Conceptos orientales para el occidental moderno

Las culturas orientales han trascendido fronteras. Este fenómeno es especialmente fuerte en el terreno de la espiritualidad y actualmente muchos conceptos de oriente son de uso común en todo el mundo ¿Qué significan realmente estas palabras y cuál es su origen?

Estamos fascinados con Oriente. Ya sea la proliferación de restaurantes chinos o especializados en sushi o ramen, el enorme consumo de anime y manga, hasta la extensa popularidad del fenómeno del K-pop, diversas culturas orientales ocupan un lugar creciente de interés en todo el mundo. El yoga, la meditación o las artes marciales se han convertido en parte importante para el cuidado de la salud mental, conforme nos vemos interesados por las formas espirituales más profundas de un territorio que, pese a que hemos sorteado las distancias a través del universo digital, sigue resultando misterioso y emocionante. 

Varios conceptos de las religiones orientales han despertado el interés del hombre occidental. Su sabiduría profunda se convierte en una suerte de bálsamo para lidiar con el estrés de la cultura contemporánea, ayudándonos a encontrar un centro en medio del ruido. Sin embargo, muchas traducciones son inexactas o su etimología se ha perdido en el tiempo. Por ello, hemos compilado una serie de conceptos que pueden resultar útiles al viajero cansado, permitiéndole tener una disciplina más amena de las cosas o contemplar la realidad desde otra orilla del pensamiento. Esperamos les sean relevantes y que informen parte de su recorrido espiritual hacia un lugar de tranquilidad, armonía y empatía. 

Kintsugi
Budismo zen
金継ぎ, “reparación dorada”

En un momento cultural en el que se nos exige ser perfectos y completar una serie de tareas para tener una vida plena, el kintsugi puede ser una manera más amable para relacionarnos. Es claro que no seremos jóvenes por siempre, que el trabajo soñado a veces resulta inalcanzable o que la plenitud en una relación de pareja es también una fantasía en la que la lucha de dos identidades no siempre llega a la armonía. El kintsugi es una práctica japonesa de reparación de cerámica que los maestros del budismo zen llevan siglos asociando a su idea del wabi sabi, esto es una  corriente estética japonesa de comprensión del mundo basada en la fugacidad e impermanencia, en lo imperfecto y en la belleza del paso del tiempo.

Kintsugi traduce algo así como reparación dorada, unir con oro o carpintería dorada. Su práctica inició en el siglo XIV de nuestra era, cuando el shogun Ashikaga Yoshimitsu rompió algunos de sus floreros favoritos. Tras enviarlos a China para ser reparados, el alto mando constató horrorizado como le devolvieron su preciada cerámica con unas desagradables grapas metálicas. Así fue que sus artesanos encontraron una mejor manera para reparar sus ornamentos: no ya ocultando la grieta de la fractura sino haciéndola evidente a partir de una soldadura con polvo de oro. 

El budismo zen nos enseña que podemos escapar de la idea de perfección inalcanzable y entender el valor del paso del tiempo sobre los objetos y las personas a través de una reflexión en torno a estas ideas que nos plantea el kintsugi. Este arte es tan útil para pensarnos a nosotros como a cuencos y jarrones: el afecto y atención dedicado a las piezas rotas también debería darnos valor para respetar lo que está roto y golpeado, empezando por nosotros mismos y extendiéndonos en la empatía hacia los demás. 

Fuentes: TEDxJanpath, Coto Academy, School of Life 

Ren 
Confucionismo
仁, “bondad o humanidad”

Las enseñanzas de Kung-tsé (también conocido como Kung-Fu-Tsú, o Kung el gran sabio) son más bien una perspectiva ética hacia la vida que una serie de preceptos religiosos. Por ello, sus enseñanzas han trascendido las enormes fronteras chinas para afectar también la sabiduría del budismo zen o el shinto en Japón. La ética confuciana se refleja principalmente en sus conceptos de ren  y li. Ren es una forma bondadosa de amor hacia los hombres que puede sintetizarse en dos máximas definitivas que los discípulos de Kung-Tsé recopilaron años después de su muerte: “No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti” y “Debemos saber que otras personas pueden desear lo mismo que nosotros. Satisface tus deseos y permite que otros satisfagan los suyos”.

A lo largo de la historia, los seguidores de Kung-Tsé han considerado a cada individuo no como una entidad moralmente autónoma, sino como un ser integrado en la sociedad cuya identidad se moldea a partir de sus interacciones y conducta dentro de la comunidad. Aquel que exhibe "ren" personifica el ideal de lo que debe ser un ser humano y motiva a otros a esforzarse por alcanzarlo. Curiosamente, la palabra "ren" comparte homofonía con el término "ser humano" en chino. Las distintas interpretaciones del concepto "ren" han sido expresadas en Occidente como "bondad", "benevolencia" y "amor". Estas interpretaciones, no obstante, comparten dos ideas fundamentales: que todo ser humano tiene la capacidad de poseer "ren" y que este se manifiesta cuando una persona virtuosa trata a los demás con humanidad. 

