¿Qué ocurre en nuestro cuerpo durante el ciclo menstrual?
El ciclo menstrual no debería resumirse al periodo de sangrado, sus efectos psicológicos y físicos van mucho más allá del prejuicioso “es que ella tiene la regla”. Esta detallada mirada al ciclo completo llena vacíos y aclara dudas con el apoyo de voces expertas.
No fue hasta el inicio de mis veinte cuando comencé a tener una consciencia más profunda sobre mi cuerpo y mi ciclo menstrual, momento decisivo para comenzar a comprender y escuchar lo que pasaba dentro de mí. Si bien en diferentes culturas dentro y fuera del país aún es un tabú hablar sobre la menstruación, la sangre y la salud menstrual, no hay mucha diferencia en conversaciones que he tenido con amigas o familiares y la relación que tienen con su menstruación, pues la distancia entre algo tan íntimo parece abismal.
Cuando hablamos sobre el ciclo menstrual se reduce a la fase de sangrado, pero es algo más complejo y a la vez fascinante del funcionamiento del sistema reproductor femenino. El ciclo menstrual es un indicador de nuestra salud y un gran planeador para nuestro bienestar si aprendemos a conocerlo. Este ciclo suele tener una duración de 28 días, en aproximadamente el 40% de los casos, en un 35% los ciclos son más largos o más cortos y en un 15% son irregulares. Por esto es importante conocer el ciclo propio, pues este puede variar según nuestra genética, estilo de vida o cambios hormonales.
La ginecóloga adscrita a Colsanitas, Nancy Lafaurie, indica que “los cuidados durante el ciclo menstrual son universales e incluyen nutrición y complementos vitamínicos; sobre todo vitamina B porque esta interviene en la inactivación de los estrógenos en el hígado, el estrés altera el sistema nervioso y afecta el normal funcionamiento de algunas glándulas que están directamente conectadas con el sistema hormonal. También es importante cuidarse del exceso de ejercicio, y bueno, conservar un peso normal porque la obesidad trastorna el metabolismo”, hablando sobre lo mínimo dentro del cuidado durante todo el mes, no solo en la fase menstrual, pues se debe tener una buena alimentación acompañada de actividad física a lo largo del mes.
Independientemente de las diferencias individuales, el ciclo menstrual suele tener diversos síntomas físicos y, a veces, emocionales. Según un estudio de la Universidad de San Luis, “a lo largo del ciclo menstrual, un número importante de mujeres experimentan cambios en el estilo de vida diario (consumo de alimentos, ciclo sueño-vigilia, apetencia sexual, etc.). Estos cambios están relacionados con factores fisiológicos, psicológicos, culturales, conductuales y sociales”.
Como bien se mencionó un par de párrafos arriba, no solo somos diferentes cuando estamos en “nuestros días”, es más complejo que un simple estereotipo. En un ciclo menstrual clásico hay cuatro fases: menstrual, folicular, ovulatoria y lútea, es importante conocer nuestros cambios en cada fase, pues alrededor de nuestra vida fértil tendremos entre 400 y 500 ovulaciones. A continuación, las diferencias entre cada fase y cómo podemos conocernos mejor a través de estas.
Fase menstrual
Día 1 al 5 del ciclo
Duración: aproximadamente entre cuatro y siete días
Esta es una de las fases más complejas, pues regula el ciclo al marcar el inicio y fin del mismo. El sangrado se deriva del recubrimiento interno del útero, el cual se preparó aumentando su tamaño durante los días del ciclo anterior para albergar al óvulo que sería fecundado. Al no estar fecundado, este recubrimiento de tejido uterino se rompe y es expulsado por la vagina durante tres o seis días (esto varía en cada cuerpo) como sangre.
Estado anímico y síntomas físicos que podemos experimentar en esta fase
Durante esta fase del ciclo los niveles de estrógeno y progesterona bajan, aumentando la irritabilidad. Es normal sentir síntomas como fatiga, náuseas, dolor de cabeza, cólicos, acné, dolor en los senos y hasta ganas de llorar. Se puede llegar a sangrar entre 30 a 50 mililitros, lo que equivale a 4 o 5 cucharadas, si la menstruación es más abundante puede ser un síntoma de menorragia. Según el CDC (Center for Disease Control and Prevention), “las mujeres con menorragia por lo general sangran por más de 7 días y pierden el doble de sangre. Si usted tiene sangrados que duran más de 7 días por periodo menstrual, o su sangrado es tan abundante que tiene que cambiarse la toalla higiénica o el tampón casi cada hora, debe consultar con su médico”. Las bebidas o alimentos tibios como las aromáticas podrán ayudarle con la inflamación y el dolor.
