en algún ático de Missouri.

El asunto es, ¿no inspiran los maniquíes esa sensación extraña de que en cualquier momento van a moverse?

El tipo de la chaqueta de jean le pregunta a un vendedor por la ropa que trae el maniquí de la mujer calva, señala con el dedo. El vendedor lo conduce a un escaparate con ropa colgada y le muestra la prenda. Adentro hay otros maniquíes. También son mujeres calvas pero están en posiciones diferentes. Este centro comercial –en el occidente de Bogotá y espejo de casi cualquier otro centro comercial cachetudo del país– tiene 421 maniquíes. Uno más pequeño que hay a diez minutos un poco más al occidente tiene 283. Uno más grande que hay a treinta minutos hacia el norte tiene 513.

Samuel Guzmán, encargado de visual merchandising de Chevignon en Bogotá, dice que en promedio toda tienda de ropa exhibe alrededor de seis maniquíes, a veces más a veces menos, tres en el escaparate y tres en el interior. El tipo con la chaqueta de jean se queda ahí. Un par de tiendas más allá hay un escaparate con un grupo de cuatro amigos, hombres y mujeres, reunidos y mirándose entre sí. Aún más allá, dos mujeres, una tiene el brazo estirado como pidiéndole a la otra que se detenga. Aún más allá, una mujer y un hombre a diez segundos de un beso.

El juego de las posiciones, explica Guzmán, ayuda a que nos identifiquemos con la escena que representa el maniquí y en últimas con la ropa que trae puesta, para eso es. Todos en algún momento hemos estado hablando carreta con nuestros amigos o a diez segundos de un beso. O al menos hemos querido estarlo. Esa sensación fantástica de movimiento y vida de los maniquíes busca que los sigamos viendo como semejantes, la promesa eterna de que podríamos vernos como ellos. Y nosotros, inocentes, queremos vernos como ellos. Adiós a las escenografías como en los pasajes franceses, hoy solo basta un par de gestos corporales. Incluso en los maniquíes que miran de frente con los brazos a los costados casi siempre hay un movimiento minúsculo en la cabeza o en la cintura, un atisbo de convicción o entereza o arrogancia. La única excepción tal vez sea los maniquíes de sastre masculino, clásicos y aburridos como gánsteres de segunda línea.

En la pareja del beso ni él ni ella tienen rostro o boca. Pero es claro que cuando corra la escena van a besarse y tocarse con ganas y eso esperamos quienes vemos el exhibidor. Más o menos desde los setenta, con la apertura del abanico de posibilidades de lo que puede ser un persona, los maniquíes han pasado del realismo a la verosimilitud: mejor que lucir como una persona real es actuar como lo haría una persona real. (Bueno, menos los maniquíes infantiles, que ni uno ni lo otro, y de tan horribles parecen personajes de una de terror clase B). Podemos ver entonces un beso sin bocas porque la verosimilitud funciona muy bien bajo abstracción. “Somos capaces de entender que hay unas líneas básicas, que el rostro no tiene facciones y que la figura es el mínimo recuerdo de un cuerpo”, dice la profesora Correa. Y entonces leemos esas formas abstractas sin interferencia, porque además nos hablan directo a la cara, nos dicen que podemos ser románticos, atrevidos, delgados, musculosos o altos con algo de voluntad y dinero en el bolsillo. 

maniqui 3

La mujer sin cabeza mide más de 1.80. Está de pie en el exhibidor con actitud de jueves por la tarde, un poco de ya-casi-es-viernes pero también de no-me-jodas-por-favor. Tiene el pecho al frente y los brazos a los costados, en caída recta, una posición retadora. Me pregunto cuál sería su mirada si tuviera ojos o rostro o cabeza. Una mujer con bolso rojo y su novio se detienen a verla, ella comenta algo y él asiente. En la vitrina, la otra ni se inmuta. 

***

La verosimilitud cambió la necesidad de hacer maniquíes inspirados en modelos de carne y hueso. Muchas de las grandes compañías en el mundo –hablo de Ralph Pucci en Estados Unidos o Hans Boodt en Holanda– toman imágenes de personas reales como referente para ser precisos con la caída natural de las extremidades en determinadas posiciones, pero no más, casi nunca como referente directo para elaborar el maniquí.

La época de hacer maniquíes con el rostro o el cuerpo de grandes estrellas del entretenimiento quedó atrás. Gay Talese en un texto tremendo cuenta que en los cincuenta y sesenta los maniquíes eran modelados “a partir de algunas de las mujeres más atractivas del mundo”, y menciona a Brigitte Bardot y Anita Colby. Pero esa historia puede rastrearse con ciertas licencias incluso siglos más atrás. En la tumba de Tutankamón había un maniquí del joven rey, seguramente creado como modelo de tallaje para que sus modistos pudieran trabajar sin necesitarlo a él en vivo y en directo. Así mismo, la profesora Correa asegura que las figuras religiosas que coronan los altares de las procesiones también pueden considerarse maniquíes en tanto representaciones de imágenes de seres humanos. Estrellas de Hollywood, reyes y santos comparten el olimpo de ídolos a quienes el resto de los mortales deseamos imitar. La promesa de la religión –y quien diga que el mercado y el entretenimiento no son religiones necesita encender el televisor– es que entre más parecidos seamos a nuestros ídolos, más posibilidades tendremos de ser ellos. Un bello sinsentido.  

El tipo con la chaqueta de jean camina por el corredor del centro comercial con una bolsa en la mano. En otra tienda, una mujer con falda entra a un probador con la blusa que vio en el maniquí. Cuando sale, el vendedor le pregunta qué tal y ella le devuelve la prenda con una mueca divertida. Mira de reojo el maniquí. 

Esta es una hipótesis: los maniquíes comenzaron siendo realistas porque quisimos representarnos a nosotros mismos y luego a nuestros ídolos; quisimos ser como Brigitte Bardot o Audrey Hepburn, tener sus facciones perfectas y su cuerpo perfecto y su vida de ensueño. Pero con el tiempo nos dimos cuenta de que no nos gustaba ser como nosotros mismos ni tampoco podíamos ser como ellos, porque la condición para todo ídolo es ser la última Coca Cola del desierto. Nuestras facciones eran regulares y nuestro cuerpo era corriente. Entonces los maniquíes dejaron de representar nuestros ídolos para representar nuestros ideales, que son dos cosas diferentes. Esos cuerpos en el exhibidor pasaron a encubrir o disfrazar nuestras medidas ordinarias, a ser una proyección.

La pregunta sigue en el aire: ¿realmente hay algo detrás de la representación del cuerpo que ofrece un maniquí?