Fuentes: Los cuatro libros, introducción de Jorge Javier Valencia Quintero, 2015. “Confucianismo como humanidad: claves para complementar la modernidad”, Daniel Ricardo Lemus Delgado, 2014.

Padma
Hinduismo
पद्म, “Loto”

Más que un concepto, “Padma” traduce flor de loto, una planta con un poderoso sentido simbólico en varias religiones orientales como el hinduismo, el budismo, el sijismo y el jainismo. En el hinduismo, los dioses, Vishnu y Brahma, y ​​las diosas, Lakshmi y Saraswati, a menudo se representan con flores de loto o se asocian con ellas, . Vishnu, por ejemplo, a veces se describe como el "ojo de loto". Brahma a menudo se representa en padmasana, floreciendo de los pétalos de una flor de loto, y los pétalos que se despliegan simbolizan la expansión del alma. Muchos de los símbolos de los chakras de la filosofía yóguica presentan el loto y se basan en él como una representación de la pureza y la belleza divina. Padma es también uno de los ocho símbolos auspiciosos del budismo, que representa la pureza primordial.

Esta flor perenne crece en las aguas turbias de las piscinas poco profundas de Asia. El loto posee una nanoestructura única en sus hojas que le proporciona una asombrosa capacidad de autolimpieza, lo que permite que las flores emerjan del barro sin empañarse. Este rasgo natural ha facilitado la referencia simbólica hacia la flor; surgiendo del barro, intacta de la suciedad, la metáfora  resonó con los antiguos pensadores, filósofos y pueblos religiosos. Los budistas adoptaron significados simbólicos del loto muy similares a los hindúes, viéndolo como una representación del viaje personal a través de las turbias aguas del samsara hacia el florecimiento, puro y perfecto, hacia el Nirvana. Así, como el loto, debemos crecer en la adversidad, sobreponiéndonos a las dificultades para alcanzar la plenitud del espíritu. 

Fuentes: Mahavidya, Britannica, Yogapedia 

Dharma 
Hinduismo
धर्म, “rectitud”, “mérito” o “deberes religiosos y morales”

La palabra Dharma abarca un amplio y complejo campo semántico. Sin embargo, todos sus significados convergen en un concepto central: guiar hacia la verdad, el sentido y lo correcto. En esencia, el Dharma nos orienta a hacer lo adecuado según las leyes naturales y nuestro destino.En los últimos años, hemos presenciado un resurgimiento en el interés por la espiritualidad, aunque este renacimiento a menudo está influenciado por la new age, lo que ha llevado a algunas tergiversaciones conceptuales. Entre estas, se encuentra la idea incorrecta de que el Dharma es una perspectiva positiva del Karma, como si fueran opuestos o complementarios. También se ha malinterpretado al considerar que el Dharma se refiere a un conjunto de preceptos religiosos que deben seguirse para alcanzar un nivel superior de espiritualidad. En realidad, el Dharma describe el comportamiento natural e innato de todas las cosas, incluyéndonos a nosotros.

El Dharma se manifiesta cuando hacemos algo que nos gusta y nos llena de felicidad, cuando realizamos tareas con pasión sin esperar recompensa, cuando perdemos la noción del tiempo y nuestras acciones benefician a los demás. En resumen, el Dharma nos insta a construir una vida significativa. El Dharma no es una religión, como erróneamente creyeron los colonizadores británicos en la India. No se limita a los seres humanos; es la esencia que impregna a todas las cosas en el universo, incluyéndonos. Cada entidad, desde una planta hasta una estrella o un electrón, tiene su propia verdad y naturaleza. En las tradiciones dhármicas, aquellos que no siguen el camino del Dharma y causan daño a otros, generan un estado llamado a-dharma, una ruptura con las leyes naturales del destino. Por otro lado, quienes viven en armonía con su Dharma experimentan bienestar y plenitud. En la antigüedad, el Dharma significaba las leyes universales de la naturaleza, que son aplicables a todos. Incluso hoy en día, nos encontramos con Dharma siendo utilizado en este sentido. Por ejemplo, en hindi decimos que el Dharma del fuego es quemar y hacer quemar. Aquí, Dharma no tiene nada que ver con ninguna religión sino que significa la naturaleza del fuego. ¿Cómo puede el fuego ser budista, cristiano, hindú, musulmán, parsi o sij? El fuego es fuego. El Dharma se relaciona con la búsqueda de la verdad interna, la aceptación de la naturaleza y el fluir natural de la vida. En última instancia, escuchar la voz del Dharma es un proceso profundo que implica encontrar nuestra verdad y propósito en este mundo.