Fase folicular
Día 6 al 11
Duración: aproximadamente seis días
Durante la fase folicular, el cuerpo comienza a recomponer los niveles de progesterona y el estrógeno alcanza un pico alto, engrosando el endometrio para la ovulación. Según la ginecóloga adscrita a Colsanitas, Claudia Gamboa, “es la fase donde se está formando el óvulo. Empieza a presentarse desde el primer día y lo cuenta uno desde el primer día de la menstruación, termina cuando ya se ovula cuando ya hay la ovulación”, por lo que es un momento del mes que depende de la menstruación y la ovulación, lo que convierte a la fase folicular en la fase más variable del ciclo. En esta etapa se comienzan a proliferar los folículos, el más dominante de estos folículos liberará el ovocito que esperará ser fecundado en la siguiente fase.
Estado anímico y síntomas físicos que podemos experimentar en esta fase
Debido al aumento de las hormonas, durante esta fase el cuerpo se siente con energía, pero a la vez relajado. La libido también comienza a aumentar. Es común sentirse más atractiva y tranquila consigo misma. El flujo comienza a tener cambios, pero en general su consistencia es algo pegajosa pero flexible y semi fértil.
Fase ovulatoria
Día 12 al 16
Duración: aproximadamente entre dos y cinco días
Esta es la fase donde nos sentimos casi invencibles, pues la energía está al tope. El síntoma más evidente para reconocer cuando estamos ovulando es el flujo vaginal, pues este es transparente y acuoso, parecido a la clara del huevo. La libido suele ser más alta, pues el útero está preparado para la fecundación. El pico de fertilidad durante esta fase se da el día 14 del ciclo, pues el óvulo ya se encuentra en el útero y permanece allí durante unas 24 horas.
Estado anímico y síntomas físicos que podemos experimentar en esta fase
Esta fase es la mejor fase para realizar ejercicio -al igual que en las demás-, la diferencia está en los niveles de progesterona y estrógeno, pues estos están balanceados, permitiendo que tengamos la energía y el ánimo perfecto para realizar actividad física.
Fase lútea
Día 17 al 28 del ciclo
Duración: aproximadamente entre 7 y 19 días
Luego del subidón de ánimo de la ovulación, viene la fase de preparación para la menstruación, la fase lútea. Lentamente aumentarán los niveles de progesterona para favorecer al endometrio a albergar y nutrir un posible embrión tras la ovulación, según el portal de Clearblue (una de las pruebas de embarazo y fertilidad más conocidas a nivel mundial), “la progesterona producida por el cuerpo lúteo después de la ovulación hace que la temperatura corporal basal (TCB) de una mujer aumente ligeramente entre 0,3 y 0,6 grados Celsius (0,5 y 1 grados Fahrenheit)”. Además, en esta fase el flujo se torna más denso y pegajoso, evitando la entrada de espermatozoides.
Estado anímico y síntomas físicos que podemos experimentar en esta fase
Esta fase trae consigo el temido síndrome premenstrual, en el cual podemos tornarnos más sensibles a estímulos externos. Además, según la ginecóloga Nancy Lafaurie, en esta fase del ciclo “hay retención de líquido, esto produce después de la ovulación irritabilidad, mastodinia o dolor en los senos, cefalea y tensiones emocionales”, todo un maremoto de emociones que se irán suavizando con las siguientes fases.
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Según la ginecóloga Claudia Gamboa, la visita a ginecología “debe ser anual de control regular, o sea, sin sentir absolutamente nada, la mujer tiene que estar anualmente con el ginecólogo. Si en el momento de la consulta evidencian una patología que requiera controles más seguidos. Por ejemplo, una paciente que tenga un nódulo en el seno es probable que necesite hacerse exámenes y una vez que se diagnostique, hacer un seguimiento a los seis meses o por ejemplo que tenga sangrados irregulares o que tenga alguna alteración hormonal, pues entonces uno ya cita a la paciente cada tres meses”.
Cabe recordar entonces que como cada cuerpo es diferente, puede haber ciclos que difieren con esta medida estándar. La menstruación con un sangrado abundante, la ausencia de ovulación o la duración más extendida o corta del ciclo menstrual son algunas de las alteraciones que requieren una consulta ginecológica. Además de estas alertas, se recomienda llevar un calendario menstrual -ya sea análogo o virtual- para monitorear el ciclo y conocer los cambios que podemos tener durante el mes.
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