En la oficina de Roberto Carlo, gerente en Colombia de EXPOR, uno de los grandes fabricantes de maniquíes en América Latina, hay un pequeño maniquí a escala, no mide más de treinta centímetros de alto y es de color azul petróleo. Él lo agarra y lo mira mientras comenta que toda una familia de maniquíes del catálogo de la compañía está basada en ese prototipo, que a su vez está inspirado en una mujer de 21 años de São Paulo, Brasil. (Sí, a los diferentes grupos de maniquíes se les dice familia; hay familias estilizadas, deportivas, de tallas grandes, etcétera). “Las únicas modificaciones digitales que nosotros hicimos fue alargar el cuello y alargar las muñecas y las manos”, dice. De tal manera que, incluso cuando la modelo existe en la vida real, el maniquí es intervenido con modificaciones. ¿Por qué? Me pregunto si ella tendrá dificultades al intentar reconocerse en ese maniquí para el cual sirvió de base.

maniqui 3

En un pequeño acto de desobediencia, Aldemar barre con música para planchar. La oficina no tiene más de tres metros de área y está llena con maniquíes de confección. En esta historia vale la pena detenernos, porque esta es una de las fábricas de maniquíes más antiguas de Bogotá (tal vez la más y tal vez del país). Aldemar canta con una voz más ronca que la de Helenita Vargas y barre con gusto. Tiene veintitantos años. Los maniquíes están amontonados contra las paredes. Uno está mojado. Aldemar lo revisa y dice en voz alta: “Este maniquí se dañó”. Lo toca con cuidado y agrega: “Y este es carísimo”. En la pared hay rastros de humedad, pintura descascarada, soplada, y una mancha apenas oscura como la que tiene el maniquí en el hombro izquierdo y parte del pecho.

Los maniquíes de confección, salvo contadas ocasiones, son una cabeza y un torso sobre una base metálica. El que Aldemar pone a secar al sol ni siquiera tiene brazos. Dicho esto, es evidente la primera diferencia frente a los maniquíes de exhibición. La segunda es que tienen medidas estándar porque sirven para que los diseñadores confeccionen bajo unas “tallas universales”. Hasta el momento no he hecho explícito algo obvio: los maniquíes de exhibición exhiben ropa. Y además ropa que alguien va a comprar. La función de los maniquíes de confección es marcar las formas básicas del cuerpo según esas tallas universales para que el diseñador haga lo suyo sin pifiarse. Casi nadie confecciona ropa para talla maniquí.

Un paréntesis que es una nota al pie: (La revolución industrial cambió sustancialmente la industria de la moda, entre otras cosas, porque solo desde entonces es industria. Antes de la producción en masa los modistas trabajaban sobre medida. Entonces sucedió que las personas y las nuevas zonas comerciales inundaron las ciudades y desbordaron la capacidad de los modistas, quienes tuvieron que pasar de la exclusividad a la estandarización. Ese proceso los llevó a armar cuadros de tallas con medidas universales para facilitar la producción y a usar maniquíes para encarnar en un solo cuerpo a toda esa multitud. Ahí nació la necesidad de mostrar y vender).

La fábrica se llama Hermani Display. Antes se llamó Hercasvill. Y mucho antes se llamó Hersecasvill. La fundó Hernando Castillo en los años sesenta, más o menos al mismo tiempo que Arturo Tejada Cano abrió la escuela de moda que aún hoy lleva su nombre, y que Hernando Trujillo inauguró una tienda ahora extinta. Los tres eran sastres y se conocían. Como uno puso la escuela y el otro la tienda, a Castillo le tocó los maniquíes. Murió en los ochenta cuando la marca era líder en la venta de maniquíes de confección. Entonces el negocio lo agarró la esposa y luego el hijo, también Hernando Castillo, que lo ha mantenido andando hasta hoy en cooperación con Claudia Lobatón, con quien está casado desde hace más de quince años.

—Es muy chistoso porque uno escucha cosas como “Córtele la cabeza” o “Quítele la oreja”. Y va una a ver y hay pedazos de maniquís por todas partes.

Dice la señora Claudia con la voz gruesa para emular la de su esposo, que fue quien diseñó la mayoría de los maniquíes de la compañía mediante la descortés maniobra de cortar y quitar. Y luego cuenta que, aunque en ocasiones recurre a modelos de carne y hueso, por lo general él busca fotos de referente y utiliza maniquíes viejos para construir el molde de los nuevos. Casi como crear un monstruo Frankenstein bellísimo, con los huesos y músculos precisos e imponentes para llevar al arrobamiento a través del exhibidor.

—La gente escucha eso y piensa que estamos haciendo quién sabe qué cosas.

maniqui 3

En la entrada de la fábrica hay un Goku de tamaño real, por seguridad, imagino. De ahí en adelante es un viaje tremendo: maniquíes de medio cuerpo pegados a las paredes, formados en filas en el recibidor, forrados con plástico, nuevos, viejos, cascados, blancos, negros, plateados, azules, mujeres, hombres, con cabeza, sin cabeza, con ojos, sin ojos, desnudos todos, y moldes para hacerlos de todos los tamaños y formas imaginables amontonados y arrumados en habitaciones a lo largo del lugar. En alguna parte hay un molde de un caballo y otro de un tiburón, y la señora Claudia asiente y dice que sí, también han hecho animales. En el lugar hay más de 200 maniquíes, entre confección y exhibición.

—La bodega antes quedaba en la casa de la esquina. Cuando estábamos pasándonos para acá hubo un incendio allá y perdimos lo que había en el tercer y cuarto piso. Los maniquís que estaban ahí quedaron hechos ceniza.

¿Cómo será ver tantos cuerpos juntos chamuscados?

Hasta los dos mil, la empresa llenaba los escaparates de grandes y pequeñas marcas colombianas a lo largo del país. Luego llegaron los chinos con sus precios irrisorios y luego los europeos y los gringos con sus maniquíes ultra sofisticados y las cosas cambiaron. Hermani/Hercasvill/Hersecasvill volvió a concentrarse en los maniquíes de confección y apostó por restaurar esos maniquíes que llegaban en barcos desde afuera. La vida útil de un buen maniquí puede ser de cinco años, para entonces ya se han roto o descascarado o pasado de moda. Los dos primeros casos tienen solución, el tercero nada que hacer. Las grandes marcas suelen tener tiendas tipo A, B y C. Los maniquíes nuevos suelen llegar a las tipo A –grandes, concurridas, mejor ubicadas– y con el tiempo pasan a las B y por último a las C, en algún lugar poco visitado del país. Después a la basura. 

Para nadie es secreto que el plástico y la fibra de vidrio están lejos de ser los materiales más amigables con el medio ambiente. Así que el final de un maniquí termina siendo un problema. Roberto Carlo tiene en su celular fotos de una bodega abandonada llena de maniquíes desechados, parece un cementerio de chatarra. Le pregunto en dónde es y solo responde que en las instalaciones de una empresa conocida: es de los que cuenta el milagro pero no el santo. La señora Claudia en cambio me explica que las tiendas pequeñas ahorran esfuerzo y sacan los maniquíes a la calle para que los recoja el carro de la basura. Las noches de los fines de semana, en barrios como Chapinero en Bogotá, es fácil encontrar maniquíes desechados entre bolsas negras con desperdicios.

Pero eso es al final. Mucho antes el maniquí fue nuevo. Para hacerlos existen métodos de métodos. Ralph Pucci emplea un escultor. Hans Boodt lo hace digital. EXPOR usa un poco de ambas. Hermani/Hercas… algo de todo. Abraham lleva quince años en la empresa y, al echar números al aire, llega a la conclusión de que ha fabricado más de 10.000 maniquíes entre confección y exhibición en ese lapso. El proceso es manual y es casi un ejercicio de maratonista. Un maniquí puede tomar dos días y por eso debe trabajar varios al tiempo. Señala algunos que acaba de pintar de blanco hueso, tan limpio, y que cuelgan de unos ganchos como en una carnicería mientras secan.

—La piquiña de la fibra de vidrio —dice y se ríe—. Eso es lo que más lo mata a uno. Porque uno llega a la casa y le rasca todo, y apenas lo toca las cobijas eso empieza como a chuzarlo a uno. 