Fuentes: La mente es maravillosa, Britannica, Vridhamma

Karma
Hinduismo
कर्म, “Hacer”

Karma es una palabra sánscrita cuyo significado literal es “acción” o “hacer”. Se refiere a la ley de que toda acción tiene una reacción igual, ya sea inmediatamente o en algún momento en el futuro. Las acciones buenas o virtuosas, acciones en armonía con el dharma, tendrán buenas reacciones o respuestas y las malas acciones, acciones contra el dharma, tendrán el efecto contrario.  Dentro del contexto de las religiones indias, este término se enfoca con mayor precisión en un principio de causa y efecto, comúnmente denominado el principio del karma. Este principio sugiere que las intenciones y acciones de un individuo (causa) ejercen influencia en el futuro de dicho individuo (efecto): una intención y acciones positivas contribuyen al buen karma y a futuros renacimientos más placenteros, mientras que intenciones y acciones negativas propician el mal karma y renacimientos desfavorables. Es importante destacar que a menudo se confunde el karma con suerte, destino o predestinación, lo cual no es cierto en el sentido de que se contrapone a la idea del albedrío y la decisión personal de obrar de una u otra manera.

El concepto de karma está estrechamente vinculado a la noción de reencarnación en múltiples corrientes religiosas indias (particularmente en el hinduismo, budismo, jainismo y sijismo), así como en el taoísmo. En estas filosofías, el karma en el presente afecta no solo la vida actual, sino también la naturaleza y calidad de futuras existencias, conformando el saṃsāra, el ciclo de renacimiento. Este concepto también ha trascendido a la cultura occidental, en la que los eventos que resultan de las acciones de una persona son considerados consecuencias inherentes a dichas acciones.

Fuentes: JOHANNES  BRONKHORST “Did  the Buddha Believe  in Karma and Rebirth?” (1998), Damien Keown “Buddhism: A Very Short Introduction” (2013)

Wu Wei
Taoísmo
無為, “Inacción”

El Wu wei, un concepto del taoísmo, se traduce como "no acción" y aboga por enfrentar las situaciones, especialmente las conflictivas, de una manera que implica no actuar y, más importante aún, no forzar soluciones, sino permitir que todo fluya de forma natural. En una sociedad que constantemente promueve la actividad y nos bombardea con estímulos, la idea de no acción puede resultar extraña. Muchos de nosotros nos sentimos incómodos cuando no estamos ocupados, llegando a considerarlo como una pérdida de tiempo. Lao Tse creía que la mejor forma de vivir era armonizarse con el flujo natural de la naturaleza y el universo. El Wu wei se inspira en esto, alentándonos a dejar que las cosas sigan su curso natural y a adaptarnos a él.

El Wu wei promueve la sencillez como un camino hacia la paz y la armonía. Esto implica no apegarnos demasiado a las ambiciones y deseos, ya que estos apegos suelen ser fuentes de inquietud y sufrimiento. En lugar de enfocarnos en lo material, el Wu wei nos insta a centrarnos en nuestra relación con los objetos y a valorar lo que somos y tenemos en lugar de lamentarnos por lo que nos falta. Además, el Wu wei nos anima a aceptar las cosas tal como son, a no resistirnos a los acontecimientos y a no tratar de controlarlos. Estos valores y actitudes pueden parecer en contradicción con la mentalidad occidental, pero en realidad promueven un mayor equilibrio emocional y una vida más relajada.

El Wu wei comparte similitudes con las enseñanzas budistas, como el no aferramiento, la moderación en los deseos y el odio, y la práctica de la no acción en momentos críticos. Ambas filosofías milenarias coinciden en que seguir estos principios conduce a una existencia más serena, tranquila y ordenada.

Fuentes: El confidencial, Rincón de la psicología, Iñaki Preciado Idoeta, La Ruta del Silencio. Viaje por los libros del Tao.

Ensō 
Budismo zen
円相, “Círculo”

El ensō es un tema recurrente en la caligrafía japonesa, a pesar de que es más un símbolo que un carácter en sí mismo. Este símbolo connota varios significados, incluyendo la iluminación, la fuerza, la elegancia, la representación del universo y el concepto de vacío  (mu), todos los cuales forman parte integral de la estética japonesa. El ensō se considera una forma de minimalismo, expresando un momento único y especial. En la pintura relacionada con el budismo zen, el ensō representa un instante en el cual la mente se libera para permitir al cuerpo o al espíritu crear de manera libre. De esta manera, la obra capta el movimiento expresivo del espíritu en un tiempo específico.

Dentro de la filosofía budista zen, se cree que la naturaleza del artista se refleja completamente en su manera de crear un ensō. Se considera que solo una persona que esté en equilibrio mental y espiritual puede crear un ensō genuino. Algunos artistas optan por pintar el ensō con una apertura en el círculo, mientras que otros lo completan. Para los primeros, la abertura puede simbolizar diversas ideas, como que el ensō no es una entidad separada, sino que forma parte de algo más amplio, o que la imperfección es un elemento esencial y natural de la existencia, lo cual también se refleja en la noción de simetría rota. La búsqueda de equilibrio en la composición a través de la asimetría y la irregularidad es un aspecto fundamental de la estética japonesa, conocido como "fukinsei" o la apreciación de lo imperfecto. El ensō también tiene un significado sagrado en el budismo zen y es utilizado a menudo como una firma simbólica por los maestros zen en sus obras de carácter religioso. Este concepto está relacionado con la filosofía más amplia del "Hitsuzendō", que se traduce como "el camino del pincel" o la "caligrafía zen".

Fuentes: Enso Therapy, Symbolsage, Japan Experience