Películas que pensábamos que eran un bodrio
Bien sea el tráiler, el póster, los actores, la trama o la historia cliché, hay muchas películas que no nos dan ni cinco de ganas de ver o que simplemente pensamos que perderíamos el tiempo mirándolas. Hasta que llegan en algún momento a nuestra vida, nos alegran y entretienen al menos durante un momento. Esta es una recopilación de esas películas que en Bacánika creímos no nos gustarían y que terminamos viendo y repitiendo. Lo invitamos a que las vea, nos dé su opinión y si quiere aportar otra película que pensó era un bodrio, “siga con confianza”.
Buscando un amigo para el fin del mundo
(Seeking a friend for the end of the world)
En el mar de películas acerca de cataclismos y desastres sobre el apocalipsis en 2012, nos topamos con esta tragicomedia protagonizada por Keyra Knightley y Steve Carell. La trama en la que se desenvuelve la historia es ¿dónde y con quién pasar los últimos momentos de vida ante el inminente y próximo fin del mundo? Dos personas que se encuentran con propósitos firmes sobre qué hacer antes de que llegue el fin, resuelven ayudarse para cumplir su última voluntad y, como en toda historia, en el camino viven sucesos que los hacen más cercanos hasta el inevitable fin, que conmueve más que muchos finales típicos del cine.
La increíble vida de Walter Mitty
(The Secret Life of Walter Mitty)
Es la segunda adaptación del cuento publicado en 1939, en este caso protagonizada por Ben Stiller que, a pesar de sus comedias repetitivas, aquí logra conmover con su personaje. Aquí se narra la historia de un hombre que no ha hecho muchas cosas en su vida; sin embargo, su imaginación siempre lo hace vivir grandes hechos, hasta que un día se vuelven reales. Melancolía, amor, grandes paisajes y el poder de una canción de David Bowie –“Space Oddity”– en una de sus escenas, brindan una gran fórmula para que esta película nos guste.
Scott Pilgrim vs. Los ex de la chica de sus sueños
(Scott Pilgrim vs. The world)
De entrada parece otra película de adolescentes que se enfrentan a los conflictos de amor, pero la manera en que es contada la convierte en un videojuego en el que nada parece tan absurdo porque así es como debe ser. Basada en el cómic con el mismo nombre, cuenta la historia de Scott, un músico canadiense que se enamora de Ramona Flowers, la chica perfecta para él. Pero para poder estar con ella deberá vencer a sus “siete exnovios malvados” (uno tras otro, cada vez más ridículos y poderosos) y así liberarla de la maldición para poder armar su relación. En resumen, es sentarse a ver en 24 cuadros por segundo un cómic con música de Beck y Nigel Godrich.
30 minutos o menos
(30 minutes or less)
Es del mismo director de Zombieland (lo cual ya es buena garantía). Aparentemente, se trata de una película de adolescentes mutantes, cachondos y torpes. Y lo es, tampoco lo vamos a negar. Pero entre chistes idiotas y una trama absurda –un repartidor de pizzas que resulta metido en líos con la mafia en menos de lo que dura una orden de comida–, uno termina riendo como adolescente mutante, cachondo y torpe.
Misión Rockstar
(Get him to the Greek)
Tiene una premisa muy clara: hay que llevar a una estrella de rock bastante podrida al concierto de décimo aniversario de su álbum más icónico para ver si las ventas de la disquera se recuperan. El viaje va desde un castillo en Inglaterra hasta el legendario Greek Theatre de Los Ángeles e incluye sexo, drogas y rock and roll. Simplemente se trata de una comedia que se burla de la industria del entretenimiento con mucha elegancia.
Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre
(Curdled)
Es dirigida por Reb Braddock y producida por John Mass y Quentin Tarantino. Se trata de un thriller en el que una joven colombiana se obsesiona por la muerte y las decapitaciones y decide averiguar qué pasa después de qué se corta una cabeza humana. Con banda sonora de Pedro Laza y sus Pelayeros, La Sonora Dinamita y otros cumbiamberos.
El precio del mañana
(In Time)
Empieza mal: es protagonizada por Justin Timberlake y, admitámoslo, uno no es que confíe mucho en el talento histriónico del ex N’Sync . Sin embargo, y como ya lo ha demostrado en otras ocasiones, esta película es buena (o mucho mejor de lo que uno espera de Timberlake). Se trata de una distopía futurista (valga la redundancia) en la que los humanos están obligados a comprar el tiempo para mantenerse con vida y ser jóvenes y bellos mientras tengan plata.
Holy Motors
Es una película controversial, más del tipo “artistoide”, apta para todos aunque no todos la digieran. Tiende al surrealismo y representa las más bajas pasiones con un hombre que caracteriza a varias personas en distintas situaciones de la vida. La historia lo mantendrá atento ya que siempre pasa algo inesperado o desconcertante. En cuanto a fotografía, dirección de arte, manejo de luz, movimientos de cámara y montaje es impecable. En pocas palabras, juega con una experimentación en la que nada tiene que ver con lo otro.
¿Y dónde están las rubias?
(White chicks)
Muy comercial y todo lo que quieran, pero es una película que hace reír de principio a fin, con las típicas escenas gringas que logran entretener hasta al más cinéfilo. Para no perder su trabajo y cumplir la misión que se les ha dado, dos agentes del FBI se hacen pasar por dos rubias millonarias que están en el ojo de un secuestrador, logran convencer a todo el mundo de que son mujeres, con vidas totalmente distintas a las que tienen y al final logran atrapar “al malo”. Comedia en su estado más Hollywood, pero divertida.
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