Aldemar cuenta que además de ver que se mueven, al principio soñó con ellos. Le pregunto a Abraham si también sueña con maniquíes.

—Esto aquí, el brazo, del movimiento de la lijada todo el día dándole —responde.

Y entonces entiendo que sus sueños sobre el trabajo son del dolor físico luego de una jornada. No sueña con maniquíes vivos. Para él no son más que un objeto. Y sin duda lo son.

maniqui 3

Santiago Romero, profesor de moda de la Tadeo, tiene la sospecha de que casi nadie en la industria se hace preguntas respecto al maniquí. Yo sospecho lo mismo. Las personas de la industria con las que hablé piensan en los maniquíes principalmente como herramienta comercial. Solo después de la tercera o cuarta pregunta sale a flote la posibilidad de que esos objetos escondan algo más.

¿Los maniquíes realmente significan algo para quienes estamos de este lado del exhibidor?

En una de las tiendas del centro comercial los maniquíes tienen el rostro –o donde se supone va el rostro– de color naranja metálico. En otra están hechos con un material verde traslucido parecido al de las esmeraldas. En una tercera tienen buen maquillaje para Halloween. En una cuarta, pelucas tan falsas como unas Abidas. En una quinta, los rayones, raspones y mugre propios de una caída en el Tour de Francia. De pie frente a ellos solo veo cosas. Las personas que pasan junto a mí miran sin siquiera detenerse. Camilo Franco es diseñador de moda, tiene una marca con su nombre, y cuando abrió su tienda buscó maniquíes abstractos, más cercanos a lo androide que a lo humano. “Abstractos se vuelven más objeto”, dice. Al final se arrepintió y compró un grupo de maniquíes femeninos blancos con el cuello extra largo, los ojos cerrados y posiciones distinguidas. Sintió que el público local aún estaba en formación respecto a la moda.

Con los objetos es más difícil conectar. Y los compradores necesitamos conectar de alguna forma con lo que vamos a comprar. Los maniquíes son herramientas comerciales implacables, cuando llaman la atención más de lo normal algo está fallando. La protagonista debe ser la ropa. Lo que no deja de ser extraño porque entonces supone que los maniquíes están y al mismo tiempo no, que deben ser invisibles. “Son vendedores silenciosos”, dice Roberto Carlo. En teoría, frente a un exhibidor vemos el maniquí sin ser muy conscientes de su presencia, una masa detrás de la ropa. “Generan una necesidad y una compra por impulso: ‘Guau, qué bien se ve la pinta’”, dice Samuel Guzmán. Es por eso que nadie se detiene frente a los maniquíes de estas cinco tiendas: los vemos tanto, somos tan conscientes de ellos, para bien o para mal, que es imposible conectar. Los encargados de las tiendas suelen cambiar la ropa de los maniquíes cuando están solos para que ningún comprador vea el espectáculo tragicómico de arrojarlos al suelo, sacarles los brazos, despiezarlos, hacer maromas para vestir la blusa, el pantalón, la chaqueta. ¿Qué conexión después de eso? Roberto Carlo agrega: “El maniquí es el segundo factor decisor en la compra. El primer factor es el acompañante, a quien le preguntamos cómo nos queda la prenda; pero cuando estamos solos el maniquí es quien nos vende el producto, porque básicamente lo que hace es crear una ilusión”.

maniqui 3

La mujer sin cabeza es de color café oscuro, no negro, no gris, algo más cercano al chocolate amargo, difícil de precisar pero hermoso. Lleva una blusa escotada de tres botones, un cinturón grueso con una hebilla plateada y un jean negro. La ropa es ajustada y la curva de los senos y la forma de las piernas se marcan debajo de cada prenda. La base en donde iría la cabeza, la parte alta del cuello, es el ángulo recto de un tajo perfecto.

***

La revolución industrial obligó a todo comerciante a exhibir sus productos. Sigue siendo la mejor forma para vender. La arquitectura entonces ya había evolucionado lo suficiente como para facilitar la construcción de ventanas mucho más grandes, tan necesarias en los nuevos espacios comerciales. A estos Walter Benjamin los llamó con algo de ironía: “calles lascivas del comercio, solo apropiadas para despertar el deseo”. Allí no hacía falta entrar a la tienda porque la tienda salía a la calle. El comprador era cautivado por lo que yacía en ese espacio intermedio entre afuera y adentro. Bajo esta lógica es consecuente que los escaparates en los pasajes parisinos jugaran a recrear toda una escena de lo que implica estar en casa: los muebles, los cuadros, los maniquíes realistas, etcétera. La ventana es un espacio intermedio pero también una falsa pared. Como el teatro. Los exhibidores son una puesta en escena y los maniquíes, aún hoy, los actores de ella. Su tarea, como la de cualquier actor, es construir una ficción, una ilusión.

Cuando vuelvo a ver al tipo con la chaqueta de jean carga tres bolsas en la mano. La mujer de la falda no lleva ni la cuenta de lo que se ha probado. Es delgada y baja. Guapa. Mira maniquíes, la ropa en ellos, y entra a las tiendas. Es curioso que la mayoría de maniquíes masculinos sigan representando el mismo rol desde hace tanto tiempo, mirada al frente, brazos a los costados, posición militar. El tipo con la chaqueta de jean lleva paquetes de tiendas de ropa femenina y masculina. Compra sin problema. 

Gay Talese cuenta en su texto que en 1938 la marca Bonwit Teller contrató a Dalí para decorar dos vitrinas de una tienda. No sé si es trampa o genialidad contratar a un artista para captar la atención de los paseantes.

Otro paréntesis que es nota al pie: (Camilo Monsalvo, artista visual y coordinador de estilismo del noticiero del Canal Caracol, dice que en algún momento los maniquíes se volvieron aburridos y hubo que reinventarlos mediante el arte. Se refiere a los setenta y a jugar con los colores, las formas y las medidas. Sin embargo, la relación del arte y el maniquí antecede lo comercial. El libro Perversa y utópica… la condensa muy bien: pintores como Giorgio De Chirico, Giorgio Morandi, Carlo Carrà o George Grosz llenaron paredes con cuadros cuyos protagonistas eran maniquíes en el papel de seres humanos; allí estas personas-objeto servían para representar la deshumanización del periodo entreguerras o a un ser humano ideal anterior a todo el horror. También está el primer manifiesto surrealista o la anécdota de cuando André Bretón obsequió maniquíes a doce surrealistas para que estos los intervinieran y presentaran en la exposición surrealista internacional de 1938. De hecho, es probable que esas intervenciones −extremidades alteradas, mutiladas, pintadas− sean la primera piedra de la avalancha de alteraciones que vino después).

Dalí puso un maniquí sucio junto a “una tina forrada de astracán, apiló unos cuantos símbolos freudianos y se fue para su casa”, escribe Talese. En otras palabras, armó una puesta en escena, una obra de teatro o un performance. Con la particularidad de que fue una puesta en escena en pausa. Nadie iba a moverse. De nuevo: era apenas una ilusión.

¿Qué estarán a punto de decir los personajes-maniquíes de los exhibidores que vemos en tantas tiendas?

