UN PEDACITO DE PARAÍSO EN MEDIO DE LA SELVA
Toda Colombia es un paraíso. Una pequeña prueba se encuentra en San Cipriano, Valle del Cauca, un caserío que no alcanza los 600 habitantes (la cifra oficial son 454 personas desde hace varios años). El agua es el mayor tesoro de la región y por eso, desde 1997, se declaró como una reserva natural protegida.
Caminar en esta zona es un privilegio, las palmas te dan la bienvenida con su suave contoneo, los vestidos de baño de colores se mezclan con el paisaje, los mariscos con plátano calman el hambre, el continuo cantar de los pájaros y el río te relajan y los sonidos de la noche te arrullan.
A este trozo del paraíso se llega por la carretera entre Cali y Buenaventura (Vía al mar). Desde la capital del Valle se puede tomar un bus con destino a Córdoba, que durará aproximadamente dos horas, según las condiciones del clima. Una vez allí, se toma el transporte conocido como “brujitas”, que son asientos con ruedas que se deslizan entre los rieles del tren y se impulsan por motocicletas. Aquí empieza la exótica aventura del viaje: aunque el tren hace décadas que no transita por estas montañas, el recorrido se convierte en algo entre nostálgico y extremo.
Algunas de las actividades para hacer en las más de 8.000 hectáreas y los varios ríos que pasan por el lugar –principalmente el San Cipriano y el Escalerete– son las caminatas ecológicas y practicar buceo: algunos charcos (así les llaman) tienen hasta once metros de profundidad. Por supuesto, la actividad inevitable es admirar la selva y los vestigios de un progreso que nunca llegó pero que pasó en tren alguna vez por aquí.
Además de su increíble vista, San Cipriano es un palacio de la comida típica del Pacífico colombiano –basada en pescados y bebidas afrodisíacas–, de la alegría de su gente y de la música rumbera. El que se aburra es un amargado. Su clima es muy especial pues se trata de la segunda región con el grado más alto de humedad en el mundo: el calor hace sudar hasta al más recio pero la constante brisa refresca los días.
En realidad, San Cipriano es un destino muy económico: el bus desde Cali cuesta unos $20.000 y la brujita desde Córdoba, $10.000 más por la ida y el regreso. El hospedaje está en aproximadamente $30.000 por noche y los lugares para acampar, desde $10.000. La comida y las artesanías no cuestan tanto, así que con unos $250.000 se puede pasar un fin de semana perfecto. Eso sí: recuerde llevar efectivo porque no hay cajeros automáticos y la señal de celular tampoco es la mejor. Además, recomendamos ir temprano en temporadas de vacaciones y festivos porque el pueblo es pequeño y se llena. No está de más cargar varias bolsas plásticas para proteger sus pertenencias.
Ir a San Cipriano, en el Valle del Cauca, es toda una aventura.
No importa cuántas veces lo hagas.
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