Camilo Monsalvo dice que algunas marcas están reemplazando los maniquíes por pantallas. En sus tiendas de Estados Unidos y Europa las prendas aparecen exhibidas por modelos de carne y hueso posando, caminando, sonriendo, jugando, hablando y haciendo cualquiera de las cosas que puede hacer un ser realmente vivo. Una de ellas incluso está exhibiendo en las pantallas de las tiendas las fotos de los outfit que los compradores comparten a través de redes sociales etiquetando a la marca. En este caso la propuesta trasciende a las y los modelos profesionales al reemplazar los maniquíes por personas que hacen parte de la multitud que camina las calles de las ciudades. Es como darle la vuelta a la torta: los maniquíes llegaron para representar a modelos y multitudes y ahora modelos y multitudes vuelven a tomar su lugar.

Alexander McQueen fue de los primeros en marcar esta tendencia cuando puso a una modelo de rasgos finísimos, delgada, alta, robótica, que a primera vista cuesta identificar si es o no un maniquí, con un vestido blanco y frente a una gradería del Metropolitan Museum of Art llena de lo más chic del mundo de la moda gringa, para que fuera baleada por dos máquinas industriales que escupían pintura negra y amarilla sobre el vestido impoluto. Al final, ella desfiló ante la multitud enloquecida mientras los colores goteaban en el suelo. Basta ver el video para notar que algo en el mundo de la moda cambió entonces.

maniqui 3

Más o menos en la mitad del siglo XX era normal usar el término maniquí para hablar de las modelos en la industria, tipo Twiggy. De alguna forma esto da cuenta del valor que los maniquíes tenían para la sociedad. La anécdota de Dalí, contada por Talese, termina en que las compradoras se sintieron ofendidas por el maniquí sucio y se quejaron al punto de que Bonwit tuvo que retirarlo. Dalí también se ofendió y lanzó la tina a través del vidrio del exhibidor y la policía lo arrestó. A lo mejor ese poder cultural sigue operando en los maniquíes bajo nuevas formas.

El profesor Santiago Romero propone que la despersonalización de los maniquíes es una estrategia de las marcas para comunicar que sus prendas no son para un grupo exclusivo según raza o estrato o lo que sea. Maira Zarate, diseñadora de Pessoa, opina lo mismo, el maniquí solo representa los valores de la marca: juvenil, casual, deportiva, alta costura, etcétera. Pero al mismo tiempo los dos sienten que, aunque el propósito es ese, la realidad es otra. Y ese es un problema: hay diferencias serias entre lo que dicen los maniquíes para quienes están a un lado u otro del vidrio del mostrador.

Laura es una médica maravillosa y está de este lado del exhibidor −incluso podría ser una de las mujeres que pasa frente a la mujer sin cabeza y la mira unos segundos antes de seguir de largo−, y siente que “entre más genéricos traten de ser los maniquíes, más específicos son”. Se refiere a que, en vez de decirle fresca, cualquiera puede entrar en este outfit, le están diciendo amiga, date cuenta: debes ser como yo. Cómo es posible que esta herramienta comercial sea excluyente al intentar lo contrario. Es ridículo.  

Juanita tiene un ojo agudo para fotografiar el mundo del entretenimiento, y también desde este lado piensa que sin duda los maniquíes son una herramienta para vender, pero que “es muy ingenuo pensar que a uno le venden solo la ropa y no un estilo de vida con ese tipo de cuerpo incluido”.

¿Tal vez por esto es que los maniquíes de las zonas play de una ciudad están a siglos de distancia de los maniquíes de las zonas populares de la misma?

En Bogotá están los San Andresitos y San Victorino con su Gran San. En Medellín, el Hueco y el paseo Bolívar. En Cali, el centro comercial Único y el San Andresito centro. Y desde ahí empecemos a agregar las muchas otras ciudades y municipios y barrios que están lejos de los pequeños centros oficiales de la moda del país. En esa inmensidad −que es el antiespejo de este centro comercial cachetudo− los maniquíes femeninos y masculinos tienen curvas pronunciadas, rostros expresivos y colores vivos que hablan de otras mujeres y hombres que también consumen moda. Son una puesta en escena diferente. Una ilusión diferente. 

Andrea escribe mucho y muy bien sobre objetos, y desde el lado de acá recuerda que todas sus compañeras del colegio salvo dos se operaron los senos porque en Medellín esa es la ilusión que trajo el narcotráfico: cintura chiquita, senos grandes, piernas esbeltas. Y siente que los maniquíes de Medellín “son como un símbolo muy particular de esa cultura y un punto estético clave para entender por qué algunas mujeres quieren ser así”. Cómo pensar esto cuando Medellín es el centro de los centros de la moda colombiana.

Alguna vez conocí a alguien que venía de un pueblo pequeño del interior del país. Era de cuerpo delgado. Vino a Bogotá a estudiar odontología. Para el lugar de donde venía, su cuerpo era demasiado plano, sin curvas ni gracia. En Bogotá se adaptó bien. Se mudó a otro pueblo del interior y subió de peso e hizo curvas; demasiadas para los estándares de Bogotá. El punto es: los maniquíes tal vez comunican un deber ser y un deber ver dictado por estándares que obedecen a dinámicas culturales y económicas complejas, y estas a su vez dificultan cierta fluidez social, el pasar de estrato a estrato, de región a región. “Es el negocio, socio, o te unes o te mueres, socio”, a lo Darwin parafraseado por J Balvin. Las imágenes que consumimos permean lo que somos, así que la exposición constante a ciertos tipos de maniquíes podría modificar de alguna forma lo que vemos y queremos de nosotros mismos; pero la operación también funciona a la inversa y nosotros podemos permear lo que nos rodea, modificarlo. Y esa es una luz. Pero, de nuevo, pura conjetura.

maniqui 3

Cuando estamos de pie frente a un maniquí casi nunca somos conscientes del juego profundo que desencadena esa relación diminuta. O intentamos no ser conscientes. María Andrea está obsesionada con el microcosmos que es la cocina, está del lado de acá del mostrador, y con una alusión a Harry Potter asegura que logró reducir los maniquíes a simples exhibidores, aunque sabe que esconden mucho más: “Verlos así es como haber vencido un miedo, como cuando Lupin hace que sus estudiantes se enfrenten a un Boggart y les enseña a convertir su peor miedo en algo chistoso”.

Una hipótesis, parte dos. Hubo un momento en la historia de la moda y del arte en que la alteración no implicaba miedo sino otra cosa. Baudelaire en su “Elogio del maquillaje” tomó la idea manoseada de que la naturaleza es sinónimo de belleza y la arrojó a la basura. “La virtud, por el contrario, es artificial”, dijo. Todo lo bello es resultado del cálculo. Pensemos por un momento que tal vez la artificialidad de los cuerpos de los maniquíes sí son la escenificación de nuestro deseo de ser perfectos. Dejemos de lado por un segundo los discursos de “todo cuerpo es bello” y “quiérete tal como eres” y contemplemos la posibilidad de que nos decimos esto porque nuestro cuerpo es imperfecto y quisiéramos que no lo fuera. Baudelaire dijo que la moda es “un ensayo permanente y sucesivo para reformar la naturaleza”. ¿En el fondo no queremos eso?, ¿estar por encima de la naturaleza que nos tocó? Pensemos que nadie está obligado a conformarse con lo que tiene. Por un momento. El maquillaje es un derecho. Puede que los maniquíes nos construyan a nosotros, pero no dudemos nunca que nosotros los construimos a ellos. Y luego recordemos que todo ideal es un imposible.

¿Cuántas veces hemos deseado vernos como ese maniquí?

No hace falta responder. Es probable que, como Andrea, hayamos conseguido llevar procesos internos para que la imagen de esos ideales no afecte lo que somos. La carne imperfecta que siempre seremos. La belleza que nos devuelve el espejo. O es probable que, como María Andrea, hayamos vencido el miedo de no-ser-de-x-manera. O, como Juanita, que además sufre de dismorfia corporal y su cerebro le impide ver el cuerpo que tiene, estemos buscando todos los días la confianza para volver a vernos y sentirnos en nosotros. O, como Laura, experimentemos rabia y decepción ante la dualidad de querer y no querer ser-de-x-manera, de poder y no poder ser-de-x-manera. No hace falta responder porque las posibilidades de lo sensible cuando estamos frente al exhibidor son incalculables. Por eso, después de más de un siglo, los maniquíes siguen llenando los escaparates.

Esta no es una teoría sino una certeza: los maniquíes están más cerca del sueño que de la vigilia y cada quien sueña según como llega a la noche.

***

Hay algo en la mujer sin cabeza. Las personas la observan por lo menos un par de segundos y hacen algún gesto no correspondido. Camino hasta ella y entonces una sensación extraña me golpea. La luz en el exhibidor está mal ubicada y devuelve el reflejo de quienes se detienen frente a él. El exhibidor es un espejo. Otra persona se acerca. La mujer sin cabeza, al otro lado del vidrio, es apenas una presencia detrás de nuestra imagen reflejada, su cuerpo es difuso, una ensoñación que se pierde por la pésima iluminación, por la noche que comienza. Un cuerpo escondido detrás del nuestro. La cabeza de la mujer sin cabeza, si existe en alguna parte, bosteza.

 

// Las fotografías fueron tomadas en las instalaciones de Hermany Display //

separador

Brian Lara

Bogotano, literato y administrador de empresas. Ha publicado entrevistas, perfiles y ensayos sobre ilustración, literatura, teatro, música, salud y medio ambiente para las revistas Bacánika, Bienestar Colsanitas y Arcadia. Eso, en el tiempo que le queda luego de jugar Play. 

Bogotano, literato y administrador de empresas. Ha publicado entrevistas, perfiles y ensayos sobre ilustración, literatura, teatro, música, salud y medio ambiente para las revistas Bacánika, Bienestar Colsanitas y Arcadia. Eso, en el tiempo que le queda luego de jugar Play. 

Cultura Pop
Le puede interesar

Mientras pasa este invierno, invitamos a Yoda a ilustrarnos esta antología de canciones para cantar a grito herido en medio de este clima gris.
Yoda
-Noviembre/22/2024
¿Se ha preguntado de dónde vino el objeto que le está permitiendo soportar los bochornos actuales? La autora nos cuenta en este refrescante texto.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Noviembre/21/2024
Junto a varias invitadas especiales y más de 5.000 asistentes, el festival culminó cinco días de arte urbano lleno de mujeres referentes de las artes. Aquí un recap.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Noviembre/20/2024
Con los años cumplir años no es lo mismo: estas celebraciones tan antiguas como la humanidad se pueden llenar de sensaciones complejas. Aquí una mirada.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Noviembre/19/2024
¿Quién no ha quedado cautivo de esas imágenes que parecen salidas de una hermosa pesadilla? Aquí una carta de amor de un fan de esas películas.
Juan Sebastián Lozano
-Noviembre/18/2024
Si algo nos dejó claro este año es que cualquier banda es susceptible de resucitar. Aquí un homenaje a esas bandas se animaron a volver veinte años después.
Raúl Orozco (Raeioul)
-Noviembre/15/2024
Desde el Egipto faraónico hasta las cocinas de América, la levadura, la harina y el agua han hecho maravillas con la historia. El autor nos cuenta.
Juan Sebastián Sánchez H.
-Noviembre/13/2024
Tiny Lulo, Juanchaco y Caroca explorarán en tres activaciones en vivo todo lo que es capaz de hacer la Samsung Galaxy Tab S10. Te contamos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Noviembre/13/2024
¿Cuántas horas invertimos en crear piscinas, romances y cementerios? La autora nos recuerda esos días gastados en imaginar la vida adulta.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Noviembre/12/2024
“Cuando sea grande” fue una frase con la que nos imaginamos cosas muy distintas a las que descubrimos con los años. Aquí algunos descubrimientos.
Gusanillo de tierra
-Noviembre/08/2024
Aunque son una compañía cada vez más popular, son pocos los que conocen las plantas que tienen en casa. Aquí se las presentamos para que las pueda cuidar.
Valeria Herrera
-Noviembre/07/2024
¿Cómo nacían los metaleros antaño en los hirvientes aires del Magdalena? En este capítulo de su libro sobre Master of Puppets, el autor nos cuenta.
Chucky García
Chucky García
-Noviembre/06/2024
Museos nocturnos, nuevos espacios y muestras nacionales e internacionales: aquí nuestros recomendados en Cali, Bogotá, Medellín y Cartagena para noviembre.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Noviembre/06/2024
Que no lo vaya a coger la noche con el portafolio y los papeles: aquí está nuestra selección de convocatorias para creativos en lo que queda del año.
Bacanika
Bacánika
-Noviembre/05/2024
La noche de ayer en la gala de premiación en la Galería Nueveochenta de Bogotá, se dieron a conocer los nombres de los ganadores del galardón.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/31/2024
Aparte del 31 de octubre, somos muchos los que nos hemos tenido que poner una de estas fachas para vivir un día de brujas en cualquier punto del año.
Colectivo Guacala
-Octubre/30/2024
¿Qué se hace con el deseo de crear cuando el de criar no deja tiempo? Desde su relación con la escritura, María Fernanda Cardona reflexiona al respecto.
Las relaciones, la autoimagen y el día a día de quienes padecen TLP están marcados por altibajos intensos. Aquí un vistazo a cómo es vivir con la condición.
Brian Lara
-Octubre/22/2024
En Caldas, el Quindío y Risaralda, el muralismo crece desde el trabajo con comunidades que integran los murales al paisaje local. Aquí la historia.
Melissa González
-Octubre/21/2024
“Geranios y conejos” es el nombre de la obra finalista de este artista bogotano, uno de los pintores jóvenes más destacados de su generación.
Ángel Unfried
Ángel Unfried
-Octubre/20/2024
Dedicarse a las labores creativas es también una escuela de vida: invitamos a Pautipeep a mostrarnos con sus viñetas cinco de sus duras lecciones.
Pautipeep
-Octubre/18/2024
¿Qué distancia separa una mesa de tres patas de una escultura? El autor nos cuenta alrededor de esta mesa donde reposan libros, flores y más de una historia.
Nicolás Rocha Cortés
Nicolás Rocha Cortés
-Octubre/17/2024
En un mundo de mercados y herramientas cambiantes, buscamos algunas respuestas y opiniones al respecto en este reportaje sobre la vida creativa.
Jorge Francisco Mestre
Jorge Francisco Mestre
-Octubre/16/2024
El 17 de octubre a las 6:00 pm inaugura en Galería Nueveochenta la muestra curada por Elías Doria; la entrada será libre con coctel de bienvenida.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/15/2024
Mapa Teatro propone una nueva versión de La Vorágine desde la voz del pueblo Nukak. Le contamos los detalles de esta impresionante experiencia inmersiva.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/15/2024
Con 17 ediciones impresas, Revista Cucú se ha posicionado como referente entre un público selecto: los más chicos del país. Aquí su historia.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Octubre/11/2024
El diseño y la ciencia se observan en esta historia. Desde las primeras civilizaciones hasta la actualidad, las gafas han sido una lucha por ver(se) mejor.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Octubre/10/2024
En Colombia tenemos productos extraordinarios para todos los paladares, como estas seis delicias regionales, ilustradas por FEN. ¿Ya las conocía?
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Octubre/09/2024
¿Qué cambia en nosotros cuando dibujamos lo que tanto nos cuesta nombrar? El autor nos cuenta en este testimonio sobre el poder del dibujo íntimo.
Sebastián Barragán
-Octubre/08/2024
¿Debería importarnos cómo hablamos de las especies, territorios y comunidades en torno a la biodiversidad? Sí, y mucho. Dos narradores nos cuentan.
Tierra que se destaca por la ternura y sonoridad de sus palabras, invitamos a Caroca a ilustrar algunas de nuestras favoritas. ¿Ya las conocía?
Carolina Cardona (Caroca)
Carolina Cardona (Caroca)
-Octubre/04/2024
Desde Pereira, Cali, Medellín y Bogotá, estas muestras de arte y espectáculos son los recomendados de Bacánika para que se programe para un mes cargado.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/03/2024
¡Aliste ese portafolio y datos personales! Ya llegó nuestro listado mensual de convocatorias para creativos, ilustradores, fotógrafas y artistas.
Bacanika
Bacánika
-Octubre/02/2024
Su pinta de hoy tuvo origen en la clase trabajadora: esa historia está manchada tanto con tintes de colonialismo y racismo, como de rebelión y cultura pop.
Adela Cardona
-Septiembre/30/2024
Invitamos a Luto a ilustrarnos algunos de los más famosos apocalipsis que seguimos esperando mientras se termina la jornada para irnos del trabajo.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/26/2024
Aunque son una compañía cada vez más popular, son pocos los que conocen las plantas que tienen en casa. Aquí se las presentamos para que las pueda cuidar.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Septiembre/26/2024
¿Sirve para algo el estilo ajeno? ¿El estilo ajeno o propio es algo más que un invento del arte moderno? Artistas, curadores y académicos nos cuentan.
Soraya Yamhure Jesurun
Soraya Yamhure Jesurun
-Septiembre/24/2024
Si está en Bogotá desde el 30 de septiembre la Fundación Universitaria Los Libertadores trae varios imperdibles para diseñadores, cinéfilos y periodistas.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/23/2024
31 Minutos trascendió la pantalla y dejó una huella imborrable en quienes los siguieron. Una de nuestras periodistas les escribe aquí una carta de amor.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/23/2024
Una Reina del Drama nos ilustra este catálogo de momentos en los que fue perfectamente ridículo adelantarnos tanto o leer tan mal el contexto.
Una reina del drama
-Septiembre/20/2024
Pronunciamiento oficial del equipo de Bacánika a las reacciones suscitadas por el anuncio de los ganadores de este año.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/20/2024
¿Podría reconocer una potencial pareja en una conversación de 5 minutos con alguien que nunca ha visto? El autor de esta crónica nos cuenta cómo le fue.
John William Archbold
John William Archbold
-Septiembre/18/2024
Si lo cogió la noche sin ideas mientras llega el Día del Amor y la Amistad, no se preocupe: aquí le tenemos más de 20 planes entre Bogotá, Cali y Medellín.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/17/2024
La moda puede hacernos sentir más cómodos dentro de nuestra propia piel. Este diseñador chiquinquireño ha dedicado sus habilidades a traer a la realidad los sueños y personajes que muchas drag queens llevan a su estudio. Aquí una mirada a su trabajo y visión.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Septiembre/16/2024
¡Ojo pues! Le traemos convocatorias dirigidas a artistas, fotógrafos/as, realizadores audiovisuales, cineastas, estudiantes y periodistas para que se postule.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/16/2024
¿Por qué es tan fácil tragarse de quien no nos dará ni la hora? Son las insidiosas canciones del gran Juan Luis Guerra: aquí sus mejores versos ilustrados.
Laura Daniela Soto Patiño
Laura Daniela Soto Patiño
-Septiembre/13/2024
¡Ya tenemos los 80 seleccionados que harán parte de la muestra del Salón Visual Bacánika 2024 en la Bodega/Comfama de Medellín! Consulte la lista aquí.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/12/2024
Vivir con Síndrome de Ovario Poliquístico es mucho más que no menstruar todos los meses. La autora nos cuenta su experiencia de la mano de una experta.
María Alejandra Argel Guerra
María Alejandra Argel Guerra
-Septiembre/12/2024
¿Ya conoce al encargado de curar las 25 obras seleccionadas para la 17a edición del Premio Arte Joven 2024? Aquí le contamos de su trayectoria y visión.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/11/2024
Desde septiembre se siente que viene diciembre, pero también una agenda cargada de arte, diseño, ilustración y cuanta cosa entre Bogotá y Medellín.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/09/2024
El daltonismo es más que la visión alterada del color: quienes lo tienen viven el mundo con una perspectiva única. Aquí una mirada a su experiencia y desafíos.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Septiembre/06/2024
Tres libros reúnen los conocimientos y hallazgos de tres grandes maestros de la facultad de artes de la Universidad Nacional. ¿Quiénes eran?
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Septiembre/05/2024
Arte que se remonta a los monasterios budistas del Tíbet, la pintura de thangkas es hoy el sustento de miles de tibetanos, indios y nepalíes. Aquí una mirada.
Emilio Aparicio Rodríguez
Emilio Aparicio Rodríguez
-Septiembre/04/2024
Sergio Ospina es embajador en Colombia de The LEGO Group e invitado a la Toycon 2024. ¿Qué lo llevó a construir un mundo que ya suma más de 90 mil seguidores?
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Septiembre/03/2024
En septiembre y noviembre, la convocatoria más grande de ilustración en Colombia ofrecerá esta amplia agenda cultural y artística en Medellín y Bogotá.
Bacanika
Bacánika
-Septiembre/03/2024
¡Porque ustedes lo pidieron! Aquí un retrato lleno de amor de todas esas cosas en las que nuestros felinos favoritos se nos parecen más que cualquiera.
Panderito chan
Panderito chan
-Agosto/30/2024
Pintora, ilustradora, muralista y autora de libros, la valenciana será la invitada especial al Salón Visual Bacánika 2024. Aquí una mirada a su historia.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/29/2024
De la soledad a las tendencias de internet, El chico sin cabello de pan solo oculta su propia identidad. Aquí un perfil de nuestro invitado al Salón Visual.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/28/2024
¿Quién recuerda que la lana boyacense viajó a la Luna? Este artista que, gracias al Apolo 11, viajó al pasado en busca de sus raíces familiares. Aquí la historia.
Cristina Dorado Suaza
Cristina Dorado Suaza
-Agosto/27/2024
¿Cuántos fueron el emprendedor de los dulces o la diseñadora gráfica de los cuadernos hermosos? Aquí un listado de los más icónicos personajes de la escuela.
BluBoi
BluBoi
-Agosto/23/2024
Una de cada cinco panaderías de Colombia queda en Bogotá y La Cata salió a hacer la ruta de algunos de los mejores desayunos que se consiguen en estos locales.
La Cata
La Cata
-Agosto/22/2024
¿Qué puede decir el diseño sobre los futuros que no fueron, sobre los pueblos desdibujados de la tierra? El trabajo de esta diseñadora nos responde.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Agosto/21/2024
¿Quién fue Memo Vélez? ¿Qué libro es este con voces, cartas, tiempos y pinturas reunidas por una amiga para intentar retratarlo? La autora nos cuenta.
Esta semana fue declarada la emergencia sanitaria internacional, pero ¿por qué? ¿Qué ha cambiado con la viruela del mono desde 2022? Aquí le contamos.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/16/2024
Dueños de una lengua propia, invitamos a Raeioul a ilustrar este glosario de acepciones y palabras que sólo entienden los diseñadores.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/16/2024
Aquí un vistazo a la fantasía y el asombro que atraviesa el mundo pictórico del artiste y escritore ganadore del segundo lugar del Premio Arte Joven 2023.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Agosto/15/2024
Entre el 7 y el 8 de septiembre en el Palacio de San Francisco de Bogotá se realizará la segunda edición de Toycon Colombia. Aquí todos los detalles del festival.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/15/2024
¿Por qué es tan maravilloso perder el tiempo? ¿Por qué tantos creativos necesitan del ocio en sus rutinas? Tendido al sol, el autor explora respuestas.
Brian Lara
-Agosto/14/2024
¿Cómo es hacer parte de la logística y el protocolo de un evento monumental como los Juegos Olímpicos? Desde París, la autora nos cuenta.
Karen Ariza Carranza
Karen Ariza Carranza
-Agosto/13/2024
25 años después del asesinato de Jaime Garzón, se lanza esta novela gráfica escrita por su hermano Alfredo Garzón junto a Verónica Ochoa. Aquí la historia.
Valeria Herrera Oliveros
Valeria Herrera Oliveros
-Agosto/12/2024
¿Por qué las mujeres con TEA tienden a enterarse de su diagnóstico en plena adultez? La autora nos cuenta desde su testimonio, el de otras junto a voces expertas.
Adela Cardona
-Agosto/12/2024
¡GRWM para que nos enseñen cómo recomendar todo lo que hacemos con estos cinco pasos infaltables en la carrera de todo aspirante a influencer!
Óscar Nossa
Óscar Nossa
-Agosto/09/2024
Del 26 al 28 de septiembre de 2024, regresa a Bogotá el Festival Internacional de Diseño 4GN. Te contamos todo sobre la programación y cómo ganarte tu entrada.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/08/2024
Declarar renta es el plan favorito de nadie, pero hay que hacerlo. Si está en sus primeros pasos, no sabe si le toca o no le entiende al contador, revise esta guía.
Laura Natalia Cruz
-Agosto/06/2024
Descubra en estas 8 miradas el certamen deportivo más grande del mundo, del diseño de logos y uniformes a la vida misma de los que se entregan al alto rendimiento.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/05/2024
El skate, el breaking y el BMX freestyle se iniciaron como deportes olímpicos, ¿de dónde vienen, cómo llegaron, cómo se compite en estas disciplinas?
Karen Ariza Carranza
Karen Ariza Carranza
-Agosto/05/2024
El placer de cantar rock en español no tiene nada que ver con nuestra capacidad para entenderlo. Invitamos a Chulo a ilustrar una selección de estos sinsentidos.
Chulo
-Agosto/02/2024
Artistas, cineastas, ilustradores y escritores, ¡pilas pues! Aquí les traemos la selección mensual de convocatorias, para que se anime. Aquí todos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/01/2024
Estas 7 exposiciones y 2 festivales en distintas capitales del país abren sus puertas a variedad de miradas y experiencias para que se programe con su parche.
Bacanika
Bacánika
-Agosto/01/2024
¿Qué hace que una amistad perdure mejor que otra? ¿Hay algo que permite prever que serán eternos los amigos o que algún día seremos apenas viejos conocidos?
Martín Franco Vélez
Martín Franco Vélez
-Julio/31/2024
El futuro es ahora, pero la IA todavía no entiende a qué te refieres con “más diseño”. Chuleta Prieto nos ilustra esas cosas que aún no podemos pedirle.
Chuleta Prieto
-Julio/26/2024
Del art déco al minimalismo, el diseño de este certamen nos traza un recorrido por las tendencias visuales con las que hoy recordamos la historia olímpica.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/25/2024
¿Qué se juega sobre las telas que cubren a los mejores atletas cada cuatro años? ¿Qué historia cuentan los uniformes que visten a los capaces de lo extraordinario?
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Julio/24/2024
Desde los circuitos, este artista payanés ha encontrado la ruta para trazar una obra cargada de crítica social y memoria a través del arte y las matemáticas.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/23/2024
Además de sus publicaciones como editorial independiente, este taller de risografía es un espacio de encuentro para el arte y la ilustración. Aquí su historia.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/22/2024
Si está empezando a sacar sus prints, stickers, postales, pósters o piezas para exposición, estos son los consejos claves para que lo haga como un pro.
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Sed ut perspiciatis unde omnis iste natus error sit voluptam
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Este martes 23 se hará la última visita guiada de la muestra que celebra el premio dirigido a los artistas jóvenes del país, abierta hasta el 27 de julio en Bogotá.
Bacanika
Bacánika
-Julio/19/2024
Ícono contemporáneo, las viñetas de Lola Vendetta le han permitido a millones de mujeres identificarse y cuestionarse por casi una década. Aquí su perfil.
Catalina Porras Suárez
Catalina Porras Suárez
-Julio/17/2024
Desde hace 6 años, Emilio Aparicio registra sus viajes por el mundo en cuadernos con dibujos, fotografías, objetos y notas. Aquí nos cuenta por qué lo hace.
Hasta el domingo 21 de julio a medianoche puede inscribir sus piezas para hacer parte de la muestra y premio de ilustración más grande de Colombia. Aquí los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Julio/15/2024
Todo lo bueno tiene segunda parte. Por eso invitamos a FreddoIlustra a hacer esta nueva edición de su exitosa columna sobre el contorsionismo creativo.
FreddoIlustra
FreddoIlustra
-Julio/12/2024
No solo se deja de gatear con los años: con humor y nostalgia, este colaborador de la casa nos cuenta cómo cambiaron sus días ahora que llegó a los cuarenta.
Juan Sebastián Lozano
-Julio/11/2024
Los colombianos disfrutamos de una variedad de frutas que no siempre conocemos ni probamos. Aquí una primera guía para que se anime a disfrutar.
Sed ut perspiciatis unde omnis iste natus error sit voluptam
Bacanika
Bacánika
-Julio/09/2024
Con una obra intrigante, este ilustrador nos abre la mente a un universo cargado de poderosos símbolos. Aquí una mirada a su historia y encanto con los arcanos.
Ana Dibuja trae esta lista de canciones que con solo ponerlas convierte la escoba en un micrófono y la ropa por doblar en un público al borde de las lágrimas
Ana Dibuja
-Julio/05/2024
Ni los perfeccionistas tienen claro qué es el perfeccionismo. A menudo se preguntan si pueden dejar de serlo, si lo necesitan. Aquí algunas respuestas.
Brian Lara
-Julio/04/2024
¿Cómo afecta la exposición solar al envejecimiento de la piel? La autora se lo explica con lujo de detalles a lo largo de los años de la mano de un especialista.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Julio/03/2024
El Ministerio de las Culturas, el Museo Nacional y ARTBO presentan convocatorias de becas, residencias y proyectos de formación para artesanos y artistas.
Bacanika
Bacánika
-Julio/02/2024
¡Que vivan la diversidad, el orgullo y el amor! Aquí la gran Sindy Elefante nos ilustra algunos de los motivos para celebrar la dignidad y el orgullo LGBTIQ+.
Sindy Elefante
Sindy Elefante
-Junio/28/2024
¿Qué mueve a tantos a subir el alto de Patios, Letras o Las Palmas? El autor nos guía por la ruta que va de la obsesión con el rendimiento al amor a la montaña.
Carlos Ospina Marulanda
Carlos Ospina Marulanda
-Junio/27/2024
Ni etapa, ni indecisión, ni promiscuidad: la bisexualidad es una orientación sexual que hay que liberar de prejuicios. Aquí una mirada íntima, con rabia y amor.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Junio/26/2024
¿Qué había antes de segmentar lo masculino y lo femenino? ¿Cómo es desmontar la propia identidad ya cerca de los treinta? La autora nos cuenta su experiencia.
Ana López Hurtado
Ana López Hurtado
-Junio/25/2024
Ganadores y seleccionados de ediciones anteriores nos comparten sus experiencias y recomendaciones para participar en la 10° edición del Salón Visual Bacánika.
Bacanika
Bacánika
-Junio/24/2024
Pensar mal es deporte nacional: he ahí una mentira que muchos creemos verdad. Aquí cinco fábulas animales muy colombianas para superar nuestra falta de lógica.
Jhon Isaza
Jhon Isaza
-Junio/24/2024
Convocatoria Píntame el Payaso abierta hasta el 6 de julio 2024. Participe con su diseño icónico de Artefacto Inc. ¡Envíe su custom ahora!
Bacanika
Bacánika
-Junio/24/2024
Llegó la Copa América y todos estamos haciendo fuerza para que se nos haga el milagrito. Aquí una lista de las bellas alegrías que nos ha dado la tricolor.
Con montañas, llanos y contrarrelojes, cada Gran Vuelta tiene su historia. Aquí una mirada a algunas de las carreras más intensas que se corran en el planeta.
Catalina Porras Suárez
Catalina Porras Suárez
-Junio/20/2024
Combinando arte e ingeniería, este artista le hace preguntas a las problemáticas sociales con los objetos que crea. Hablamos con él en Espacio Odeón sobre su obra.
Hace un año que Felipe Carrión dejó de vivir en Bogotá: nosotros lo invitamos a que nos contara e ilustrara cómo fue redescubrir su caótica y hogareña ciudad.
Felipe Carrión Penagos
Felipe Carrión Penagos
-Junio/18/2024
Lo bueno siempre regresa, como nuestra convocatoria para practicantes. Si cree que tiene el sabor y la habilidad para las letras y el diseño no lo piense dos veces.
Bacanika
Bacánika
-Junio/17/2024
¿Qué puede hacer un mural frente a la violencia? Una reparación simbólica como la que rinde esta obra en homenaje a víctimas y sobrevivientes de violencia sexual.
Bacanika
Bacánika
-Junio/17/2024
¿Quién no ha quedado en órbita, suspendido en el tiempo y el espacio, imaginando pendejadas en un banco, un bus o un baño? Aquí un listado de esos espacios.
Sebastián Gélvez
Sebastián Gélvez
-Junio/14/2024
Desde el 27 de junio distintos invitados conversarán sobre sus obras, en la muestra expuesta en la Sala de Arte de Bancolombia en Bogotá. Aquí los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Junio/13/2024
¿A quién se le ocurrió amasar grafito y arcilla para envolverlo en madera? La autora nos lleva por la historia de este modesto y genial invento.
Andrea Yepes Cuartas
Andrea Yepes Cuartas
-Junio/13/2024
Este mes hay oportunidades abiertas para ilustradores, artistas, cineastas, actores, guionistas, periodistas y dramaturgos. Le contamos todos los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Junio/12/2024
Invitamos a Santiago Rivas a contarnos qué tanto hay en el collage (y en su taller Urraca) que genera tanto placer y detona tan buenas ideas. Aquí sus notas.
Santiago Rivas
Santiago Rivas
-Junio/11/2024
Hasta este 9 de junio estarán expuestas tres muestras que han atraído cantidad de visitantes al MAMBO. Fuimos de visita guiada con Eugenio Viola, su curador.
Jorge Francisco Mestre
Jorge Francisco Mestre
-Junio/07/2024
Los dulces nos han dado muchas lecciones sobre el riesgo desde la infancia. Invitamos a Cositas serias a que nos recuerde algunos de esos sabios maestros.
Cositas Serias
-Junio/07/2024
Con un tono picante en una gama de rosas y morados, la obra de este ilustrador retrata dilemas de la vida, el capitalismo y la nostalgia.
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Junio/06/2024
Hasta el 8 de junio estará abierta esta exhibición de los 9 trabajos ganadores de las becas otorgadas por Baudó AP. Le contamos todos los detalles.
-Junio/06/2024
Aprender a disfrutar de la soledad puede ser una habilidad invaluable, capaz de conducirnos a un mayor bienestar. Aquí le damos algunas ideas para que lo intente.
Catalina Porras Suárez
Catalina Porras Suárez
-Junio/05/2024
Menstruar no es tan sencillo como nos lo enseñan en el colegio: para muchas personas es un suplicio. ¿Cómo es vivir con este dolor? ¿Por qué se produce?
Mariana Martínez Ochoa
Mariana Martínez Ochoa
-Junio/04/2024
¿Qué motiva a un pesista a atravesar el dolor y la incomodidad de entrenar con pesos cada vez más grandes? Gustos y conflictos que pueden pesar más de 200 libras.
John William Archbold
John William Archbold
-Mayo/31/2024
¿Golpeado por la vida? ¿Buscando justificación para el último arrebato de compras? Aquí una selección de excusas al uso para que explique los designios del cosmos.
Mestre Astral
-Mayo/30/2024
Hasta el 17 de junio, la exposición Dulce Quemado de la artista pereirana Jeniffer Fonseca estará abierta en Espacio Otro en Bogotá. Aquí los detalles.
Bacanika
Bacánika
-Mayo/30/2024
Junto a algunos de sus creadores más reconocidos, le dimos una mirada local a este arte que piensa la escultura en su encuentro con la cultura pop y el juego.
Le presentamos cinco páginas web y dos aplicaciones de nuestras favoritas para encontrar hermosas paletas de color para su próxima ilustración.
Bacanika
Bacánika
-Mayo/27/2024
Si alguna vez llegó trasnochado con tragos a un parcial o a un bautizo, este hall de la infamia de los peores momentos para estar chapeto es para usted.
Del 23 de mayo al 6 de junio podrá visitar Suerte y Muerte, una exposición que explora el tatuaje como arte y oficio en Espacio en Blanco en Bogotá.
Bacanika
Bacánika
-Mayo/23/2024
Mateo Montoya construye pequeños escenarios con su asombro y amor por la nostalgia. Aquí una mirada íntima al trabajo manual detrás de la obra de Clayman.
En 14 años, Boiler Room ha sumado más de 3’500 millones de minutos de música. Aquí el perfil de esta inagotable fiesta en entrevista con Joe Cotch, su vocero.
Acceder a ciertas herramientas y servicios no es igual de fácil para todxs. ¿Cómo podríamos ser más inclusivos desde la escritura UX? La autora nos cuenta.
No hay nada más regional que el paladar de un colombiano y no es para menos en un país con tantísimas respuestas a qué se puede poner en un plato.
Ana Dibuja
-Mayo/17/2024
¿Qué significa educar desde una sala de exposición cuando la muestra es de arte? La autora nos guía en busca de respuestas e intuiciones...